LA INVASIÓN DE GAZA

La Unión Europea calla ante la detención ilegal por Israel de una eurodiputada franco-palestina

Por primera vez en la historia, un país que no es de la UE detiene a un miembro del Parlamento Europeo, exigiendo para su liberación el reconocimiento de un supuesto delito y así proceder a su expulsión del país. No ha ocurrido en Venezuela ni en Cuba ante una visita de eurodiputados que pretendían reunirse con la oposición reprimida. Tampoco en China ni en una de las monarquías absolutistas bañadas en petrodólares. Ha sucedido en la calificada como "única democracia de Oriente Medio", Israel, que retiene desde la madrugada del lunes a la eurodiputada francesa-palestina Rima Hassan tras el abordaje del barco humanitario de la Flotilla de la Libertad por parte de sus fuerzas armadas. De no aceptar las condiciones impuestas, Hassan pasará a disposición judicial de ese tercer Estado aunque no existan indicios de un grave delito y a pesar de contar con inmunidad.

Hassan ha tenido el triste honor de sentar un peligroso precedente, como explican desde su equipo, con su detención arbitraria y traslado a una cárcel a la espera de comparecer ante la justicia. Permanece detenida en una celda individual en la prisión Givon, igual que otras siete personas que navegaban en la embarcación Madleen, según el entorno de Hassan consultado por infoLibre. Se trata de una cárcel que la propia prensa israelí –como el Times of Israel en 2019– denunció porque los prisioneros recibían un trato inhumano, en habitáculos “inadecuados” y sufrían medidas vejatorias ilegales para las propias normas del país; por ejemplo, con registros desnudos sin su consentimiento.

Israel vuelve a cruzar, por tanto, una línea roja en una vuelta de tuerca a los límites de la guerra contra los palestinos, que afectan ahora directamente a las instituciones comunitarias. Nunca antes un país no miembro de la UE había detenido a un eurodiputado, precisamente para evitar un conflicto diplomático de gran calibre y al tratarse de políticos con inmunidad, que en el mismo territorio comunitario disfrutan de garantías judiciales especiales.

Sin embargo, la Unión Europea calla ante los nuevos desmanes del Gobierno Netanyahu. La Eurocámara no está exigiendo oficial y públicamente la liberación de Rima Hassan. La Alta Representante Exterior comunitaria, Kaja Kallas, no se ha pronunciado sobre el abordaje del buque en aguas internacionales por parte de las fuerzas armadas de Israel, con la detención de ciudadanos de Francia, Suecia, Alemania, España, Brasil, Turquía y Países Bajos. Tampoco lo ha hecho la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen. Sólo la presidenta del Parlamento, Roberta Metsola, directamente implicada al afectar a un miembro de su institución, habría estado “en contacto constante con las autoridades israelíes”, según su entorno.

El silencio cómplice de la UE

En la institución prefieren no aclarar los contactos y las acciones emprendidas ante las autoridades israelíes para la liberación de la eurodiputada Hassan. Ni en el equipo de Metsola ni los portavoces de la propia Eurocámara han respondido a estas preguntas de infoLibre para conocer con qué representantes, miembros del Gobierno o funcionarios han contactado. Y evitan especificar si más allá de esa comunicación formal, hay en marcha alguna medida concreta para conseguir la liberación.

La portavoz jefa de la Eurocámara, Delphine Colard, publicó el lunes por la tarde un mensaje oficial asegurando que “siempre insistirán en que todos sus miembros se mantengan seguros y sean tratados con respeto como representantes electos de los ciudadanos de Europa” y defendiendo que “la protección y el bienestar de los eurodiputados en cualquier sitio del planeta serán siempre la máxima prioridad del Parlamento Europeo”.

Desde el grupo La Izquierda, al que pertenece la eurodiputada franco-palestina, se preguntan si “la impunidad de Israel se ha convertido en una regla no escrita de las relaciones internacionales” y transmiten a infoLibre su profundo malestar con “la presidenta Von der Leyen y la Alta Representante Kaja Kallas, que han fallado para actuar en consecuencia y frenar los crímenes de guerra todavía cometidos en Gaza y en Cisjordania”.

