Siria

Human Rights denuncia que el Gobierno sirio utilizó armas químicas en la ofensiva para recuperar la ciudad de Alepo

Dos hombres sirios mientras rescatan a dos bebés de una zona destruída tras un bombardeo en Alepo, Siria.

infoLibre

Human Rights Watch (HRW) ha advertido que las fuerzas de seguridad del Gobierno sirio llevaron a cabo varios ataques con gas cloro en el este de Alepo durante la recta final de la toma de la ciudad, a pesar de que el uso de dicho gas está terminantemente prohibido por la Convención Internacional de Armas Químicas, un acuerdo suscrito por Siria desde hace años.

HRW ha presentado este lunes un informe en el que asegura que las fuerzas del presidente sirio, Bashar Al Assad, han utilizado gas cloro para atacar la ciudad de Alepo en al menos ocho ocasiones entre el 17 de noviembre y el 13 de diciembre de 2016. Los ataques causaron la muerte de al menos nueve civiles, cuatro de ellos niños, y dejaron alrededor de 200 heridos.

HRW ha basado sus conclusiones en múltiples entrevistas con testigos análisis de imágenes de vídeo de los ataques, fotografías e información publicada por las redes sociales durante los asaltos del Ejército sirio. Los ataques tuvieron lugar en zonas donde las fuerzas gubernamentales tenían planeado avanzar para recuperar el control de Alepo.

"El patrón de los ataques con gas cloro nos demuestra que estaban perfectamente coordinados con el resto de la estrategia del Gobierno para recuperar Alepo y que no fueron ofensivas espontáneas de ningún tipo", ha asegurado Ole Solvang, vicedirector de emergencias en HRW.

El Mecanismo Conjunto de Investigación, un equipo establecido por Naciones Unidas para estudiar posibles abusos en Siria, identificó hace varias semanas a las unidades militares responsables de llevar a cabo unos ataques con gas cloro en Siria anteriores a los que denuncia HRW en Alepo.

De acuerdo con los datos proporcionados por HRW, las fuerzas gubernamentales llevan utilizando gas cloro desde abril de 2014. En agosto de 2013 se registraron algunos casos de ataques con gas sarín. Las fuerzas del Estado Islámico, por otro lado, han utilizado gas mostaza en varias ocasiones a lo largo del año pasado. Informa Europa Press.

La Convención contra el Uso de Armas Químicas, firmada por primera vez en 1993, prohíbe terminantemente el uso de cualquier tipo de químico tóxico como arma. Siria firmó la convención en 2013. Todos los miembros de Naciones Unidas han firmado el acuerdo excepto Egipto, Israel, Corea del Norte y Sudán del Sur.

Los últimos ataques con gas cloro registrados tuvieron durante la ofensiva final del Gobierno sirio contra los rebeldes del Ejército Libre Sirio y otros grupos por el control de Alepo.

Según ha advertido HRW, el número de ofensivas químicas que tuvieron lugar entre el 17 de noviembre y el 13 de diciembre podría ser mucho mayor. En las redes sociales, personal médico, trabajadores humanitarios, civiles y periodistas en la zona han llegado a denunciar el uso de gas cloro en hasta 12 ocasiones durante ese periodo.

Un gas especialmente característico

Demostrar qué tipo de químico se ha utilizado durante un ataque sin ningún tipo de muestras o análisis de laboratorio resulta extremadamente difícil, según han explicado desde HRW. No obstante, desde la organización han alegado que los síntomas, el olor y el color del gas descrito por los testigos son tan característicos que indican claramente que las fuerzas del Gobierno utilizaron gas cloro.

Decenas de habitantes de Alepo que se encontraban en las cercanías cuando tuvieron lugar los ataques aseguraron que tras los disparos de las fuerzas gubernamentales comenzaron a percibir un fuerte olor a cloro, similar al olor a amoniaco o lejía muy concentrada.

"Los afectados apenas podían respirar, tosían mucho y con mucha fuerza, sentían náuseas, algunos de ellos incluso se desmayaron por el olor y les empezó a salir espuma por la boca", ha explicado uno de los médicos que atendió a víctimas en Alepo. "Los químicos de este tipo afectan sobre todo a los niños, incluso de por vida. Inhalan este tipo de olores y se acaban asfixiando", ha añadido.

"El olor es tan fuerte que es imposible de aguantar. Al segundo de inhalarlo, te empieza a quemar la garganta, como si te ardiese. No puedes tragar saliva ni respirar. Empiezas a tener náuseas, te queman los ojos y no puedes controlar las lágrimas. Al rato dejas de poder respirar. Es como si tu boca y tu nariz se bloqueasen", ha contado uno de los supervivientes de los ataques en Alepo para HRW.

Un alto nivel de exposición al cloro puede provocar asfixia. El químico produce de forma casi instantánea daños en las membranas mucosas de los pulmones, lo que puede acabar provocando un encharcamiento de los mismos. Los niños y los ancianos resultan especialmente vulnerables a la exposición de este gas.

Cuando se lanza un explosivo lleno de gas cloro, se puede percibir un humo de un color amarillento verdoso. Cientos de civiles en Alepo han asegurado en sus entrevistas con HRW haber visto nubes de gas de este color y algunos periodistas en la zona han llegado a registrarlo en cámara.

Uno de los principales peligros del uso de gas cloro es el hecho de que debido a que tiene una densidad mayor que el aire, después de ser expulsado, se acaba acumulando en el suelo. Esto convierte los refugios subterráneos antibombardeos que tienen cientos de civiles en Siria en trampas mortales, ya que el gas se cuela y hay una importante falta de ventilación.

Posible implicación de Rusia

Human Rights Watch carece de pruebas que impliquen directamente a Rusia con los ataques con gas cloro. No obstante, según han alertado desde la organización, Rusia fue uno de los principales protagonistas durante la ofensiva del Gobierno sirio en Alepo, por lo que participó activamente en prácticamente todas las operaciones.

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Por otro lado, el Mecanismo Conjunto de Investigación establecido por Naciones Unidas descubrió que los helicópteros identificados desde donde los cuales se había lanzado en gas cloro en previas ocasiones operaban desde la base de Hmeymim, que está gestionada en su totalidad por Rusia.

El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas –del que forma parte Rusia– ha condenado en múltiples ocasiones el uso de cualquier tipo de arma química en la guerra de Siria y ha denunciado que aquellos partidos que utilicen químicos de manera ilegítima deberán rendir cuentas ante la justicia.

"Prácticamente todos los países del mundo están de acuerdo en que la guerra química es tan despreciable que debería ser prohibida por completo. Al permitir al Gobierno sirio que pase por alto esta prohibición con total impunidad se corre el riesgo de perdonar de forma implícita los ataques con color y menoscabar uno de los acuerdos más sólidos que hay sobre armas en todo el mundo", ha concluido Solvang.

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