Yann Philippin (Mediapart)

Andrew Garroni, de 70 años, es un veterano de Hollywood. Tuvo su momento de gloria en 1980, como productor de Maniac, una película de terror (que se convirtió luego en film de culto) proyectada en el Festival de Cannes. Pero hasta finales de la década de 1990, el resto de sus producciones, principalmente thrillers eróticos, no han dejado recuerdos. Hoy, entre un partido en el elegante club de tenis de Mulholland Drive, en Los Ángeles, y una foto suya en el New York Times con motivo de la boda de su hija, el exproductor se ha reconvertido oficialmente al marketing digital.

Pero, en realidad, Garroni dirige una enorme red de páginas web ficticias que estafan a internautas de todo el mundo decenas de millones de euros al año, gracias a la pasividad, o incluso complicidad, del grupo francés Worldline, el número dos europeo del sector de pagos. Esta red de páginas web también podría estar implicada en una amplia operación de blanqueo de capitales.

Así lo revela la investigación Dirty Payments, realizada por Mediapart, infoLibre y otros 19 medios de comunicación internacionales coordinados por la red European Investigative Collaborations (EIC). Worldline, líder francés del sector y protagonista de las revelaciones de Dirty Payments, gestionó entre 2014 y 2024 las transacciones con tarjeta bancaria de más de 150 empresas controladas por Andrew Garroni, que administraban más de 1.500 sitios web, en su mayoría de citas (dating, en inglés), pero también de videojuegos online.

Las maniobras fraudulentas de estas webs se basan en una práctica habitual de los sitios pornográficos y de citas: para proteger a sus clientes, una web principal —por ejemplo, rencontrescoquinescesoir.com (encuentrospícarosestanoche, en español)— crea un segundo sitio con una dirección abreviada y discreta —por ejemplo, rccs.com—. Es este sitio secundario, utilizado para la facturación y el servicio posventa, el que aparece en los extractos bancarios.

Pero Garroni ha desviado este sistema. Sus cientos de páginas web de citas son una farsa: todas tienen el mismo diseño, están llenas de perfiles falsos y ordenan a los motores de búsqueda como Google que no las indexen, lo que hace imposible encontrarlas si no se conoce su dirección. Y una vez que se crea una cuenta, es imposible suscribirse: la página de pago no carga.

La única función de estas webs de citas es justificar ante los bancos, las empresas de pago como Worldline y los gigantes de las tarjetas bancarias (Visa y Mastercard) el hecho de que los pagos con tarjeta lleguen a las páginas de "atención al cliente" asociadas a ellas.

En Internet, decenas de víctimas cuentan que les han cobrado sin entender por qué. Por ejemplo, Fatima ignora claramente que dvsdtdng.com, que le "cobra dinero todos los meses", es oficialmente el servicio de atención al cliente de deviousadultdating.com.

"Son unos ladrones", "he perdido 600 dólares", se quejan otras víctimas. Todas esas personas afirman haber recibido cargos en sus cuentas desde direcciones abreviadas e incomprensibles, sin haberse suscrito nunca a las webs de citas con las que, en teoría, están asociadas.

Se desconoce el modus operandi, es decir, cómo consigue la red activar los pagos. Pero una de las técnicas utilizadas sería el phishing, o suplantación de identidad, según una denuncia presentada en Estados Unidos en 2017 por Seeking Arrangement, una web de contactos amorosos que fomenta las relaciones, en ocasiones remuneradas, entre mujeres jóvenes y hombres mayores y ricos.

La denuncia indica que se enviaron correos electrónicos en nombre del director general de Seeking Arrangement a los suscriptores de la web, indicándoles que, debido a un problema técnico, debían volver a introducir los datos de su tarjeta de crédito. Sin embargo, el enlace que aparecía al final del correo electrónico no conducía a Seeking Arrangement, sino a fndrtsmt.com, el servicio de atención al cliente de findyourtruesoulmate.com, una de las web de citas ficticias de la red de Garroni.

