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La movilización de las mujeres debilita la campaña de la ultraderecha en Brasil

El candidato ultraderechista Jair Bolsonaro, en el momento de ser apuñalado durante un mitin.

Al principio era un simple grupo de Facebook, con un nombre sencillo pero con un objetivo claro: “Mujeres unidas contra Bolsonaro”. “Decidimos reunir a todo el mundo, al tiempo que poníamos en marcha un acontecimiento político para demostrar que una gran parte de la población está en contra de esta candidatura”, explica a la edición brasileña de El País Ludimilla Teixeira, publicista de 36 años y una de las creadoras y administradoras del grupo, lanzado el 30 de agosto de 2018.

En 24 horas, el número de peticiones de seguimiento se disparaba, llegando a reunir a 600.000 personas. Hoy son más de 2,5 millones de mujeres y, cada día, miles de nuevas solicitudes saturan a los voluntarios, que tratan de seguir el ritmo de las peticiones a la hora de revisar los perfiles de las personas que quieren sumarse al movimiento.

El grupo, cerrado, permite mantener conversaciones no agresivas, según subrayan las administradoras. En las redes sociales abiertas, las mujeres que se posicionan en contra de Jair Bolsonaro a menudo se ven acosadas por quienes le apoyan. Como colectivo sin afiliación partidista, sólo hay dos requisitos básicos para ser integrante del movimiento: ser mujer y estar en contra de Bolsonaro. Mujeres de todas las clases, razas y edades, levantan su voz en contra del candidato de extrema derecha.

Entre las llamadas a manifestarse o a prestar testimonio, se critica sobre todo los discursos machistas del candidato del PSL (Partido social-liberal) que justifican por ejemplo la diferencia salarial entre hombres y mujeres. También se denuncia su extrema provocación a la diputada Maria do Rosário: “No te violaré porque no te lo mereces”, que le espetó en los pasillos de la asamblea, en 2003.

Este tipo de agresión verbal tiene difícil encaje entre buena parte del electorado femenino en un país donde, en 2017, se registraron 60.018 violaciones, 5.672 asesinatos de mujeres y 221.238 denuncias de agresiones por violencia doméstica, según el Fórum Brasileiro de Segurança.

Para Rosana Pinheiro-Machado, antropóloga de la Universidad Federal de Santa María (UFSM), “también hay un poco de autoprotección en este movimiento de rechazo. Las mujeres saben que son sus hijos los que morirán si la política de seguridad pública se radicaliza, como propone este candidato. Saben que la violencia sólo genera más violencia. Este grupo destacó un hecho político: las mujeres pueden salvar a Brasil de Bolsonaro”.

Frente a este fenómeno, los partidarios de Bolsonaro, todavía muy por delante en intención de voto en la primera vuelta, pero cuyo rechazo entre las votantes femeninas siempre ha sido particularmente alto, decidieron contraatacar. El viernes 14 de septiembre, los ataques virtuales se intensificaban y las administradoras recibieron amenazas: si el grupo seguía existiendo en 24 horas, sus datos personales serían divulgados en la Red.

Y a primera hora del domingo 16, Facebook se vio obligado a suspender al grupo. Durante la noche, un hombre había logrado tomar el control y renombrarlo como “Mujeres unidas con Bolsonaro”. El equipo de campaña del candidato celebró inmediatamente el “éxito” de este “nuevo” grupo.

Uno de los hijos del candidato divulgó informaciones falsas sobre el tema, explicando que “le habían vendido a la izquierda una página cualquiera de un millón de seguidores que había renombrado sin pudor ‘mujeres unidas contra Bolsonaro’, anunciando a diestro y siniestro que había una ola de mujeres en contra del candidato presidencial [...]. En respuesta, éste ha creado una página de mujeres con Bolsonaro, que ya tiene 1,1 millones de seguidores”.

