La empresa Cabify ha asegurado este miércoles que la
sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) sobre la naturaleza de la compañía Uber no tiene relación alguna con la compañía ni su actividad, y ha garantizado que su modelo de negocio
"es y ha sido siempre 100% legal", "a diferencia" de su competidor.
En un comunicado recogido por Europa Press, la firma indica que está
constituida como agencia de viajes, "tal y como estipuló la Dirección General de Turismo y la Dirección General de Transportes Terrestres de la Comunidad de Madrid en mayo de 2012".
Según destalla, cuando se constituyó en España en 2011 y en su condición de agencia de viajes, Cabify lanzó
una plataforma para facilitar la intermediación entre sus usuarios y un sector profesional preexistente, el de los transportistas titulares de licencias VTC.
"Dichos transportistas vienen desarrollando desde hace muchos años la actividad de arrendamiento de vehículos con conductor en España, dando
estricto cumplimiento de la normativa que regula el transporte de viajeros, los seguros de responsabilidad civil asociados al mismo, así como la fiscalidad y las relaciones laborales de los conductores", explica Cabify.
"El planteamiento de ese modelo de negocio en España respondió a la voluntad de Cabify de aplicar escrupulosamente sus
valores de justicia y ética profesional en todos los mercados en los que está presente, cumpliendo en cada uno de ellos con todos los requisitos fiscales, laborales, mercantiles y administrativos pertinentes", añade la compañía.
Contribuir a la movilidad
Cabify defiende que su objetivo es
contribuir a una movilidad más eficiente en las ciudades, "abogando por un modelo de negocio justo y 100% legal". "Por tanto, a diferencia del competidor, desde sus comienzos hasta la actualidad, la actividad de Cabify está estrictamente sujeta al marco legal existente", asegura la empresa.
"La compañía siempre ha trabajado de la mano del regulador y las autoridades competentes para garantizar
un marco de competencia justo para todos los actores", concluyó.
Si tenemos en cuenta que la sede del obispado de Córdoba está dada de alta como una ferretería, es evidente que en nuestra tierra nada es lo que parece. Yo cambiaría la denominación España por "El País de Nunca Jamás", porque hay muchos piratas y todo es posible. Lo peor es la carita de capullos que se nos queda cuando nos dicen que son una Agencia de Viajes. ¿También los camellos que venden pastillas en las discotecas pueden declararse agencias de viajes?
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