Iberdrola firma con Países Bajos un acuerdo para suministrar hidrógeno verde a la industria europea

El presidente de Iberdrola, José Ignacio Sánchez Galán, y el rey de Países Bajos, Guillermo Alejandro, en el centro, conversan durante una visita a la planta de hidrógeno verde de Puertollano.

Iberdrola firmó este martes un acuerdo con dos empresas neerlandesas para llevar hidrógeno verde hasta este país a lo largo de la década, un gas que luego será distribuido entre la industria del noreste de Europa y que permitirá descarbonizar las fábricas del continente. El acuerdo consiste en dos memorandos de entendimiento donde la compañía española afirma que enviará a países Bajos hidrógeno generado mediante electricidad de origen renovable, que producirá en la futura planta que la Iberdrola construirá en Huelva y que estará operativa en 2026. Se espera que esa instalación sea la mayor de la Unión Europea.

"Esto ya no son solo palabras, el hidrógeno es una realidad", dijo Ignacio Sánchez Galán, presidente de Iberdrola, durante una visita a la planta de hidrógeno verde de Puertollano, en Castilla-La Mancha. "Mantenemos un firme compromiso con el mercado único de la energía como la mejor manera de promover las enormes inversiones necesarias si queremos una industria energética segura, limpia y competitiva", añadió el directivo. A la presentación del pacto comercial asistió el rey de Países Bajos, Guillermo Alejandro; el ministro de Energía de ese país, Robert Jetten; y la secretaria de Estado de Energía del Gobierno español, Sara Aagesen.

El objetivo de este acuerdo es crear un corredor marítimo del hidrógeno para transportar este gas desde la costa de Huelva hasta el puerto de Rotterdam. Una vez allí, ACE Terminal y Hynetwork Services, las dos empresas neerlandesas que han firmado los memorandos, se encargarán de redistribuir el producto entre la industria de los alrededores o incluso llevarlo a otras zonas del noreste del continente. Como el hidrógeno a temperatura ambiente está en estado gaseoso, tendrá que ser transformado previamente en amoniaco para poder transportarlo en buques en forma líquida, un proceso químico que también se hará en la futura planta onubense.

Los acuerdos firmados este martes no concretan cuánto hidrógeno verde se enviará a las fábricas europeas a lo largo de esta década, solo recoge el compromiso de que, llegado el día, la industria neerlandesa comprará parte de la producción española de estas moléculas. Pero según los técnicos de Iberdrola, este pacto era necesario antes de construir la terminal de Huelva —con una potencia de unos 800 MW, cuarenta veces más grande que la de Puertollano—, porque la compañía necesita asegurar que la futura construcción tendrá clientes suficientes.

La cantidad de hidrógeno verde que se exportará a Países Bajos se determinará en los próximos años, cuando se vea cuál es la demanda real de este gas en el sur de España y en el resto del continente. Por ahora es un producto poco atractivo para las fábricas porque es entre dos y cuatro veces más caro que el hidrógeno convencional, aunque se espera que alcancen la paridad de precios a partir de 2030. En todo caso, desde Iberdrola confirman que se priorizará que el hidrógeno renovable producido en Andalucía se destine a las fábricas de la zona, y el sobrante se exportará.

Por ahora, prácticamente todo el hidrógeno que consume la industria es el convencional, el llamado hidrógeno gris, que se genera separando las moléculas del metano (CH4) con la aplicación de calor, lo que genera a su vez dióxido de carbono y contamina la atmósfera. En su lugar, el hidrógeno verde se produce separando las partículas de agua (H20) con electricidad de origen renovable, un proceso llamado electrólisis.

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La exportación de hidrógeno gris no es en este momento un negocio a gran escala porque cualquier país es capaz de producirlo, pero los objetivos de la Unión Europea de descarbonizar la industria a 2030 y 2050 obligan a sustituir este producto por uno de origen renovable, que por ahora solo se produce en España por el gran despliegue de paneles solares y aerogeneradores que tiene el país. Reducir a cero las emisiones de este gas no solo reducirá la contaminación de la industria, sino que permitirá mover vehículos con cero emisiones, especialmente los de gran tamaño, como las flotas de autobuses urbanas, las furgonetas y camiones. Este hidrógeno verde se puede además transformar a amoniaco verde o a metanol verde para usarse como combustible en barcos y aviones.

En todo caso, la generación de hidrógeno verde es todavía residual porque es un proceso costoso que requiere construir nuevas plantas de electrólisis, paneles solares y molinos de viento. De hecho, solo hay dos plantas en Europa que generan este hidrógeno renovable para consumo industrial, las de Iberdrola en Puertollano y Barcelona. La instalación barcelonesa, activa desde febrero de 2022, es la más pequeña y fabrica 300 toneladas al año de hidrógeno, que sirven para abastecer a una flota de seis autobuses de la ciudad. La de Puertollano tiene una producción anual de hasta 3.000 toneladas y todo el hidrógeno generado se destina a la fábrica de fertilizantes de Fertiberia, que está pegada a la planta.

La instalación de Puertollano es, según la compañía, la mayor del mundo en actividad, aunque hay proyectos en decenas de países para construir plantas similares en los próximos años. Empezó a funcionar en marzo y costó 150 millones de euros, y en teoría próximamente recibirá fondos europeos Next Generation para su financiación. "Es una planta pionera en Europa y ha sido visitada por múltiples ministros de todo el mundo", afirmó Galán este martes.

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