COMUNICACIÓN POLÍTICA

El Mesías de la Fox: cómo manipular a un país en tres sencillos pasos

El presentador de la Fox Tucker Carlson.

“No se preocupan por ti, ni por tus hijos, ni por tus nietos. Se preocupan más por los extranjeros que por su propia gente”. Esta es solo una de las perlas que catapultaron a Tucker Carlson al Olimpo de los dioses de Fox News. Hasta esta semana, el presentador estrella de la biblia republicana ha sido el mayor altavoz mediático de las posiciones más extremas del trumpismo. Y un gran defensor del ataque al Capitolio y de Putin. Durante más de siete años, ha enturbiado el discurso público estadounidense con mentiras y manipulaciones. Las mismas que han llevado a su ya excadena a pagar casi 800 millones de dólares para evitar in extremis un juicio histórico, en el que estaba acusada de alentar la falsa teoría del fraude en las elecciones presidenciales de 2020.

Fox News, el canal de noticias por cable propiedad del magnate australiano Rupert Murdoch, es uno de los que más han influido en el deterioro democrático de Estados Unidos en las últimas décadas. Fue construido a imagen y semejanza de Roger Ailes, el polémico productor de televisión y asesor de líderes republicanos como Nixon, Reagan, Bush padre o el propio Trump, y magistralmente retratado por Russell Crowe en la serie biográfica La voz más alta. “La gente no quiere estar informada sino creer que lo está”, repetía con vehemencia Ailes a su equipo. Esta frase ha sido un gran lema para el canal y personajes como Tucker Carlson la han seguido al pie de la letra.

Hace justo un año, The New York Times publicaba un ambicioso especial multimedia en el que analizaba el contenido de 1.150 capítulos del programa de Carlson, llamado Tucker Carlson Tonight, desde que empezó a emitirse hasta 2021. Durante este tiempo, el presentador ha cultivado un discurso populista basado en el odio, el miedo y la irracionalidad. “El populismo del siglo XXI tiene a una ciudadanía cansada y asqueada que puede concederle una victoria a todo aquel que se presente como un Mesías”, afirmaba la profesora de la Universidad de Caracas, Lorena Arraiz, en un artículo de la Asociación de Comunicación Política (ACOP).

¿Qué estrategias concretas ha utilizado repetidamente el Mesías Tucker Carlson para manipular a su audiencia?

1) Construir un enemigo común: “La clase dominante”

El discurso político se caracteriza por la legitimación del endogrupo (nosotros) y la deslegitimación del exogrupo (ellos) a través de ataques y descalificaciones al partido de ideología contraria, pero la retórica populista empleada por Carlson añade “primero, un efecto hiperbólico donde el adversario es el culpable de que todo vaya mal; segundo, el hecho de que el ‘nosotros’ se desdoble entre el pueblo y un líder que se presenta como el salvador y, por último, la proliferación de la estrategia de la conspiración”, explica Beatriz Gallardo Paúls, catedrática de Lingüística en la Universidad de Valencia.  

Para Carlson, ellos, los adversarios, son “la clase dominante” (the ruling class). Un concepto que ha repetido como un mantra en 800 de los 1.150 programas que analiza The New York Times. Según el presentador, la clase dominante intenta controlar la vida de la gente y es la responsable de todos los males de Estados Unidos. En ella, se incluyen destacados políticos del Partido Demócrata, pero también empresarios, la presentadora afroamericana Oprah Winfrey o líderes tecnológicos como Jeff Bezos, Bill Gates o Mark Zuckerberg. “América se está pudriendo desde dentro porque las personas que están al mando no creen que merezca la pena preservarla”, decía en julio de 2017.

2) Alentar constantemente el discurso del miedo: poner a los inmigrantes en la diana

Si algo llama especialmente la atención en su discurso es la apelación constante a las emociones a través de un catastrofismo y un alarmismo exacerbado. “La clase dominante quiere controlar tu mente y que hagas lo que dicen” o “no se preocupan por ti y harán lo que sea para mantener el poder”. Estos mensajes incendiarios que cuestionan la legitimidad de los gobiernos y dirigentes han sido repetidos por Tucker Carlson hasta la saciedad en su programa.

“Usa una retórica negativa, es decir, no propone nada sino que reacciona: niega, deroga y revoca lo que dice el oponente y además lo tergiversa”, explica Gallardo Paúls. Esta retórica es un caldo de cultivo perfecto para la creación y difusión de teorías conspiranoicas como la del “gran reemplazo demográfico”, que sostiene que los demócratas quieren acabar con la población blanca a través de la caída de la natalidad y de la inmigración. Una invención a la que el presentador ha aludido en unos 400 episodios, según el New York Times.

Precisamente, este discurso antiinmigración plagado de mensajes racistas y contra otros colectivos vulnerables ha sido uno de los que más rédito le ha dado a Tucker Carlson, sobre todo, durante el gobierno de Donald Trump. Desde su programa, ha atacado con dureza al movimiento Black Lives Matter y ha defendido posiciones peligrosas que también hemos visto en partidos de la extrema derecha europea como relacionar la inmigración con la delincuencia o afirmar que la izquierda se preocupa más por los inmigrantes que por sus ciudadanos nativos.

3. Simplificar para ganar: ¿a quién le importan los datos?

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El espectador potencial de Fox News es un hombre blanco, de mediana edad y conservador. “Saben cuál es su audiencia y van a reforzarla. No buscan voces discordantes porque no les interesa. La función de su discurso es ratificar opiniones radicales utilizando los grandes tópicos”, añade Gallardo Paúls. Desde su fundación en 1996, el objetivo de Fox News ha sido atraer al nicho del votante conservador, que hasta entonces estaba huérfano de un canal de noticias por cable que representase su ideología.

El lenguaje de Carlson ha estado marcado por una sintaxis con poca subordinación, mensajes simples y directos y la utilización de palabras emblema como, por ejemplo, libertad “cuyo carácter simbólico o emblemático está determinado por la fuerte carga emotiva que poseen y por la indeterminación de su significado denotativo que se produce como consecuencia de un uso abusivo y estereotipado”, tal y como explica Fernández Lagunilla en La lengua de la comunicación política II.

Tucker Carlson Tonight se define a sí mismo como “un programa insignia de noticias” en su web y es ahí donde está la gran trampa de la que se han servido durante años. El show de Carlson se presenta como un informativo en apariencia y estructura, pero no lo es. Es un programa de opinión basado en la manipulación, en el que los datos no importan ni tienen ningún valor. En más de 600 capítulos, presentó al hombre blanco como una víctima y aseguró que está discriminado sin aportar ni un solo dato ni argumento racional. Hasta ahora, su audiencia no los ha echado de menos. Ya lo avisó el alma mater, Roger Ailes, en el génesis de esta historia de terror: “La gente no quiere estar informada sino creer que lo está”. 

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