¿Una indemnización por descender de esclavos? San Francisco estudia cómo reparar a la minoría negra

Manifestantes sostienen fotos de George Floyd en las calles de Manhattan para conmemorar la festividad de Juneteenth, que marca el fin de la esclavitud en Estados Unidos en 1865.

Alexis Buisson (Mediapart)

Un centenar de personas, la mayoría afroamericanas, toman asiento en un auditorio del Museo de Arte Moderno de San Francisco, el SFMoMA. Todos habían acudido para participar en una conferencia sobre la historia local de su comunidad. "Racismo", "opresión", "odio" son palabras con las que los ponentes describen la ciudad esa mañana del 7 de abril y que la sitúan muy lejos de la imagen progresista y tolerante que el resto del mundo tiene de la cuna de la cultura hippy. "Cada vez hay menos negros en San Francisco y estamos a la cola en todo: riqueza, vivienda, escolarización", interviene una indignada mujer afroamericana.

El acto pretende dar a conocer las actividades del Comité Asesor de San Francisco sobre Reparaciones para los Afroamericanos. Este grupo fue creado en 2021 por el ayuntamiento para estudiar cómo compensar a la población negra local por las políticas racistas que sufrieron en el siglo XX en materia de vivienda, educación y justicia: un concepto conocido como reparations en inglés.

Los trabajos de este cenáculo de quince personalidades (activistas, responsables de asociaciones, un ex presidiario, un historiador, etc.) se desarrollaron en silencio hasta el pasado mes de marzo, cuando presentó al ayuntamiento decenas de recomendaciones provisionales. Han llamado la atención varias propuestas: la eliminación de las deudas personales de los residentes negros, el pago de un suplemento de ingresos durante 250 años, alquiler de vivienda por un dólar... pero sobre todo el pago de cinco millones de dólares a cualquier persona mayor de edad que se identifique como negra en documentos oficiales desde hace más de diez años y cumpla varios criterios de residencia. 

Los miembros de ese consejo municipal (supervisors) parecían abiertos a la idea. Uno de ellos, Shamann Walton, gran defensor de las reparaciones, pidió allí mismo un presupuesto de 50 millones de dólares (46,4 millones de euros) para poner en marcha una agencia municipal dedicada a este asunto.

Pero en una ciudad que aún se recupera del covid, lastrada por una caída de los ingresos fiscales debida a la marcha de sus empresas tecnológicas y de parte de su población, muchos no quieren oír hablar de semejante gasto. Es el caso de Richie Greenberg, un ex demócrata que fue candidato a la alcaldía de San Francisco en 2018 bajo por el Partido Republicano.

Tras conseguir el sonado despido en 2022 de Chesa Boudin, el fiscal de distrito considerado demasiado laxo, Greenberg se ha propuesto deshacer este plan de compensación, que considera irreal. "Este plan equivale a decir que un grupo específico merece algún tipo de compensación económica simplemente por su identidad racial. Esto va en contra de las leyes y la Constitución del Estado de California, que prohíben cualquier trato preferente por motivos de raza", afirma. Además, se opone a la creación de instituciones y servicios dedicados a la comunidad negra, como recomienda el informe provisional. "¡Eso es una retirada de la colectividad, financiada por los contribuyentes!”

Desigualdades acumuladas

Sin embargo, el movimiento en favor de las reparaciones gana terreno en todo Estados Unidos. Defendido por el escritor Ta-Nehisi Coates en The Case for Reparations, un artículo histórico publicado en la revista The Atlantic en 2014, cobró impulso tras el asesinato de George Floyd el 25 de mayo de 2020 en Minneapolis (Minnesota). La muerte de este afroamericano, asfixiado por un policía blanco que le puso la rodilla en el cuello durante una detención, desató un acalorado debate sobre el racismo sistémico derivado del sometimiento de los negros hace cuatro siglos.

"Debido a la esclavitud, los miembros de la comunidad no podían recibir una educación formal ni adquirir tierras. Esto impidió la acumulación de riqueza a lo largo del tiempo y todo lo que ello conlleva: esperanza de vida, educación, vivienda, bienestar", resume Andre Perry, investigador y experto en reparaciones del think tank Brookings Institution.

Aunque ha surgido una clase media negra, las disparidades de riqueza se han mantenido de generación en generación. Según una encuesta nacional sobre finanzas del consumidor en Estados Unidos de 2019, las familias blancas tienen un patrimonio medio de 983.400 dólares, frente a los 142.500 dólares de las familias negras.

