Las víctimas de una "cacería de negros" en un pequeño pueblo francés señalan a un edil del ayuntamiento

Nicolas Cheviron (Mediapart)

 ¿Qué ocurrió la noche del 15 al 16 de agosto, al final de la fiesta de la localidad de Royère-de-Vassivière? Según Cédric Lecomte, concejal y miembro del comité organizador de las fiestas, citado por el periódico La Montagne, no pasó gran cosa. Solo un grupo de unos diez jóvenes borrachos, al final de la noche, que intentaron robar vasos.

“Ellos empezaron a tirarnos botellas y nos defendimos. Luego se fueron corriendo. Pero sí, hubo bronca, eso es seguro”, afirmó el concejal al diario regional unos días después de los hechos.

Sin embargo, los jóvenes en cuestión y otros testigos cuentan una historia muy diferente, la de un ataque deliberado y selectivo contra un joven negro que, tras una primera paliza, se convirtió en una “caza de negros” —expresión que, según se dice, emplearon los agresores— con camionetas y walkie-talkies en las calles de este municipio de 570 habitantes. Y esos testigos señalan al citado concejal como uno de los principales protagonistas de la agresión.

“No, no fue una pelea entre gente borracha. Sufrimos una paliza por parte de una banda organizada y nuestra única respuesta fue huir y ponernos a salvo. Fuimos víctimas de una emboscada”, asegura la principal víctima, de 26 años, que se dirigió a la prensa el lunes bajo anonimato, ya que está sometido a “intimidaciones casi diarias por parte de personas que viven cerca de casa”.

Junto al joven y otras dos presuntas víctimas, su abogada, Coline Bouillon, afirma representar a siete demandantes, cinco de los cuales ya han presentado denuncia por actos de violencia cometidos de forma premeditada y en grupo, injurias públicas e incitación a la violencia y al odio, así como violencia e injurias de carácter racista. Un médico constató en esas personas hematomas y síndromes postraumáticos que justificaban bajas laborales temporales de entre seis y quince días, según los casos, precisa la abogada.

Según el relato elaborado por las tres víctimas el lunes y los hechos recogidos en cuatro denuncias a las que Mediapart ha tenido acceso, la supuesta agresión comenzó después de las dos de la madrugada, cuando Nicolas Lenoir, miembro del comité organizador y presidente de la asociación local de caza, se acercó al grupo de amigos reunidos cerca de un bar para reprochar de forma agresiva a una persona negra que no llevara a su perro con correa. “Tenía un cachorro de tres meses tumbado a mis pies debajo de la mesa”, indica el joven.

“¿Dónde está ese negro? Vamos a liquidarlo”

Este menciona en su denuncia un primer insulto racista — “no tienes nada que hacer aquí, negro asqueroso”, corroborado por otro denunciante, y una serie de puñetazos y patadas contra él. Varios miembros del grupo, que intentaron interponerse, afirman haber recibido también golpes, mientras que el agresor recibió el apoyo de Cédric Lecomte, quien, según ellos, participó en la pelea.

Una denunciante de 20 años afirma que el cazador la agarró por el cuello y la tiró al suelo, y que luego la dio patadas hasta que perdió el conocimiento. Un denunciante de 25 años, que recibió un golpe en la cara, describe cómo el mismo agresor tiró al suelo a otro concejal de Royère que había acudido para calmar los ánimos, “apoyando su codo contra su cuello”.

El grupo huyó, pero fue alcanzado por una camioneta de la que se baja Cédric Lecomte. “Estaba muy cabreado y quería atacar a nuestro amigo racializado proponiéndole pelear uno contra uno”, testifica un vecino del pueblo, que habla bajo anonimato. Mientras la supuesta víctima lograba “escaparse por las calles del pueblo”, esta fuente indica que se organizó una persecución con comunicaciones por walkie-talkie y la llegada de al menos una segunda camioneta. “En la calle se oyó: ¿Dónde está ese negro? Vamos a liquidarlo”, añade.

Algunas declaraciones de los denunciantes aseguran que hubo hasta cinco camionetas implicadas y una quincena de perseguidores a pie. Una de ellas relata las palabras de un denunciante que afirma haber oído: “La caza de negros está abierta”. La principal supuesta víctima indica por su parte que se refugió en un sótano, con “temblores en todo el cuerpo”, hasta la llegada de los gendarmes, llamados por sus compañeros, hacia las 4:30 de la madrugada.