Los comentarios de apoyo al final de la publicación fueron mucho más agresivos: “Les cerramos la boca a estas perras”, se lee en uno de ellos. A última hora de la tarde, Facebook informaba de que el grupo había sido devuelto a sus administradoras, pero las personas del entorno de Bolsonaro no lo desmintieron. Ese hackeo se produjo en un momento en que se estaba organizando una movilización masiva de mujeres contra el candidato de extrema derecha, prevista para el 29 de septiembre en 42 ciudades de todo el país. En un vídeo publicado en YouTube, Ludimilla Teixeira afirma que “este ataque muestra hasta qué punto la creciente movilización del movimiento de mujeres frente al presidenciable preocupa a sus partidariospresidenciable”.

La batalla digital

Hackeo y rumores falsos son la prueba de una lucha violenta en internet, no nueva, pero que se ha convertido en central en estas elecciones, donde el impacto de la propaganda electoral en la televisión parece haber disminuido. El candidato de la derecha clásica, Geraldo Alckmin, es incapaz de conseguir la movilización a pesar de la propaganda televisiva, muy superior a la de sus rivales. Mientras que Bolsonaro, con sus 12 segundos de anuncios publicitarios oficiales, confía en las redes sociales, donde tiene 6,2 millones de seguidores en Facebook y 1,4 millones en Twitter.

Más allá del hackeo, el clan Bolsonaro ha intentado responder a la iniciativa de las mujeres opositoras en sus redes sociales. Los grupos de mujeres a favor de Bolsonaro se han multiplicado. Sin mucho éxito: la que tiene más participantes llega sólo a 318.000 seguidores, entre ellos muchos hombres. Pero su existencia en sí mismo permite una mayor visibilidad de los partidarios del candidato de extrema derecha.

Las páginas proBolsonaro más antiguas, con un gran número de seguidores, han aumentado el intercambio de información sobre estos nuevos grupos de mujeres con el fin de aumentar las interacciones. Como resultado, el algoritmo de Facebook las ha considerado de interés y las muestra a un mayor número de personas.

Su equipo de campaña también ha puesto en marcha una operación para cambiar la imagen del candidato entre las votantes. En un vídeo publicado el lunes y grabado antes del ataque con un cuchillo que sufrió el 6 de septiembre y que actualmente le mantiene en el hospital, se ve a un Bolsonaro al borde de las lágrimas cuando habla de su hija de 7 años. Una paradoja para un candidato que el año pasado dijo: “Tengo cinco hijos. Cuatro hombres, después, en un momento de debilidad hice una niña”.

Para la antropóloga Rosana Pinheiro-Machado, “está debilitado y por lo tanto está tratando de movilizar a su electorado femenino para contrarrestar el movimiento. Y son muchas, no debemos subestimar a este electorado femenino que le sigue”. Según ella, la movilización virtual contra su candidatura es, por lo tanto, esencial. Después del hackeo de la página de Facebook, por solidaridad, llegó hasta mujeres habitualmente muy poco movilizadas el hashtag "elenão" (“no él”). “Los movimientos sociales necesitan una chispa para tomar el relevo. Y este ataque fue el detonante para extender esta reacción antiBolsonaro más allá de los círculos militantes. ¡Esto es un verdadero golpe a su campaña!”.

Para Rosana Pinheiro-Machado, es obvio que este movimiento virtual debe traducirse en movilizaciones masivas y unidas en las calles para marcar realmente la campaña. Pero, añade, “este grupo ya ha abierto oportunidades. Y durante los últimos tres años, las únicas personas que se han movilizado con esta fuerza, esta cohesión y esta capacidad de trascender a las diferencias han sido las mujeres!”. Una consecuencia de la primavera feminista que sacude desde 2015 a un país muy conservador.

Además, al final de su vídeo denunciando el ataque al grupo, Ludimilla Teixeira dice: “No somos robots, somos mujeres de verdad. Puede tenernos miedo porque no será capaz de hackear las urnashackear”. Sin embargo, de momento, sólo las mujeres se han organizado realmente en contra de Bolsonaro y la administradora alerta: “Si no nos unimos ahora, nos veremos más tarde para llorar”. ________

El ultraderechista Bolsonaro lidera las encuestas para las elecciones de este domingo en Brasil

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Traducción: Mariola Moreno

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