El humo de los incendios aumenta los ingresos y la mortalidad incluso a cientos de kilómetros del fuego

Los heridos y fallecidos por los incendios que figuran en las estadísticas oficiales han estado en contacto con las llamas o han sufrido intoxicaciones por encontrarse a metros de ellas, pero los expertos advierten de que el área que realmente está afectada por el humo de un fuego forestal puede estar a cientos o incluso miles de kilómetros. Los habitantes de la mitad norte de España llevan una semana expuestos a concentraciones altísimas de contaminantes tóxicos, en cantidades que llegan a quintuplicar el umbral de riesgo de Organización Mundial de la Salud. Además de provocar irritación de ojos y garganta, las personas mayores o con enfermedades crónicas pueden acabar en el hospital incluso aunque vivan en otras provincias, e incluso está demostrado que el humo aumenta la mortalidad prematura en la población de riesgo.

Julio Díaz, doctor investigador del Instituto de Salud Carlos III, lleva desde 2013 estudiando el impacto en la salud de los incendios, y confirma que los españoles no son conscientes del daño que sufren estos días. "Hemos comprobado es que el humo no solo empeora la calidad del aire, sino que nos expone a sustancias tóxicas más peligrosas que la contaminación habitual, y en lugares muy alejados del fuego, incluso a 1.000 kilómetros", explica.

Díaz ha publicado varios estudios en revistas internacionales sobre el impacto del humo a corto plazo, en los primeros tres días tras la exposición. "Por una parte, aumenta la mortalidad prematura de la población por enfermedades circulatorias y respiratorias, así como los ingresos en hospitales, pero también afecta a embarazadas, con partos prematuros y bajo peso al nacer".

En un estudio posterior centrado en las enfermedades mentales, también observó que "suben muchísimo los problemas de ansiedad y estrés" por la exposición al humo porque el polvo es tan pequeño que las partículas pueden llegar al cerebro y causar inflamación.

Copernicus, el programa europeo de monitorización atmosférica, lanzó una alerta este martes por los elevadísimos niveles de contaminación del aire que se observan estos días en la península. Sus técnicos explican que el verano comenzó bien, con niveles de emisiones de carbono por debajo de lo normal, pero "en cuestión de días" se han desarrollado tantos fuegos que se ha alcanzado el récord de emisiones de todos los registros, que comienzan en 2003. 

En concreto, en apenas ocho días se han emitido en España alrededor de 5,5 millones de toneladas de carbono debido a los incendios forestales. Para poner la cifra en contexto, toda la economía española emitió el año pasado 272 millones de toneladas de CO₂, y lo que han expulsado estos días los bosques es un 2% de esa cantidad.

Los mapas publicados por Copernicus muestran concentraciones muy altas de micropartículas PM2.5, que son motas de polvo con un diámetro inferior a 2,5 micras, más de 20 veces más finas que un pelo. Esto permite a estas sustancias —que pueden ser carboncillos, restos biológicos o productos tóxicos— entrar en el organismo a través de la nariz y colarse en la sangre y llegar a los órganos. Como explica Julio Díaz, si las PM2.5 son en una situación normal los contaminantes más peligrosos, si además estas proceden de los incendios —no del polvo del Sáhara, por ejemplo— son todavía más peligrosas.

Miguel Ángel Ceballos lleva años concienciando sobre la calidad del aire en Ecologistas en Acción, y explica que estos días hay unos niveles que pocas veces se observan en España. "Las zonas de más riesgo son el Bierzo, el interior de Lugo y los alrededores de la ciudad de León, donde la población lleva expuesta más de una semana a niveles muy altos de emisiones. Y como proceden de incendios, las partículas pueden incorporar hidrocarburos aromáticos policíclicos, de los que buena parte son cancerígenos”, subraya Ceballos.

En el caso de las partículas PM2.5, el límite de concentración recomendado por la Organización Mundial de la Salud es de 25 microgramos (μg) de media al día por metro cúbico de aire, pero en el interior de Lugo llegaron a medirse 141 μg el viernes, casi seis veces más. En las partículas algo más gruesas, las PM10 (superiores a 10 micras de diámetro), tienen un límite recomendado de 50 μg diarios por metro cúbico, y en Ponferrada se midieron 218 μg este martes, cuatro veces más.

No es solo España: más de media Europa supera ya su media anual de hectáreas quemadas

Ver más

Si bien el humo ha estado concentrado hasta ahora en el noroeste peninsular, este martes se registraron también niveles muy altos de partículas en Valladolid, Madrid, Toledo e incluso Córdoba, que los expertos atribuyen a los incendios de España y Portugal. En el centro de la península los niveles de PM10 diarios rondan los 60 μg, mentiras que los de PM2.5 se situaron este martes en los 35 μg. Son cifras más bajas que en el norte, pero aun así peligrosas, pues no hay un umbral seguro de exposición al humo.

Julio Díaz añade un detalle más. El humo de los incendios agrava también la calidad del aire de uno de los contaminantes que más daño está haciendo en los últimos años: el ozono. Es un gas complejo de combatir, porque se forma por la combinación de la radiación solar con los compuestos orgánicos volátiles que presentes en el humo de los incendios. 

"Cada vez es más evidente que necesitamos una respuesta a gran escala contra el cambio climático en verano", expone el físico del ISCIII. "Sufrimos olas de calor muy agresivas. incendios a gran escala, polvo del Sáhara, el humo de los incendios… parece que son muchas cosas a la vez y no se puede hacer nada, pero lo primero es reducir el tráfico en las ciudades para reducir la contaminación" insiste Díaz.

Los heridos y fallecidos por los incendios que figuran en las estadísticas oficiales han estado en contacto con las llamas o han sufrido intoxicaciones por encontrarse a metros de ellas, pero los expertos advierten de que el área que realmente está afectada por el humo de un fuego forestal puede estar a cientos o incluso miles de kilómetros. Los habitantes de la mitad norte de España llevan una semana expuestos a concentraciones altísimas de contaminantes tóxicos, en cantidades que llegan a quintuplicar el umbral de riesgo de Organización Mundial de la Salud. Además de provocar irritación de ojos y garganta, las personas mayores o con enfermedades crónicas pueden acabar en el hospital incluso aunque vivan en otras provincias, e incluso está demostrado que el humo aumenta la mortalidad prematura en la población de riesgo.

Más sobre este tema