Bélgica mantiene su rechazo a financiar a Ucrania con activos rusos pese a la insistencia de la UE

El Gobierno belga que lidera Bart de Wever mantiene su rechazo a la propuesta de la UE de financiar a Ucrania con el uso de activos rusos inmovilizados, pese a los esfuerzos de la Comisión Europea y de Berlín por adaptar esa iniciativa a las condiciones que reclama Bélgica.

De Wever recibirá este mismo viernes en la capital belga a la presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, y al canciller alemán, Friedrich Merz, para una cena privada que estará centrada en abordar el último plan que la CE ha puesto sobre la mesa para ofrecer asistencia financiera a Kiev.

Tras presentar la idea de usar los activos rusos para financiar a Kiev en la cumbre de líderes europeos del pasado octubre y no lograr el consenso suficiente para sacarla adelante, principalmente por el rechazo frontal de Bélgica -que alberga la mayoría de esos activos en la UE -, la CE desveló una propuesta más detallada, y acompañada de una alternativa, el pasado miércoles.

La primera opción es un préstamo de reparación financiado con los balances de efectivo que generan los activos del Banco Central de Rusia inmovilizados en la UE por las sanciones, unos 210.000 millones de los euros que en su mayoría (unos 185.000 millones) están depositados en la firma belga Euroclear. El plan "B" es que la Comisión Europea acuda a los mercados de deuda a captar financiación con el respaldo del presupuesto comunitario y transfiera los fondos en forma de crédito a Kiev.

Las iniciativas propuestas permitirían que la UE cubra unos 90.000 millones de euros de los casi 136.000 millones que necesitará Ucrania en ayuda financiera y militar entre 2026 y 2027, según cálculos del FMI.

La CE ha acompañado estas propuestas de "salvaguardas" para proteger a los Estados miembros e instituciones financieras depositarias de los activos de posibles "medidas de represalia dentro de Rusia, y de expropiaciones ilegales fuera de Rusia", así como de un "mecanismo de solidaridad" que garantice que el riesgo financiero del préstamo es asumido por toda la UE.

Los motivos de Bélgica

Pero estas salvaguardas no terminan de contentar a Bélgica pese a que incluyen sus exigencias de que el préstamo use los activos inmovilizados en toda la UE, no solo en Euroclear, así como un sistema de garantías colectivas.

Al día después de publicarse la propuesta detallada de la CE, De Wever reiteró su rechazo al afirmar que aunque el plan "avanza" hacia cumplir con las condiciones que había planteado, "aún no cumple con los requisitos mínimos" y no tendrá el apoyo del país. "No estamos planteando exigencias desproporcionadas", dijo ante el hemiciclo federal, donde también afirmó que cualquier país en su situación "plantearía exactamente las mismas exigencias" y que así se lo han transmitido de forma privada muchos líderes europeos.

Otro motivo del rechazo belga son las "enormes consecuencias" que podría tener para el mercado financiero global una eventual crisis de liquidez de Euroclear, según viene alertando De Wever.

Junto a estos posibles riesgos para los mercados, el plan continúa generando debate entre expertos a nivel europeo y global debido a la falta de precedentes de medidas similares y a su complicado encaje en la ley internacional. La consejera delegada de Euroclear, Valérie Urbain, advirtió en este sentido de que emplear los activos rusos daría lugar a "un desequilibrio muy importante" en el balance de la entidad debido a que Rusia conservaría su derecho a la restitución de este dinero incluso si ha sido retirado.

La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, señaló que en ese escenario "tendría que usarse la garantía de los Estados miembros" para compensar por el riesgo en el balance de Euroclear, en una comparecencia ante el Parlamento Europeo esta semana. Lagarde, que ya había expresado sus dudas sobre el plan, insistió en esa comparecencia en que un posible préstamo con los activos rusos debe cumplir con la legislación internacional y proteger la estabilidad financiera en Europa.

Rusia, por su parte, ha amenazado en varias ocasiones a Bélgica y la UE ante la posible expropiación de sus activos. El subjefe del Consejo de Seguridad de Rusia y antiguo presidente del país, Dmitri Medvédev, dijo en la víspera que si la UE intenta "robar los activos rusos congelados en Bélgica", esto será considerado por Moscú 'casus belli'.

Las conversaciones continúan

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El encuentro de este viernes en Bruselas entre De Wever, Merz y Von der Leyen "será una oportunidad" para discutir el plan y las nuevas garantías diseñadas para Bélgica, según dijo ese mismo día en rueda de prensa la portavoz del Ejecutivo comunitario, Paula Pinho, quien añadió que las conversaciones entre todas las partes "son permanentes".

El canciller alemán, por su parte, viaja a Bélgica no con el objetivo de "persuadir" a De Wever, sino "de convencerle de que es el camino correcto", según dijo en la víspera. Aseguró que se toma "muy en serio" las "inquietudes y objeciones" del Gobierno belga.

Aunque no se espera que del encuentro a tres bandas del viernes salgan decisiones concretas, el canciller alemán y la también alemana presidenta de la CE y principal valedora del plan sobre los activos rusos confían en que permita allanar el terreno de cara a un consenso en la cumbre de líderes de la UE de los próximos días 18 y 19.

El Gobierno belga que lidera Bart de Wever mantiene su rechazo a la propuesta de la UE de financiar a Ucrania con el uso de activos rusos inmovilizados, pese a los esfuerzos de la Comisión Europea y de Berlín por adaptar esa iniciativa a las condiciones que reclama Bélgica.

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