Plaza Pública

Una política de vacunación equivocada y electoralista

Colas en el Wanda Metropolitano para vacunarse durante esta Semana Santa.

Marciano Sánchez Bayle

La política de vacunación de la Comunidad de Madrid es de nuevo un desastre práctico unido a una gran operación de propaganda.La suspensión de la vacunación en los centros de salud durante los festivos de la Semana Santa es un ejemplo de la falta de criterio a la hora de la vacunación y del desprecio que tienen la Sra. Ayuso y su consejero de Sanidad por la vida de las personas.

Vayamos por partes: Existe una evidencia cientifica contrastada sobre el aumento de mortalidad de la covid-19 en relación con la edad. Aunque los datos concretos varían según los países, un metanalisis del JAMDA en 2020 señalaba que la mortalidad por debajo de los 40 años no alcanzaba el 1%, entre 40 y 50 era del 1,1%, entre 50 y 60 del 3%, entre 60 y 70 del 9,5%, entre 70 y 80 del 22,8% y en los mayores de 80 del 29,6%. En España los últimos datos publicados (30/3/2021) señalan unas menores tasas de mortalidad pero con parecidas diferencias entre los grupos de edad: hasta los 60 años por debajo del 1%, entre 60 y 70 el 1,5%, entre 70 y 80 el 5,2% y en mayores de 80 el 15,8%. En cualquier caso, es evidente que el grupo prioritario a vacunar son las personas mayores de 70 años, que son con mucho las que más mueren (entre 3 y 4 veces más que los menores de esta edad). Por eso es tan importante la vacunación en los centros de salud, porque es la que utiliza las vacunas de Pfizer y Moderna y se focaliza en las personas más mayores, y por eso resulta irresponsable que se hayan suspendido 4 días las vacunaciones a este grupo de edad.

La Comunidad que iba a vacunar 7 días a la semana, mañana, tarde y noche, según las palabras de Ayuso, ha suspendido la vacunación, y eso a pesar de que tenía un remanente de más de 40.000 vacunas de estos tipos, y por lo tanto es mentira que no tuviera dosis para hacerlo. Cerró los centros de salud, de nuevo mintiendo, porque dice hacerlo por las vacaciones del personal, pero no lo hizo en marzo de 2020 cuando los centros de salud permanecieron abiertos. Además, no consideró la opción de pedir personal voluntario para la vacunación, con lo que se podría haber mantenido la vacunación en la mayoría de ellos (la vacunación no precisa de todo el personal de los centros sino solo de un 15-30% del mismo según los casos). Todo para ahorrarse pagarles las horas extras.

Por otro lado, ha continuado la vacunación en los vacunódromos del Zendal y el Wanda en unas condiciones bastante intolerables (hasta 3 horas de espera en algun caso y con grandes aglomeraciones). Como ya señalé en su día, este tipo de vacunación supone un sesgo de accesibilidad importante porque favorece el que se acerquen las personas con menos problemas de salud, menor discapacidad, mejor situación económica y a quienes viven más cerca; de nuevo conviene señalar que los 2 puntos están en el norte de Madrid. Zonas de nivel económico medio-alto, por lo que, de nuevo, se prima a sus votantes, en una clara maniobra electoralista, y no a quienes más necesitan las vacunas.

Hacia un destino ignorado

Hacia un destino ignorado

En resumen, una política equivocada y electoralista, en la que priman criterios económicos y no de salud, y que nos va a costar muchas vidas. 

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Marciano Sánchez Bayle es presidente de la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de Madrid

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