Papa Francisco
El papa se reúne en un encuentro histórico con el ayatolá Al Sistani durante su visita a Irak
El papa Francisco se ha reunido este sábado con gran ayatolá Sayyid Ali Husaini Sistani, la principal autoridad chií en Irak, en un encuentro de gran simbolismo para pedir la paz fraterna entre religiones que se ha extendido durante casi una hora, informa Europa Press. El encuentro, que se ha desarrollado de forma privada y sin la presencia de periodistas, se ha enmarcado en la óptica de la "fraternidad" que propone el pontifice en su tercera encíclica Fratelli Tutti.
Desde Bagdad, el papa ha viajado a primera hora de la mañana en avión hasta Nayaf. Al-Sistani es uno de los clérigos chiíes más influyentes, con millones de seguidores en todo el mundo. En Occidente, es principalmente conocido por su prestigio y su peso en la política iraquí, especialmente a partir de la invasión estadounidense en 2003.
Sistani, considerado una voz moderada, ha jugado un papel fundamental como mediador político y referente moral en Irak, lo que le ha dado gran influencia en un país que está en el centro de la pugna entre Estados Unidos e Irán. En 2014, instó a los iraquíes a luchar contra el Estado Islámico.
El encuentro de casi una hora ha sido privado y sin presencia de periodistas, pero el Vaticano ha informado de que el papa ha agradecido a Al Sistani su apoyo y defensa a los más débiles y perseguidos en los difíciles años de guerra y terror.
Después, el papa se ha desplazado en helicóptero hasta Ur, una de las más antiguas e importantes ciudades sumerias, el lugar donde la Biblia explica que nació Abraham, patriarca que une a las tres religiones monoteístas: judíos, cristianos y musulmanes.
Pide "transformar" el odio en "instrumentos de paz"
Ante líderes de varias confesiones, ha señalado la "proliferación de armas" y las "turbias maniobras" del dinero al tiempo que ha pedido a los fieles de todas las religiones "transformar" el odio en "instrumentos de paz". "Hostilidad, extremismo y violencia no nacen de un espíritu religioso; son traiciones a la religión. Y nosotros creyentes no podemos callar cuando el terrorismo abusa de la religión", ha exclamado Francisco en su tercer discurso en el país, según recoge Europa Press.
También ha pedido que se respete la libertad religiosa. Para el papa, es claro que el papel de las religiones pasa por que "salgan a la luz las turbias maniobras que giran alrededor del dinero y pedir con fuerza que este no sirva siempre y sólo para alimentar las ambiciones sin freno de unos pocos".
Antes de su alocución, el papa ha escuchado algunos testimonios de personas que han encarnado la fraternidad entre religiones. Por ejemplo, la historia de Dawood y Hasan, un cristiano y un musulmán que, sin dejarse desalentar por las diferencias, estudiaron y trabajaron juntos.
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"¡Cuántas personas aquí, en el silencio y la indiferencia del mundo, han emprendido caminos de fraternidad!", ha manifestado. El pontífice ha instado a todos los jóvenes del país a descubrirse hermanos, tal y como predica en su tercera encíclica Fratelli Tutti y hacer por la reconstrucción "algo bueno y concreto". "Este es el camino, sobre todo para los jóvenes, que no pueden ver sus sueños destruidos por los conflictos del pasado. Es urgente educarlos en la fraternidad, educarlos para que miren a las estrellas. Es una auténtica emergencia; será la vacuna más eficaz para un futuro de paz", ha señalado.
Por otro lado, también se ha hecho cargo de "los sufrimientos indescriptibles de la guerra", que ha obligado a muchos a abandonar casa y patria en busca de un futuro para sus hijos. Si bien, ha elogiado "la voluntad firme" de los que deciden permanecer en la tierra de sus padres, también ha pedido que quienes no lo lograron y tuvieron que huir "encuentren una acogida benévola, digna de personas vulnerables y heridas".
Por eso, ha reivindicado que la vida humana "vale por lo que es y no por lo que tiene, y que la vida de los niños por nacer, ancianos, migrantes, hombres y mujeres de todo color y nacionalidad siempre son sagradas y cuentan como las de todos los demás". Para el papa, el sueño de Dios es que la familia humana "sea hospitalaria y acogedora con todos sus hijos" y "camine en paz".