Distintas varas de medir

En 2021 China vetó la entrada de cinco eurodiputados a su territorio. Casi de inmediato, el Parlamento Europeo paralizó cualquier ratificación de un acuerdo comercial entre Bruselas y Beijing. Pero ante un incidente de mayor gravedad como el actual, la Eurocámara y el resto de las instituciones de la UE están paralizadas.

Cuando hace unos años la policía belga registró la habitación de hotel del padre de la vicepresidenta de la Eurocámara, Eva Kaili, lo hizo bajo autorización judicial y tras una larga investigación que destapaba importantes crímenes. En esa habitación encontró miles de euros en efectivo procedentes de una supuesta trama de sobornos a punto de ser transferidos a Grecia. Sólo a continuación, de nuevo con autorización judicial, los agentes belgas entraron en el apartamento de Kaili y hasta la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, tuvo que volver de urgencia desde Malta para estar presente.

Israel no está cumpliendo ninguna de estas garantías con la eurodiputada Hassan y su origen no es baladí en esta arbitrariedad. Apátrida palestina, nacida en un campo de refugiados de Siria, jurista de nacionalidad francesa, país al que llegó con diez años, hija de palestinos que sufrieron la Nakba, el desplazamiento de millones de personas y la desposesión de sus propiedades por la creación del Estado de Israel en 1948.

Los baremos para responder ante las violaciones de las leyes internacionales o por la vulneración de los derechos políticos de representantes europeos dependen del régimen agresor. Al menos, cuando se trata de Israel y de la UE.

Israel viola una vez más la legalidad internacional

Los doce tripulantes de la Flotilla de la Libertad detenidos tras el asalto en la madrugada del lunes fueron conducidos por soldados israelíes al puerto de Ashdod. Desde allí, se les trasladó al centro de detención del aeropuerto David Ben Gurion, en Tel Aviv, donde pudieron hablar brevemente con un representante legal, durante diez minutos, antes de pasar a un primer interrogatorio de las autoridades, según las fuentes consultadas. La acusación que pesó sobre ellos es la entrada ilegal en territorio israelí.

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Para obtener su liberación y proceder a su expulsión, los doce tripulantes –entre los que estaban el español Sergio Toribio, la sueca Greta Thunberg y otros dos ciudadanos franceses– debían firmar un documento reconociendo el supuesto delito. Estos cuatro activistas lo hicieron por causas personales. Los otros ocho, incluida la eurodiputada Rima Hassan, no accedieron a una práctica habitual de los regímenes dictatoriales: forzar la confesión de presuntos delitos.

Denuncian que es “una operación de propaganda que pretende legitimar un arresto ilegal y su detención”, relatan desde el entorno de la eurodiputada a infoLibre. “La Flotilla de la Libertad fue interceptada en aguas internacionales mientras realizaba una misión humanitaria plenamente legal hacia Gaza, de acuerdo con las leyes marítimas y el derecho humanitario internacional”, explican estas fuentes.

Ahora, estas ocho personas esperan detenidas en la prisión Givon a su comparecencia ante un juez israelí, quien podría decidir su expulsión en los próximos días. En el caso de la eurodiputada Hassan, esta estancia en la cárcel es una violación de su inmunidad parlamentaria.

Por primera vez en la historia, un país que no es de la UE detiene a un miembro del Parlamento Europeo, exigiendo para su liberación el reconocimiento de un supuesto delito y así proceder a su expulsión del país. No ha ocurrido en Venezuela ni en Cuba ante una visita de eurodiputados que pretendían reunirse con la oposición reprimida. Tampoco en China ni en una de las monarquías absolutistas bañadas en petrodólares. Ha sucedido en la calificada como "única democracia de Oriente Medio", Israel, que retiene desde la madrugada del lunes a la eurodiputada francesa-palestina Rima Hassan tras el abordaje del barco humanitario de la Flotilla de la Libertad por parte de sus fuerzas armadas. De no aceptar las condiciones impuestas, Hassan pasará a disposición judicial de ese tercer Estado aunque no existan indicios de un grave delito y a pesar de contar con inmunidad.

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