Contactado por teléfono por Mediapart, Nicolas Lenoir no quiso pronunciarse sobre los hechos que se le imputan, pero sí afirmó que lo que ocurrió la noche del 15 fue un “empujón” y que “ni siquiera hubo pelea”. “Soy una persona honesta, no soy racista en absoluto, no tengo ninguna afiliación política. Pero han convertido esto en una cuestión política. Es repugnante. Se acercan las elecciones municipales y también las manifestaciones del 10 de septiembre”, comentó. “Espero a que la justicia haga su trabajo.”

El mando de la gendarmería responsable del sector no respondió a las solicitudes de aclaración de Mediapart. Sin embargo, una fuente de la gendarmería confirmó a La Montagne la existencia de “comentarios discriminatorios”, pero desmintió que se tratara de una “cacería humana”. Por su parte, el alcalde socialista de Royère-de-Vassivière, Raymond Rabeteau, se negó a hacer declaraciones, alegando que se trata de un “asunto privado”. No fue posible contactar de inmediato con el edil implicado ni con la persona citada como una de las víctimas.

Concentración de apoyo

En cualquier caso, los hechos relatados por las supuestas víctimas parecían suficientemente convincentes para más de 300 habitantes del pueblo y sus alrededores, que acudieron el lunes a Royère-de-Vassivière para mostrarles su apoyo con pancartas en las que se leía: “En nuestros pueblos, no al racismo, no a la violencia”.

“Esos ataques nos hieren y nos entristecen individualmente y, en general, afectan a todos los habitantes de aquí, sean quienes sean, que creen que la convivencia es posible”, leyeron a varias voces los miembros del comité de apoyo creado tras el incidente. “No queremos vivir con miedo a los demás”.

Entre la multitud, los representantes de asociaciones y partidos políticos mantienen un perfil bajo, con las pancartas más bajas, a petición del comité. Pero no se callaron. ”En el departamento, desde 2022 se ha observado una liberación del discurso de odio. Y la situación ha empeorado desde la elección en 2024 del diputado en ejercicio”, comenta François Garçaut, representante de la Liga de Derechos Humanos (LDH) en la Creuse.

El activista se refiere a Bartolomé Lenoir, candidato de Los Republicanos (LR) apoyado por Éric Ciotti y la Agrupación Nacional (RN). “Su primera toma de posición fue preguntar cuántos extranjeros había en el departamento”, continúa, precisando que la LDH iba a ayudar a las víctimas en sus trámites.

“Y desde entonces, ha desarrollado una pasión morbosa por el sur de la Creuse y su población de ‘recién llegados’, algunos de los cuales llevan allí más de cuarenta años, a los que trata de dependientes y drogadictos para atizar contra ellos la proscripción popular”, añade Arnaud Chapal, portavoz de los ecologistas de Creuse.

Catherine Couturier, exdiputada de La France insoumise (LFI) por la Creuse, recuerda por su parte que su despacho ya había sido objeto de “actos de vandalismo y pintadas violentas como ‘diputada zorra’ o ‘vamos a quemar la mezquita’” durante su mandato, de 2022 a 2024.

En Royère-de-Vassivière, el candidato de Los Republicanos obtuvo 104 votos en la primera vuelta de las elecciones legislativas de 2024, es decir, el 34,21 % de los votos, y 129 en la segunda (41,08 %). En 2022, el RN no superó la primera vuelta, con 41 votantes (17,67 %), al igual que el Frente Nacional anteriormente, que solo obtuvo 17 votos (6,81 %) en 2017.

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Durante la concentración del lunes, los miembros del comité de apoyo querían creer que el incidente del 15 de agosto, en lugar de dividir al pueblo, le permitiría unirse en torno a un “rechazo común de la discriminación y la violencia”. El reto es crucial, ya que el municipio acogerá a finales de septiembre la fiesta de la Montagne limousine, una celebración que reúne a los habitantes de todo el sur de la Creuse.

 

Traducción de Miguel López

 ¿Qué ocurrió la noche del 15 al 16 de agosto, al final de la fiesta de la localidad de Royère-de-Vassivière? Según Cédric Lecomte, concejal y miembro del comité organizador de las fiestas, citado por el periódico La Montagne, no pasó gran cosa. Solo un grupo de unos diez jóvenes borrachos, al final de la noche, que intentaron robar vasos.

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