Los implicados han hecho todo lo posible para ocultar la existencia de la red. Las 150 empresas, registradas en Chipre, el Reino Unido, España y los Países Bajos, pertenecen a "afiliados", es decir, a personas sin relación con la dirección de la red. Pero hemos conseguido desenmascarar a Andrew Garroni gracias a documentos de Wirecard, una empresa de pagos alemana, obtenidos por nuestro socio Der Spiegel. Estos documentos enumeran 87 empresas cuyo propietario es el exproductor de Hollywood.

Varias decenas de esas empresas también son clientes de Worldline, que las presenta en documentos internos como parte de un grupo denominado iMerchant - Eureka. Hemos podido comprobar que iMerchant es una empresa canadiense de Garroni, actualmente inactiva. En cuanto a Eureka, se trata de Eureka Multimedia Group, la empresa californiana de marketing digital del mismo Garroni.

El fraude orquestado es muy lucrativo: según datos internos de Worldline de 2023, que abarcan un periodo de un año, el grupo francés gestionó unos 90 millones de euros en pagos a favor del grupo de Garroni. El importe total es, por lo tanto mucho mayor, ya que la relación comercial se inició nueve años antes.

Garroni, condenado ya en 2007

Puede parecer muy sorprendente que Worldline aceptara en 2014 a un cliente con semejante historial. En 2007, Garroni y sus socios de entonces tuvieron que pagar una indemnización de 550.000 dólares en Estados Unidos por otro fraude. Ofrecían a los internautas instalar en sus ordenadores un programa que permitía ver películas. Pero se trataba de un programa malicioso que, con el pretexto de que había expirado un supuesto periodo de prueba, mostraba constantemente mensajes de gran tamaño para obligar a las víctimas a pagar para deshacerse de él.

Worldline siguió gestionando durante una década las transacciones de las falsas web de citas de la red Garroni, a pesar de que el grupo sabía que muchos clientes solicitaban reembolsos a sus bancos por fraude. Los reembolsos afectaban a cerca del 12% de los importes facturados en 2023 por estas empresas, según nuestros datos.

Hubo que esperar hasta mediados de 2023 para que los departamentos antifraude de Worldline llevaran a cabo una investigación interna sobre varias decenas de clientes sospechosos, entre ellos 14 sociedades del grupo Garroni. Los auditores concluyeron que Worldline debía poner fin inmediatamente a toda relación con nueve de estas empresas.

El organismo regulador del sector financiero alemán, BaFin, también abrió una investigación. La institución considera que el fraude era tan "evidente" que Payone, la filial alemana de Worldline, es considerada como "cómplice potencial".

Otra auditoría interna, realizada en junio de 2023, reveló nuevos elementos contundentes. Aunque los numerosos operadores de falsas páginas web de citas se consideraban oficialmente independientes, Worldline sabía que esas empresas estaban en realidad controladas por el grupo iMerchant - Eureka. Sin embargo, los empleados del departamento de riesgos recibieron la orden de no comunicarlo nunca a Visa, Mastercard ni a los reguladores, ya que este grupo "no tiene existencia legal" y Worldline "no debería saber" que existe.

La misma auditoría hace referencia a una amplia operación de presunto "blanqueo de capitales" llevada a cabo en Estados Unidos. Tras ser alertada por varios bancos, Worldline descubrió que 3.369 tarjetas bancarias estadounidenses habían realizado pagos por valor de 17,8 millones de euros a 293 páginas web de citas.

Las operaciones se consideran altamente sospechosas: gran parte de las tarjetas pertenecían a empresas, a priori poco propensas a suscribirse a páginas web de citas, y desde algunas se realizaron más de 2.000 pagos a diferentes web por un importe superior a 77.000 euros. Es muy probable, por tanto, que las tarjetas estuvieran controladas por las propias sociedades y que la operación estuviera claramente destinada a blanquear capitales.

