IGUALDAD

El caso de Paula Bonet, un acoso con castigo: "Muchas mujeres están preparadas para hablar"

Imagen de archivo de la pintora Paula Bonet.

En julio de 2019, Víctor G. inició una serie de episodios de acoso contra la artista Paula Bonet que se prolongarían durante tres años. Tres años de violencia que ahora han quedado probados y que no solo dan la razón a la pintora, sino que lanzan un mensaje global contra el silencio: "Nos han escrito muchas mujeres que ahora entienden que lo que han sufrido en su vida es acoso y que eso es delito", dice en conversación con infoLibre la abogada de la víctima, Carla Vall.

El acosador "comenzó a imponer su presencia y buscar proximidad" con su víctima, según la sentencia dictada por el Juzgado Número 10 de Barcelona, presentándose en su centro de trabajo, el taller en el que trabajaba la pintora. El acosador incluso se hizo pasar por un alumno de la artista, llegando a establecer contacto físico con ella. A partir de aquel verano de hace tres años, insistió una y otra vez en el acoso: el hombre volvía a presentarse en las inmediaciones del centro, llegó a golpear sus cristales y permanecer frente al local hasta altas horas de la madrugada

No terminó ahí el acoso. El joven se presentaba en los eventos y actos públicos en los que participaba la artista, quien se vio obligada a anunciar en redes sociales el cese de su actividad pública por el bien de su propia integridad. "La interpelaba con preguntas" y también la "incomodaba pasando reiteradamente por su lado" o la miraba "fijamente", escriben los jueces. También envió a su víctima correos electrónicos "reclamando su atención". 

Pero aquello fue solo el principio, la violencia fue a más. El ahora condenado comenzó a escribir en redes sociales mensajes dirigidos a la pintora: "Más te vale no volver a pisar mi ciudad porque como me cruce contigo voy a estrangularte y a descuartizarte para complacer a todos los miserables vagabundos que habitan en las calles de Barcelona. Verás que festín, dejaré los ojos para lo último y me guardaré los pezones en una carmañola para mi propio disfrute". El mensaje continuaba: "Si lo prefieres puedes suplicar clemencia a este violador, acosador y psicópata". Las amenazas contra la pintora eran explícitas, e incluían violaciones y palizas.

Bonet no solo "vio alterada su estabilidad emocional, sino su actividad laboral" y a pesar de trasladar su taller, el acoso no cesó. La artista "cambió sus hábitos de desplazamiento, dejó de ir a pie, tomó más taxis, alquiló una plaza de parking próxima a su taller y actitudes de hipervigilancia cuando andaba por la calle". Es decir, el acoso condicionó por completo todos los aspectos de su vida. 

La condena castiga al hombre por tres delitos: acoso, amenazas y quebrantamiento continuado de medidas cautelares. Debido al eximente por un trastorno mental, el joven de 27 años cumplirá una pena de tres años en un centro de internamiento, además de diez años de prohibición de acercamiento y comunicación con la víctima. 

Paula Bonet celebra. Su abogada, Carla Vall, también. Ambas lo hacen desde una perspectiva global que va mucho más allá del propio caso concreto: "No voy a cesar en la lucha para que este sea un mundo más justo para nosotras", publicó este mismo lunes la artista en su perfil de Twitter. La propia ministra de Igualdad, Irene Montero, ha agradecido a la víctima la perseverancia en su denuncia.

"Esta condena tiene mucho valor por la contundencia con la que blinda el testimonio de la víctima, en el que hace referencia al hostigamiento y a la afectación de la misma", dice a preguntas de este diario la letrada. Vall estima el dictamen de los jueces importante para tener "una visión más social de lo que supone el hostigamiento en los casos de acoso". La conclusión es vital para todas las mujeres: el acoso "no es algo menor", sino una forma de violencia "que puede llegar a ahogar a una persona".

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Según la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer, confeccionada por el Ministerio de Igualdad y publicada en 2019, un 40,4% de las mujeres mayores de dieciséis años ha sufrido acoso sexual en algún momento de su vida. El 18,1% lo ha soportado en los últimos cuatro años y el 10,2% en los últimos doce meses. Se estima que 8.240.537 mujeres han sido víctimas de acoso en algún momento de sus vidas. Se trata de miradas insistentes o lascivas (citadas por el 30,3%), contacto físico no deseado (17,5%), así como bromas o comentarios sexuales (15,6%), entre otras. La Macroencuesta también incorpora la dimensión de mujeres que han sufrido stalking o acoso reiterado : 3.095.357 mujeres denuncian haber recibido mensajes no deseados, llamadas telefónicas obscenas e incluso haber sido espiadas o perseguidas.

Para Paula Bonet, ha sido un proceso duro: "Hemos tenido que presentar muchas ampliaciones por novedades en el proceso", explica su abogada, por lo que la víctima "se ha tenido que ver obligada a declarar hasta en tres ocasiones como víctima en el proceso de instrucción, y eso ha sido muy duro". Los tres años de acoso han sido largos, pero la decisión de denunciar y el proceso judicial tampoco es fácil para las víctimas. Según la macroencuesta, sólo el 2,5% de las mujeres que han sufrido acoso sexual lo denunciaron en la Policía, Guardia Civil o en el juzgado y el 1,2% acudieron a un servicio médico o de atención psicológica. "Por la dinámica, parecía que no se iba a acabar: el acosador no cesaba en sus conductas y era difícil pensar en qué momento cortaríamos con todo esto", agrega Vall. "Es algo duro. No le podemos pedir tanto a las supervivientes y yo a Paula le he pedido mucho".

El acosador ahora condenado no dirigió la violencia únicamente contra Paula Bonet: otras mujeres han reconocido en él el rostro de su agresor. "Ha sido muy útil para muchas mujeres que hayamos visibilizado qué es lo que ocurre", asiente Vall. Especialmente, destaca la abogada penalista, en lo que respecta a la infradenuncia y las "arraigadas costumbres de minimizar la violencia", algo "muy presente" en la vida de las mujeres. "Es muy importante ver que muchas mujeres que han sufrido distintos episodios de acoso están preparadas para hablar", celebra. 

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