Más Airbnb, menos vivienda asequible: por qué el mercado no puede convivir con 400.000 pisos turísticos

El turismo vive una época de bonanza. Lo confirman desde datos macroeconómicos, como que España cerró el 2024 con el mayor número de visitantes de su historia, 94 millones de turistas, hasta otras informaciones más anecdóticas, como que Villajoyosa —un municipio valenciano de 40.000 habitantes— es, según Booking, uno de los diez destinos mundiales que serán tendencia en 2025. Durante el año pasado, los visitantes se dejaron más dinero que nunca, en concreto, 126.000 millones de euros, un 16% que en el anterior ejercicio. Pero en medio del buen comportamiento económico, aflora también la necesidad de compensar aspectos negativos como la proliferación de pisos turísticos que infla el precio de la vivienda y los alquileres. El propio ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu, hizo referencia a ello cuando comunicó los buenos resultados del sector. “Lo que nos debe guiar es que el turismo nos ayude a construir mejores ciudades y que no colisione con el derecho a la vivienda”, señalaba este miércoles. Más directo fue el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cuando declaró la pasada semana que “sobran Airbnb”, pero “faltan casas”.
Las viviendas de uso turístico están en el foco de las medidas del Gobierno por el efecto que tienen sobre los precios del mercado inmobiliario. “El crecimiento descontrolado de la vivienda de uso turístico y de alquileres de corta duración está reduciendo la oferta de viviendas de larga duración, elevando los precios y agravando el problema de falta de vivienda asequible”, explica Andrea Jarabo, responsable de comunicación de Provivienda. “En algunas zonas está desplazando a la población local”, añade.
En España hay 396.883 viviendas turísticas, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), relativos a agosto del año pasado. Para obtener este dato, la agencia rastrea las ofertas de las tres plataformas más utilizadas en España para buscar alojamientos turísticos (Booking, Trivago y Airbnb) y las procesa para eliminar las que se repiten. Esta cifra supone un aumento del 14,2% con respecto al mismo periodo de 2023.
“Proliferan tanto porque tienen una altísima rentabilidad y son muy fáciles de gestionar a través de las plataformas digitales”, explica Jarabo, quien además matiza que aquellas que operan de forma ilegal son una parte fundamental del problema. “Para abordar el problema de manera efectiva, será crucial tanto establecer una regulación adecuada, como implementar mecanismos de inspección y sanción eficientes”, concluye.
En zonas como Málaga, Canarias, Madrid o Barcelona, los vecinos han salido a la calle en múltiples ocasiones para protestar por este encarecimiento en el parque de vivienda, poniendo el foco, muchas veces, en las viviendas de uso turístico. De hecho, un estudio del Instituto Andaluz de Investigación e Innovación en Turismo, en el que participan las universidades de Granada, Málaga y Sevilla, ha concluido que el precio de la vivienda aumenta un 33% de media en las ciudades turísticas cuando las residencias de uso turístico alcanzan el 10%, lo que supone un incremento de 3,29 euros por metro cuadrado.
En las series que ofrece el INE, se puede ver que este tipo de alojamientos ha ido creciendo en los últimos años y tienen especial representación en comunidades como Andalucía (con 88.435), Comunitat Valenciana (71.186), Cataluña (58.708) o Canarias (51.175). De hecho, en el mapa desglosado por provincias, este tipo de alojamientos dibujan un perfil más marcado sobre todo el litoral de la costa, en las islas y en Madrid.
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Por otro lado, si se observa la evolución de los precios, las zonas turísticas tienden a llevarse también la peor parte. En los alquileres, Barcelona es la capital más cara, seguida de Madrid, San Sebastián, Palma y Málaga, según datos de Idealista. Si se mira el precio de la vivienda nueva, también la costa mediterránea y las islas son de las regiones que salen peor paradas. La primera, con un aumento interanual en diciembre del 11,5% y las segundas, con un impulso del 8,9%, según datos de la consultora Tinsa.
Entre las medidas que contempla en nuevo paquete de vivienda anunciado por el Gobierno, algunas se centran específicamente en este punto. Por un lado, se sugiere un aumento de las sanciones, endureciendo la regulación sobre los pisos que operen de forma ilegal. Además, hasta ahora ha resultado complicado cuantificar el número de pisos de uso turísticos, por ello, se ha planteado el mecanismo de una Ventanilla Única Digital en la que todos los inmuebles tendrán que inscribirse para recibir un número de registro y una licencia.
Además, se intenta desincentivar fiscalmente que las viviendas se dediquen a uso vacacional. Por un lado, elevando la tributación de los propietarios, que pasarán a ser considerados como empresa. Por otro, premiando a quienes pongan sus casas en alquiler asequible —es decir, fijando una renta de acuerdo con nuevo índice de precios de referencia— con la aprobación de una exención fiscal del 100% del IRPF.