Los investigadores de Worldline no revelaron los nombres de los clientes implicados. Pero, según la investigación Dirty Payments, las características de las empresas mencionadas en la auditoría podrían corresponder a las sociedades del grupo de Andrew Garroni.

A pesar de esas auditorías demoledoras, Worldline siguió gestionando los pagos de las páginas web falsas de citas durante un año más, hasta junio de 2024. Preguntada por el EIC, Worldline afirma que "se compromete a respetar los mejores estándares en materia de cumplimiento y prevención de la delincuencia financiera" y que "ha reforzado sus recursos en ese sentido". "Como empresa que cotiza en bolsa", indica el grupo, "no puede comunicar [...] información confidencial de forma selectiva" y "no puede comentar la situación de sus clientes, pasados o actuales".

En cuanto al exproductor de cine, es difícil, si no imposible, localizarlo. La dirección de email y el número de teléfono que figuran en la página web de su empresa Eureka no funcionan. Cuando nos dirigimos a la sede, un edificio de oficinas en el noroeste de Los Ángeles, el empleado que nos abrió la puerta se negó a darnos ninguna vía de enlace con él. También nos hemos puesto en contacto con Andrew Garroni en varias ocasiones por email y por teléfono. Nunca ha respondido.

Traducción de Miguel López.

Andrew Garroni, de 70 años, es un veterano de Hollywood. Tuvo su momento de gloria en 1980, como productor de Maniac, una película de terror (que se convirtió luego en film de culto) proyectada en el Festival de Cannes. Pero hasta finales de la década de 1990, el resto de sus producciones, principalmente thrillers eróticos, no han dejado recuerdos. Hoy, entre un partido en el elegante club de tenis de Mulholland Drive, en Los Ángeles, y una foto suya en el New York Times con motivo de la boda de su hija, el exproductor se ha reconvertido oficialmente al marketing digital.

'Dirty Payments'

La investigación Dirty Payments, llevada a cabo por 21 medios internacionales coordinados por la red European Investigative Collaborations (EIC), y basada en documentos y datos confidenciales obtenidos por EIC y Der Spiegel, revela uno de los mayores escándalos financieros que ha conocido Europa, sacando a la luz por primera vez los fallos estructurales y el silencio que reina en el sector de los pagos.

Durante diez años, el grupo francés Worldline, segundo actor europeo de pagos, operó, con total impunidad, miles de millones de euros en transacciones fraudulentas o contrarias a la ética para algunos de los peores actores del comercio electrónico: estafadores en línea, casinos online, grupos pornográficos controvertidos, sitios de prostitución...

Además de infoLibre, los medios que han participado en la investigación Dirty Payments son: Mediapart (Francia) NRC (Países Bajos), Le Soir y De Standaard (Bélgica), Der Spiegel (Alemania), Reporters United (Grecia), VG (Noruega), Politiken (Dinamarca), Expresso (Portugal) —todos miembros de EIC—, TBIJ e ITV News (Reino Unido), SRF y Die Wochenzeitung (Suiza), Dagens Nyheter (Suecia), Snoop.ro (Rumanía), TVN24 (Polonia), 24.hu (Hungría), HlídacíPes.org (República Checa), Drop Site News (Estados Unidos) y Toronto Star (Canadá).

Coordinación: Yann Philippin (Mediapart) y Stefan Candea (EIC).

Análisis de datos: Yann Philippin (Mediapart), Konstantina Maltepioti (Reporters United), Christoph Winterbach (Der Spiegel) y Rik Wassens (NRC).

Diseño gráfico e ilustraciones: Lynne Brouwer (NRC) y Elsa Hundertmark (Der Spiegel).

La investigación concreta sobre la red de Andrew Garroni ha sido realizada por Mediapart, Der Spiegel, Drop Site News e infoLibre.

Si tienes cualquier información sobre este tema, nos puedes escribir a investigacion@infolibre.es.

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