Trump sume a EEUU en la devastación en su primer mes en la Casa Blanca

Donald Trump sube al escenario este jueves para pronunciar un discurso en la Sala Este de la Casa Blanca.

François Bougon (Mediapart)

En un mes en la Casa Blanca, Donald Trump, el 47º presidente de los Estados Unidos, a quien sus allegados presentan como el “negociador en jefe”, ha demostrado sobre todo sus habilidades como demoledor en jefe.

En primer lugar, como demoledor de la administración federal. Como muchos temían, su hoja de ruta es el Proyecto 2025, una plataforma reaccionaria que está implementando metódicamente mediante la firma de órdenes ejecutivas. Su puesta en escena día tras día en lugares diversos y variados, desde el Despacho Oval hasta su palacio de Mar-a-Lago en Florida, pasando por un gimnasio de Washington, tiene como objetivo dejar huella en la mente de la gente, así como ocupar los medios de comunicación y las pantallas.

Según una herramienta de seguimiento elaborada por una ciudadana americana, el presidente ya ha aplicado más de un tercio de las recomendaciones de ese proyecto. Si nos fijamos en los ministerios y agencias federales, el organismo estatal más afectado ha sido la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). Uno de sus directivos ha contado a Mediapart el trauma que supone el brutal desmantelamiento de esta agencia creada en 1961.

Como proclamó uno de los redactores del Proyecto 2025, el nacionalista cristiano Russell Vought, que ahora ocupa un puesto clave en la Casa Blanca, el objetivo es “desmantelar el Estado profundo” y “aterrorizar a los burócratas”.

La tarea también se le ha encomendado al hombre más rico del mundo, Elon Musk, que parece disfrutar bastante, al frente de la Comisión para la Eficiencia del Gobierno (Doge), con ir al grano despidiendo a funcionarios y suspendiendo fondos destinados a aquellos que más los necesitan. Tanto en Estados Unidos como fuera de sus fronteras.

“Intervención de la burocracia”

Millones de personas, ya sean funcionarios o miembros de organizaciones no gubernamentales que trabajan en el extranjero, se ven afectadas por estas medidas llevadas a cabo en nombre de la lucha contra “el fraude, el abuso y el despilfarro”, sin que se aporten pruebas tangibles.

En una entrevista con Fox News, en compañía de Donald Trump, Elon Musk denunció la existencia de una “vasta burocracia federal que se opone implacablemente al presidente y a su gobierno”. “Lo que vemos aquí es la intervención de la burocracia mientras intentamos restaurar la democracia y el deseo del pueblo”, dijo.

Donald Trump afirmó de nuevo que Doge había descubierto “cientos de miles de millones de dólares en fraudes”, y consideró que Musk, que había donado más de 250 millones de dólares a la campaña electoral del candidato republicano, “estaba haciendo un trabajo extraordinario”.

Cuando la CNN le preguntó al senador independiente Bernie Sanders, dijo que lamentaba que Elon Musk “estuviera a la cabeza”. “Es la persona más rica del mundo, tiene enormes conflictos de intereses, financia grupos de extrema derecha en todo el mundo y espera con impaciencia beneficiarse de enormes exenciones fiscales”, añadió.

Nunca he visto una censura tan severa por parte de una administración que se jacta de ‘transparencia’ y ‘libertad’

Un empleado federal

Cada vez hay más testimonios sobre la forma en que se lleva a cabo la purga, con correos electrónicos que se parecen tanto a spams que la OPM (Oficina de Administración de Personal), agencia responsable del servicio público de la administración federal, tiene que enviar otros correos para confirmar la veracidad de los primeros. Es el reino de lo absurdo en un universo fascista destinado a imponer la censura y sembrar el miedo entre las personas afectadas.

En una carta hecha pública por una personalidad antitrumpista, un empleado federal da cuenta de su angustia. “Desde el primer día en que volvimos al trabajo tras el cambio de régimen de la administración, nada ha sido normal”, escribe. Nunca he visto una censura tan severa por parte de una administración que se jacta de ‘transparencia’ y ‘libertad’. Se nos ordenó eliminar cualquier mención a la DEI (diversidad, equidad e inclusión), al cambio climático, a la justicia ambiental, a las palabras transgénero, identidad, etc. de nuestras páginas web, documentos impresos y programas”.

Trump se cree Napoleón

Donald Trump también busca socavar el orden institucional. Su objetivo es concentrar todo el poder. Aunque, como señalan los expertos, todos los presidentes modernos, excepto Jimmy Carter, han tratado de fortalecer el poder ejecutivo en detrimento de los poderes legislativo y judicial, con Trump II nos enfrentamos a una situación particular y peligrosa.

El martes 18 de febrero, el presidente americano indicó que había pedido al departamento de Justicia que pusiera fin a las funciones de todos los fiscales que quedaran del mandato de su predecesor Joe Biden, porque, en su opinión, el departamento había sido “politizado como nunca antes”.

