Agentes de la Policía Nacional, en una operación que ha contado con la colaboración de Europol, han desarticulado una organización criminal que actuaba como una banca clandestina utilizando el método conocido como hawala, un sistema ajeno a todos los controles financieros y que consiste en entregar el dinero en efectivo en la confianza de que esos fondos serán reinvertidos en sus propias actividades ilícitas, todo ello con la gran ayuda que en la actualidad ofrecen los criptoactivos. Personas de origen árabe y chino conformaban las dos ramas de la red delictiva, que operaba en toda Europa. Una organización criminal muy similar a esta fue desmantelada por la misma Policía en octubre de 2022, tal y como relató Narcodiario.
La hawala, que históricamente funcionaba mediante la entrega de medio billete con su código como garantía de que el pago estaba hecho, ha evolucionado a sistemas más modernos merced a las nuevas tecnologías. Sin embargo, hay criminales que siguen apostando por ese viejo sistema: un miembro de su organización recibe el dinero en España y, al mismo tiempo, la mitad de ese billete (con su código), y la otra mitad del billete llega a su poder en destino, que en muchas ocasiones es Dubái. El dinero estaría en la caja sin tener que moverlo.
Considerada por los investigadores de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) como la organización internacional más poderosa dedicada a esta actividad, estaba formada por dos ramas diferenciadas que daban soporte económico a otras organizaciones criminales, en especial a las dedicadas al tráfico de drogas y de personas. En el marco de esta operación, desarrollada el pasado mes de enero y que ha permanecido hasta ahora bajo secreto de las actuaciones, se realizaron 13 registros donde se intervinieron grandes cantidades efectivo, criptomonedas, vehículos, dispositivos informáticos, joyas, relojes y bolsos de alta gama, botellas de Vega Sicilia y tabaco. También se bloquearon inmuebles y dinero en cuentas bancarias.
De las 17 personas detenidas, 15 de ellas han ingresado en prisión como presuntos responsables de los delitos de pertenencia a organización criminal y blanqueo de capitales. Se estableció un centro de mando en Almería desde donde se dirigió toda la investigación policial, con un dispositivo formado por más de 250 agentes.
La investigación se inició a raíz de una operación llevada a cabo por la UCRIF de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras en la cual se incautó gran cantidad de dispositivos informáticos. Una vez analizados se pudo constatar que existía una organización criminal compuesta por ciudadanos de origen árabe dedicados a dar soporte económico a las actividades orientadas el tráfico de seres humanos. Estas actividades estarían siendo financiadas por ciudadanos de origen chino, afincados principalmente en Madrid, quienes entregaban grandes cantidades de dinero en efectivo que era trasladado a distintas zonas del territorio español. Ambas ramas utilizaban la metodología del hawala para entregar grandes sumas de dinero a estos traficantes a cambio de una compensación en criptomonedas, por lo que la UDEF de la Policía Nacional se hizo cargo de las investigaciones.
Del análisis de la multitud de archivos digitales incautados se evidenciaba la actuación coordinada de ambas ramas para culminar las operaciones orientadas a la puesta a disposición del cliente del dinero demandado, siempre de manera oculta al control financiero corriente, lo que revelaba la existencia de una banca clandestina al servicio de otras actividades criminales.
La metodología hawala actúa al margen de los sistemas financieros convencionales y presta sus servicios a cualquier demandante, sean personas físicas u organizaciones criminales, encubriendo su funcionamiento bajo la apariencia de una empresa de transferencias de dinero. Publicitaban sus servicios en redes sociales, lo que les permitía llegar a todo tipo de clientes y extender su actividad en el ámbito internacional.
Los investigadores lograron identificar tres objetivos de alto valor de Europol, los cuales formaban parte de todo el entramado criminal. Uno de ellos actuaba como 'hawalader', siendo el responsable de una caja y de su contabilidad, donde se reseñaban las transacciones que tenía con los clientes controlando, por lo tanto, la actividad y los movimientos de dinero. Era el encargado de designar al coordinador o bróker de cada una de las ramas, siempre personas de su máxima confianza para dirigir la actividad de la organización.
La organización estaba perfectamente estructurada con un reparto claro de tareas con dos ramas. Por un lado estaba una rama de origen árabe, la cual sería la encargada de gestionar las transferencias de dinero solicitadas. Recibían el dinero en distintos puntos del mundo para posteriormente entregarlo en efectivo en España, reinvirtiendo las ganancias obtenidas por las comisiones generadas de las transferencias en actividades ilícitas como el tráfico de personas.
La otra rama, de origen chino, sería la encargada de disponer y facilitar el dinero en efectivo, bajo la petición de la rama de origen árabe y recibiendo su compensación en criptodivisas. Estos eran los que, actuando como mulas, transportaban el dinero oculto en vehículos hasta los clientes finales por todo el territorio nacional.
Tras numerosas tareas de averiguación se pudo acreditar la existencia de 32 operaciones por un valor de más de 5,5 millones de euros en un período de tan solo tres meses. Sin embargo, en una de las direcciones que se utilizaba solo para recibir y transferir fondos, es decir una dirección puente, se superó los 21 millones de dólares entre junio del año 2022 y septiembre del pasado año.
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El dispositivo conjunto permitió las 13 entradas y registros de manera simultánea en Bélgica (Amberes), Madrid (4), Valencia, Málaga, Almería (5) y Cádiz.
En el marco del mismo se logró la intervención de 205.000 euros en efectivo, más de 183.000 euros en criptomonedas, 18 vehículos valorados en más de 207.000 euros, 8 dispositivos informáticos y 37 móviles —la mayoría con tecnología encriptada—, además se bloquearon 10 inmuebles valorados en más de 2,5 millones de euros, joyas y relojes por más de 24.000 euros, bolsos de alta gama que superan los 230.000 euros, vinos de primeras marcas cuyo valor supera los 7.000 euros y puros por un importe superior a 622.000 euros.
Fueron detenidas 17 personas como presuntas responsables de los delitos de blanqueo de capitales y pertenencia a organización criminal, de las cuales 15 han ingresado en prisión. Además de lo citado, se intervinieron cuatro armas de fuego y varias armas blancas en los allanamientos en España. De los arrestados, 15 se produjeron en la península ibérica y los dos restantes en Bélgica y Austria.
Agentes de la Policía Nacional, en una operación que ha contado con la colaboración de Europol, han desarticulado una organización criminal que actuaba como una banca clandestina utilizando el método conocido como hawala, un sistema ajeno a todos los controles financieros y que consiste en entregar el dinero en efectivo en la confianza de que esos fondos serán reinvertidos en sus propias actividades ilícitas, todo ello con la gran ayuda que en la actualidad ofrecen los criptoactivos. Personas de origen árabe y chino conformaban las dos ramas de la red delictiva, que operaba en toda Europa. Una organización criminal muy similar a esta fue desmantelada por la misma Policía en octubre de 2022, tal y como relató Narcodiario.