En los últimos años, varias localidades han puesto en marcha diversas formas de reparación. La pionera fue Evanston, una localidad de Illinois, que reservó diez millones de dólares para sus residentes negros afectados por una política de discriminación en materia de vivienda que ya es cosa del pasado. El dinero procedía de los ingresos fiscales por la venta legal de cannabis.

Segregación geográfica

Las universidades también se han unido al movimiento. Por ejemplo, la jesuita Georgetown, a las afueras de Washington, ofrece a los descendientes de los 272 esclavos que vendió en 1838 para saldar sus deudas la posibilidad de estudiar gratis en ese prestigioso centro.

Varios Estados también han creado comisiones para estudiar las reparaciones. En mayo, la de California recomendó presentar una disculpa oficial a los descendientes de esclavos y pagarles indemnizaciones que podrían ascender a más de un millón de dólares. Éstas se calculan en función del lucro cesante causado por la esclavitud y las prácticas racistas que se derivaron de ella, en varios ámbitos en los que se dispone de datos históricos: discriminación en materia de vivienda, devaluación de los comercios afroamericanos, disparidades en la atención sanitaria, etc.

En San Francisco, las cifras hablan por sí solas. Mientras la proporción de residentes negros ha descendido del 13% al 6% en cincuenta años, el 38% de los sin techo pertenecen a este grupo racial. Los defensores de las reparaciones culpan a las leyes y prácticas locales que impedían a los negros vivir donde querían, o les dificultaban el acceso a la educación, los préstamos bancarios o el empleo.

Además, barrios afroamericanos antaño vibrantes, como el Fillmore, apodado el "Harlem del Oeste", fueron arrasados en parte en el marco de una política de "renovación urbana" que benefició a las acomodadas familias blancas a partir de la década de 1950.

Si el Ayuntamiento de San Francisco adopta las recomendaciones finales del comité asesor tras la presentación del informe definitivo en junio, el "París del Pacífico" se convertiría en el mayor municipio americano en adoptar medidas de reparación. 

La esclavitud, uno de los actos más odiosos de discriminación, entra en la categoría de agravios que deben repararse

Andre Perry, investigador

¿Se mantendrá la propuesta de pagar cinco millones de dólares? Incluso en el seno del comité, no hay unanimidad. El pastor Amos Brown, figura local del movimiento por los derechos civiles y miembro del grupo consultivo, ha pedido a los concejales que rechacen la medida, basada en una estimación subjetiva. Según los cálculos de la Hoover Institution, un think tank conservador, serían casi 600.000 dólares por hogar no blanco si se beneficiaran todos los afroamericanos mayores de edad de San Francisco, es decir, 35.000 personas.

“Está fuera de cuestión que un solo dólar de mis impuestos se destine a ese programa", afirma Richie Greenberg, ex candidato a la alcaldía. “La culpa la tiene el ayuntamiento. Muchos de los que forman parte de él tienen formación jurídica y deberían entender que este plan es ilegal e inconstitucional y rechazarlo. Pero no, no tienen el valor de hacerlo y se van a poner en una situación imposible.”

Ante el público congregado en el SFMoMA, el presidente del comité, Eric McDonnell, defendió los cinco millones de dólares e incluso sugirió que no eran suficientes. “Estados Unidos, California y la ciudad de San Francisco nos deben mucho más de lo que pueden pagar", afirmó. No nos corresponde a nosotros decirles cómo pagar estas medidas. Esa es su responsabilidad".

Todavía queda camino por recorrer para convencer a los recalcitrantes. Según un estudio nacional de la Universidad UMass Amherst, el 72% de los encuestados blancos en 2021 se oponían a cualquier reparación monetaria para la comunidad negra. Para justificar su postura, aducen la dificultad de calcular la cantidad adeudada y el hecho de que las generaciones actuales no son responsables de la esclavitud. ¿Solución? La construcción de un "memorial" (51% a favor). Por su parte, sólo el 14% de los encuestados negros se muestran contrarios a las reparaciones financieras.

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Andre Perry señala que otros grupos han recibido compensaciones económicas en el pasado, entre ellos decenas de miles de japoneses-americanos internados en campos de concentración tras el ataque a Pearl Harbor en 1941. El gobierno federal les ofreció 1.600 millones de dólares y una disculpa oficial. También señala que en los tribunales se calculan constantemente indemnizaciones por daños y perjuicios. "La esclavitud, uno de los actos de discriminación más odiosos, entra en la categoría de agravios que deben repararse", insiste el experto. Para él, no es sólo una cuestión de dinero: "Reconocer los errores del pasado es una obligación moral".

 

Traducción de Miguel López

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