Si hace unos años se publicase una noticia sobre abordajes de barcos portacontenedores en tránsito hacia el puerto de Málaga con la intención de robar cargamentos de cocaína, cualquiera habría pensado que era la trama de una película o que se estaría hablando de algo ocurrido en el golfo de Somalia. Pero como la realidad siempre supera a la ficción, en menos de tres meses un grupo especializado de narcotraficantes ha asaltado dos buques en altamar cuando se dirigían a la Costa del Sol haciendo la ruta Vigo-Málaga.
El primer objetivo del comando tuvo como misión robar un cargamento de al menos 1.300 kilos cocaína que fueron transportados por el portacontenedor con bandera portuguesa AS Carelia, y que había iniciado su travesía desde el puerto de Cartagena de Indias (Colombia).
La tripulación alertó la madrugada del 17 de julio de que unos polizones se habían introducido a 40 millas de la costa de Cádiz. Sin embargo, cuando la Guardia Civil apareció no había ni rastro de los asaltantes. El Carelia es un navío construido en 2006 por los astilleros surcoreanos Hyundai Mipo, y cuenta con 220 metros de eslora y un ancho de 30 metros.
Abarloarse mar adentro a su vera con otra embarcación y subir por sus escalerillas de estribor completamente a oscuras de madrugada no es una tarea fácil. Quienes abordaron el Carelia en búsqueda de droga sin duda eran expertos en la mar, y por algún motivo desconocido no encontraron la cocaína o simplemente dejaron parte del cargamento en el buque por cuestiones logísticas. No fue su único asalto conocido este verano.
A esa primera acción conocida se le unió un segundo asalto ocurrido también en la ruta del puerto de Vigo hacia el de Málaga; la víctima fue el portacontenedores con bandera liberiana Odysseus en la madrugada del 4 de septiembre. Su último puerto europeo antes de llegar a Europa fue también el de Cartagena de Indias. Curiosamente, mientras se escriben estas líneas, se dirige en este momento hacía allí, al igual que el AS Carelia, para comenzar una nueva travesía.
El mando del buque mercante notificó por radio a las autoridades portuguesas a las 00:00 (hora española) del 4 de septiembre la presencia de hombres armados en el mercante. Los portugueses eran los competentes porque se encontraba a unas 30 millas de las costas del Algarve. Pero la respuesta portuguesa no llegó hasta las 11:28, de la mañana, según los datos obtenidos por fuentes OSINT por parte del portal portugués Espada y Escudo.
La Marina portuguesa utilizó una lancha semirrígida y activó un helicóptero Super Lynx Mk 95 con miembros del grupo de operaciones especiales del ejército portugués. Cuando asaltaron el Odysseus, el comando se había marchado ya con la cocaína y sólo quedaba una tripulación asustada que fue liberada, porque habían sido retenidos dentro del buque por los narcotraficantes.
Después de tantas horas entre el aviso de emergencia del Odysseus y la actuación de la policía marítima portuguesa y su armada, el comando armado de narcos tuvo tiempo suficiente para marcharse sin ningún tipo de impedimento. Cuando la Marina portuguesa tomó el control del buque, fue llevado al puerto de Sines y allí se le realizó una revisión exhaustiva de la carga que certificó que no quedaba ya rastro de sustancias estupefacientes.
Quién maneja el escáner
Ninguna de estas acciones son casuales. Hay varios factores en el puerto de Málaga que provocan ese interés del crimen organizado en el recinto. El primero y principal de ellos es el siguiente. Hace unos días la Fiscalía Antidroga de Málaga volvió alertar de una situación anómala en la última memoria de la Fiscalía General del Estado. Hizo una denuncia pública y es propia de un Estado en decadencia: el puerto de Málaga no cuenta en sus instalaciones con un escáner de seguridad para contenedores marítimos.
Y es aún más llamativo que no lo tenga después de una operación judicial que unió a la Policía Nacional, la Guardia Civil y al Servicio de Vigilancia Aduanera: se investiga por narcotráfico a gran escala a varios trabajadores de la empresa ADTRANS, que fue la que facilitó durante algo más de un año un escáner dentro del puerto de Málaga. Por esa investigación de principios de 2024 fue arrestado también el jefe de la Unidad de Análisis de Riesgos de Vigilancia Aduanera en el mismo puerto, una de las personas con mayor poder en un recinto aduanero.
Con un solo click de él, las mercancías podían traspasar las puertas del recinto portuario y tener libertad de movimiento en todo el territorio europeo.
Si al hecho de tener supuestamente en nómina al jefe de la Unidad de Análisis de Riesgos se le añade que el propietario y varios trabajadores de la empresa que controla el escáner de contenedores están involucrados en el narcotráfico del máximo nivel, se puede alertar de que una infraestructura crítica como es el puerto de Málaga podría estar en manos de cualquier tipo de mafia internacional. Sobre el papel podían introducir cualquier tipo de mercancía ilegal porque contaban con todos los medios para ello: el propio escáner de seguridad lo manejaba un trabajador de ADSTRANS.
Los alijos de cocaína han ido en aumento en el puerto de Málaga en estos últimos años cuando antes era raro que se utilizase para esa labor, porque las organizaciones criminales lo suplían con Algeciras, que se encuentra a una hora y media. Pero hay tanta producción de droga que el crimen organizado sigue innovando. Hay mafias internacionales que se está moviendo hacia el puerto de Málaga porque hay tendencias positivas en él que lo hacen más permeable a introducir cualquier sustancia ilegal.
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En 2024, el tráfico de mercancías creció en el puerto de Málaga un 76%, lo que hace que cualquier tipo de grupo criminal tenga más oportunidades de establecer rutas hacia él sin que se levanten sospechas. Se han constatado en estos últimos años rutas de cocaína hacia Málaga desde los puertos de Guayaquil (Ecuador), Manzanillo (Colombia), Santos (Brasil), o Limón (Costa Rica).
Fuera del radar de los otros grandes puertos españoles como son el de Algeciras, Valencia y Barcelona, el crimen organizado siempre aprovecha sus bazas. Que no exista un escáner de seguridad de contenedores en un lugar así ofrece mucha tranquilidad a las grandes mafias internacionales. Nadie quiere perder su dinero, y menos un traficante de drogas.
Mientras, la presencia de piratas de la cocaína en la costa atlántica de la península ibérica sigue causando un gran revuelo en el seno de las fuerzas de seguridad. Se sospecha que proceden de Europa del Este y que tienen sus bases en Portugal, pero su itinerancia es absoluta. Aprovechan la lentitud de las fuerzas de seguridad para acometer los asaltos y, como ocurrió a principios de septiembre, huir sin dejar rastro.
Si hace unos años se publicase una noticia sobre abordajes de barcos portacontenedores en tránsito hacia el puerto de Málaga con la intención de robar cargamentos de cocaína, cualquiera habría pensado que era la trama de una película o que se estaría hablando de algo ocurrido en el golfo de Somalia. Pero como la realidad siempre supera a la ficción, en menos de tres meses un grupo especializado de narcotraficantes ha asaltado dos buques en altamar cuando se dirigían a la Costa del Sol haciendo la ruta Vigo-Málaga.