Para Anthony Romero, secretario ejecutivo de la ACLU (American Civil Liberties Union), una ONG de defensa de las libertades civiles, Estados Unidos se encuentra en un momento en el que Trump podría cruzar el Rubicón y sumir al país en una “crisis institucional” si decidiera “desafiar abiertamente una decisión judicial”, habiendo ya unas cuarenta demandas para impugnar las decisiones tomadas por la Casa Blanca.

Dado que el Tribunal Supremo se inclina hacia el lado conservador, se teme que avale una serie de actos del presidente. Para justificarse, Trump, que fustiga a los jueces acusados de querer oponerse a su política, lanzó el sábado 15 de febrero en las redes sociales: “El que salva a su patria no viola ninguna ley”. Una cita extraída de Maximes et pensées (Máximas y pensamientos) de Napoléon.

En la CNN, Bernie Sanders dijo que era “un momento muy peligroso”. “Con Trump, este país está evolucionando muy rápidamente hacia una forma de sociedad autoritaria”, advirtió. “Los Padres Fundadores, en la década de 1770, no eran tontos. Lucharon contra el rey de Inglaterra, un autócrata que tenía todos los poderes. Y dijeron: “¿Sabe qué? No queremos eso en este nuevo país. Vamos a establecer tres ramas separadas e iguales del gobierno”. Y todos los niños de sexto saben cuáles son esas tres ramas. Pero Trump no. Y lo que Trump está haciendo ahora es intentar usurpar cada día los poderes del Congreso para desafiar los poderes de los tribunales”.

Se trata de un gobierno que le dice al público y a la prensa qué palabras usar y que toma represalias si no siguen las órdenes del gobierno

Lauren Easton, portavoz de la agencia AP

El nuevo presidente de Estados Unidos también está destruyendo las alianzas tradicionales, atacando a Europa y negociando directamente con Rusia por una paz improbable en Ucrania. El 18 de febrero, Donald Trump incluso obvió la responsabilidad de Moscú en la guerra, diciendo que los ucranianos “deberían haber puesto fin a ella hace tres años”. Incluso se permitió decir: “Nunca deberían haberla comenzado”, cuando estamos a punto de cumplir el tercer aniversario de la agresión al país por parte de las fuerzas armadas de Putin.

Esta ofensiva reaccionaria se televisa. Cada anuncio “importante” o firma de órdenes ejecutivas es una oportunidad para una puesta en escena, acompañada de declaraciones a la prensa. El 18 de febrero, Donald Trump se encontraba en su propiedad de Mar-a-Lago. Una ocasión para él de demoler, también, el idioma, de utilizar una neolengua, del estilo a la imaginada por George Orwell en su novela 1984, para reforzar el poder de los dominantes y evitar cualquier crítica. “Están sucediendo cosas increíbles en nuestro país”, dijo. “Hemos hecho más progresos en tres semanas que ellos [los demócratas, ndr] en cuatro años, especialmente en lo que respecta a la reputación de nuestro país, y nuestro país vuelve a ser respetado.”

Mientras tanto continúa la masacre de la administración federal a través de Doge, cuya misión debería terminar en julio de 2026. Las órdenes ejecutivas también están llenas de estos giros léxicos y cambios de sentido. Así, la implementación de una “educación patriótica” se titula oficialmente: “Poner fin al adoctrinamiento radical en la enseñanza primaria y secundaria”.

Medios vetados

Los medios de comunicación que se niegan a utilizar esta neolengua son vetados. A la agencia de noticias Associated Press se le niega ahora el acceso a la Casa Blanca y al avión presidencial Air Force One, porque sigue utilizando la denominación “Golfo de México” y no la arbitrariamente decidida por Trump, “Golfo de América”. “Vamos a impedirles la entrada hasta que reconozcan que es el Golfo de América”, insistió Trump el martes 18 de febrero. “Estamos muy orgullosos de este país y queremos que sea el Golfo de América.” La portavoz de AP, Lauren Easton, respondió que “se trata de un gobierno que le dice a la opinión pública y a la prensa qué palabras utilizar y que toma represalias si no siguen las órdenes del gobierno”.

Ha pasado un mes. Quedan 1.430 días para que termine el segundo mandato de Donald Trump el 20 de enero de 2029. Entre medias, se celebrará una importante votación, las elecciones de mitad de mandato, el 3 de noviembre de 2026.

Parece que se está organizando un movimiento de resistencia, aún tímido.

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El lunes 17 de febrero se celebraron manifestaciones en todo el país. Se pusieron en marcha a petición de un movimiento que se organizó en línea, bajo las etiquetas #BuildTheResistance (construye la resistencia) y #50501, que significa 50 manifestaciones, 50 Estados, un día, con lemas como “Rechazar el fascismo” y “Defender nuestra democracia”. Bernie Sanders también ha lanzado “una gira nacional para luchar contra la oligarquía”, con eventos programados esta semana en los distritos obreros de Iowa y Nebraska.

 

Traducción de Miguel López

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