DERECHOS LGTBIQ+

La violencia contra las personas LGTBIQ+ se duplica en un año

Banderas LGTBIQ+ durante la manifestación estatal del Orgullo 2024.

Más agresiones físicas, más insultos y más discriminación. En un año, el odio contra las personas LGTBIQ+ no ha parado de crecer. Así lo muestra el informe Estado LGTBI+, confeccionado por la Federación Estatal LGTBI+ y presentado este miércoles. Según detallan sus autores, un 42,5% de las personas del colectivo ha sido víctima de una situación de odio en el último año. Y el mayor aumento lo ha experimentado la violencia más cruda: las agresiones físicas y verbales se han duplicado en 2024 respecto al año anterior, pasando del 6,8% al 16,25% actual.

El estudio, basado en una encuesta organizada por el instituto de investigación 40DB con entrevistas a 800 personas mayores de edad, revela que además un 25,25% de las personas LGTBIQ+ ha sufrido episodios de discriminación y un 20,3% acoso, si bien este es el único indicador que sí ha experimentado un descenso. Hablan de aislamiento y rechazo (15,4%), pero también de ciberacoso (9%), trato desigual en el ámbito laboral (7,8%) e incluso denegación del alquiler de un piso (3,4%).

El incremento, observan los investigadores, coincide con la tendencia general que también se refleja en las estadísticas oficiales. Los datos cosechados por el Ministerio del Interior indican igualmente que existe un aumento paulatino de la violencia contra el colectivo: el departamento contabilizó en 2022 un total de 459 delitos de odio –concretamente los categorizados como hechos conocidos, aquellos que llegaron al seno de las autoridades–, una cifra que pasó a 522 al año siguiente.

La calle es el principal escenario del odio. El 26,72% de las situaciones de acoso suceden en la vía pública, lo mismo que ocurre con el 31,68% de los episodios de discriminación y el 35,28% de las agresiones físicas o verbales. Pero las personas del colectivo no se libran de la violencia en casi ningún lugar, siendo especialmente grave aquella que anida en los centros escolares. En las aulas se ejerce el 16,79% de los actos de acoso, el 15,35% de la discriminación y el 16,92% de la violencia física y verbal señalada por las personas encuestadas. Ni siquiera la familia es un espacio seguro: el 12,98% de las situaciones de acoso, el 9,41% de las de discriminación y el 5,38% de la violencia transcurren en el ámbito familiar. 

A menos ingresos, más violencia

El estudio tiene también el propósito de dibujar un perfil aproximado de las víctimas. Y entre sus conclusiones, algunas certezas: existen determinadas situaciones y características en las que la violencia se recrudece. Ser joven y tener bajos ingresos son características presentadas por los autores como factores de riesgo ante el odio. Un 23,76% de las personas entre los 25 y los 34 años ha sido víctima de una agresión física o verbal en el último año, el 35,64% de discriminación y el 28,22% de acoso. Los porcentajes se disparan en el caso de las personas con menos recursos: las agresiones físicas ascienden al 24,47%, la discriminación a 29,79% y el acoso al 21,12%. La tendencia es clara: a menos ingresos, más violencia. 

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El estudio incluye también –por primera vez– un análisis sobre la violencia que anida en el ámbito rural, donde el acoso asciende al 26,39% y la violencia física es mencionada por un 20,83% de las personas encuestadas. 

Miedo a no ser creídos

A pesar del incremento de la violencia, la infradenuncia sigue estando a la orden del día. Un 46,09% de los encuestados reconoce no haber dado el paso de confiar lo sucedido a las autoridades. Un 26,82% sí decide pedir auxilio en las instituciones, mientras que el 27,09% restante se inclina por acudir a una asociación especializada. Las personas gais son quienes en mayor medida denuncian formalmente (32,8%), frente a las personas no binarias, que apenas encuentran cobijo en las instituciones (16,7%). 

En este punto, la pregunta es obligada: ¿cuáles son los motivos de esta infradenuncia? Interpeladas al respecto, las personas encuestadas indican mayoritariamente (52,12%) haber pensado que la denuncia no serviría de nada, el 39,39% reconoce que no tenía pruebas, el 36,97% señala no haberle dado importancia a la violencia sufrida y el 32,73% expresa temor ante la posibilidad de no ser creído. El 32,12% siente vergüenza por lo sucedido y el 27,27% miedo a la respuesta LGTBIfóbica de la policía. Entre quienes sí denunciaron, un 33,33% admite que las autoridades le "hicieron sentir mal" y un 22,92% manifiesta que le "preguntaron cosas que no quería responder".

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