El Gobierno "reorientará inversiones" para "dar mayor protagonismo" al Cercanías frente a la "infrautilización" del AVE
El Ministerio de Transportes está preparando una nueva estrategia de movilidad "que guiará las actuaciones" del ministerio "en los próximos 10 años", que estarán marcados de algún modo por la pandemia del coronavirus. La estrategia cuenta con ocho ejes con sus respectivos documentos estratégicos, y uno de ellos se titula Nuevas Políticas Inversoras y está plagado de críticas a la inversión en infraestructuras realizada en al menos las dos décadas anteriores. Las conclusiones en materia ferroviaria son bastante claras: "reorientar" las inversiones, "establecer racionalidad económica en la construcción de nuevas líneas de alta velocidad" y "dar mayor protagonismo a los Cercanías o al transporte de mercancías".
Se trata de la primera vez que el antiguo ministerio de Fomento manifiesta públicamente su intención de reducir la inversión en AVE para frenar el deterioro de la red convencional. La estrategia también abarca carreteras y aeropuertos y alude a una "característica española": "la infrautilización de ciertas autovías y líneas de alta velocidad respecto a sus homólogos europeos", un bajo uso "que además se va agravando conforme se ponen en servicio nuevas infraestructuras".
Tras reconocer que las infraestructuras en España son "excelentes", lo que sigue es una crítica inédita a las dos últimas décadas por parte de la cartera que dirige el ministro José Luis Ábalos. "Continuar priorizando la inversión en la creación de nuevas infraestructuras de transporte, cuando el stock de capital público ya es muy alto, tiene unos rendimientos decrecientes no solo en términos estrictamente económicos sino también de equidad social y de equilibrio territorial".
Así, se reconoce que "los ahorros de tiempo son cada vez menores y para menor número de personas". Y cita "algunos estudios" que "incluso han encontrado un efecto negativo" en invertir en nuevas infraestructuras como las líneas de AVE o las autopistas por "la elevada deuda pública". "Y sin olvidar los costes medioambientales". Así que "por ello hay que seleccionar adecuadamente los proyectos de inversión" y "dirigir los recursos a actuaciones con mayor rentabilidad socioeconómica".
Ahorros de tiempo menores
"Abordar los problemas de la España vacía o de regiones desfavorecidasEspaña vacía exclusivamente mediante inversión en infraestructuras resulta insuficiente como estrategia", prosigue el documento sobre las Nuevas Políticas Inversoras. Así pues, las antiguas infraestructuras convencionales que en su día fueron muy útiles "están envejeciendo, y cada vez demandan mayores inversiones en conservación y mantenimiento, siendo necesario priorizar este aspecto".
El ministerio ataca el cliché de que "cualquier infraestructura crea riqueza para el país, y más cuanto más elevado sea su presupuesto y sin considerar que los recursos son limitados". Los fondos europeos, en su día destinados a financiar la construcción de carreteras, escasean ahora que hay que mantener la red viaria. Y aquí vienen datos temidos por las autoridades: primero, el coste anual de mantener la Red de Carreteras del Estado asciende a 1.200 millones de euros aproximadamente; segundo y basándose en previsiones de Adif, "en el año 2024 será necesario un incremento sustancial de los recursos para el mantenimiento tanto de la red convencional como de la red de alta velocidad".
Estos costes de conservación de autopistas y vías de ferrocarril "son crecientes e insoslayables". El importe para conseguir un mantenimiento adecuado de la Red de Carreteras del Estado es como mínimo de 1.200 millones de euros. Y Adif estima "que en el año 2024 será necesario un incremento sustancial de los recursos" para preservar la red convencional y el AVE.
La 'España vacía' precisa de otra política
Se pone de manifiesto la problemática de no contar con peajes en la carretera, muchos de los cuales han vencido o vencerán después de más de medio siglo cobrando a los usuarios (Sevilla-Cádiz, por ejemplo). "Actualmente solo el 8 % de la red del Estado que corresponde a las autopistas de peaje se financia con cargo al usuario de la vía"; "en el 92 % de la red es difícil asegurar el cumplimiento de los principios de “quien contamina paga”", destaca la estrategia, que propone analizar la fiscalidad del transporte entre otras metas.
A pesar de celebrar en la introducción las "excelentes" obras en España, las críticas al modelo nacional no se detienen durante las 25 páginas. "Apenas se hacen análisis ex-post [una vez construidas] de las infraestructuras que permitan una crítica a los análisis ex-ante [antes de su ejecución]", resalta la nueva estrategia de movilidad. "Ha prevalecido el criterio de que prácticamente ninguna actuación quedara fuera".
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El Cercanías, servicio "fundamental"
Transportes apuesta claramente por invertir en el servicio de Cercanías, "fundamental en el área metropolitana de las ciudades". "La menor atención puesta en los últimos años en la red de Cercanías", concede, "se manifiesta, por ejemplo, en las encuestas de satisfacción del usuario realizadas en Madrid". Problemas de puntualidad y averías múltiples han ido erosionando la percepción de los viajeros hacia este servicio, y el documento cita un par de aspectos: la "saturación de ciertos tramos de la red" y la "obsolescencia de determinadas instalaciones y de parte del material móvil".
Se pide poner fin a los soterramientos vía convenio con ayuntamientos y regiones, proyectos de dudosa viabilidad que han vuelto a surgir con fuerza en los últimos años (Bilbao, Torrelavega, Avilés) "Las actuaciones de integración urbana son actuaciones de carácter esencialmente urbanístico, que deberán ser asumidas directamente por las Administraciones Locales o Autonómicas competentes en materia de urbanismo, limitándose la Administración del Estado a realizar la mejora funcional de la red ferroviaria que sea precisa".
