Unión Europea

Las 18 recomendaciones para hacer del BCE una institución transparente y democrática

El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi.

El Banco Central Europeo (BCE) ha sido puesto bajo la lupa de la organización Transparencia Internacional, que este martes hizo público el informe ¿Dos caras de la misma moneda? Independencia y responsabilidad del BCE [consultar en este enlace], en el que analiza el funcionamiento de la institución y las medidas que debería adoptar para impulsar una verdadera función democrática que evidencie su responsabilidad ante los ciudadanos y sus intereses.

El análisis subraya cuatro de los aspectos que debe reforzar la institución de cara a su evolución: independencia, transparencia, rendición de cuentas e integridad. De este modo, Transparencia Internacional expone qué caminos debería seguir el BCE para adecuar su funcionamiento a las disposiciones regladas en el marco europeo, garantizando de esta forma su correcta articulación.

  Independencia

En materia de independencia, la organización internacional defiende, en primer lugar, que todas las comunicaciones del banco a los gobiernos nacionales que "establezcan condiciones a cambio de medidas monetarias de apoyo" sean firmadas de forma conjunta por el presidente del Eurogrupo y del Parlamento Europeo y, además, apuestan por que las mismas tengan un carácter público. La organización también hace una llamada al Eurogrupo y a la Eurocámara respecto a la necesidad de buscar un acuerdo "que describa los procedimientos de aprobación política para las medidas que van más allá" del mandato del BCE, pero que podrían prevenir o contener una crisis.

Recomienda, por otro lado, que el BCE no rechace responder públicamente a declaraciones de líderes políticos objetivamente incorrectas o falsas que tengan una intencionalidad partidista. A juicio de la organización, hacer hincapié en el hecho de que el trabajo del BCE es puramente técnico "no ayuda al debate público sobre el euro".

Finalmente, Transparencia Internacional incide en que el banco "ya no debe desempeñar un papel importante en la Troika –compuesta además por el Fondo Monetario Internacional y la Comisión Europea–", ni tampoco en la negociación y el seguimiento de las condiciones necesarias para las intervenciones de rescate en los países de la Unión Europea. Lo contrario, argumenta, "contradice su estrecho mandato y su responsabilidad ante la política monetaria de los países bajo vigilancia".

  Transparencia

La condición de transparencia es, a juicio de la plataforma, uno de los requisitos imprescindibles para el correcto funcionamiento de la institución. Y también uno de los aspectos a mejorar. En esta tarea, Transparencia Internacional señala que el BCE debe cambiar la metodología a la hora de publicar sus decisiones, recomendaciones y opiniones, de forma que toda excepción a ceder información debe ser debidamente explicada y justificada ante el Parlamento Europeo.

Con el fin de evitar cualquier tipo de opacidad, la organización recomienda además que el BCE se adhiera al Registro de Transparencia de la UE, donde empleados y altos cargos de la institución europea se reúnen con representantes de empresas y grupos de presión. Los encuentros, además, deben publicarse en un plazo de dos semanas.

Respecto a la disposición de los documentos del banco, el informe insta a una actualización del régimen de acceso con el objetivo de reducir el número de excepciones a la divulgación. En el 2015, se registraron un total de 29 peticiones de acceso a documentos. Sólo 19 fueron cedidos al completo, mientras que 56 lo fueron parcialmente y 31 no fueron revelados. También apoyan, los autores del estudio, una mejor divulgación de los datos de supervisión bancaria.

En cuanto a la política monetaria, Transparencia Internacional considera que el BCE "debe hacer oír su voz no sólo entre los expertos y los participantes en los mercados financieros, sino también entre los representantes de la economía real y del público en general".

  Rendición de cuentas

Los autores del documento consideran también que el marco de responsabilidad del BCE debe ser revisado por una comisión establecida por los ministros de Finanzas de la UE y el Parlamento Europeo. En este contexto, inciden en que dicha comisión debería incluir a representantes de la sociedad civil afectada por sus políticas, como los sindicatos y grupos de consumidores.

Por otro lado, y en base al funcionamiento interno del organismo, Transparencia Internacional considera que el Europarlamento debe contar con poder de confirmación en el nombramiento de los miembros de la Junta Ejecutiva del BCE. Además, tiene que ser capaz de "determinar la competencia e integridad de los candidatos de una manera no partidista". En esta misma línea, la institución debería informar públicamente al Parlamento Europeo "sobre cualquier posición que tomen sus representantes en las reuniones de organismos internacionales". El motivo, a juicio de la organización, es que entidades como el Comité de Basilea de Supervisión Bancaria constituyen un papel "importante en el establecimiento de normas y legislación para los bancos de todo el mundo".

También exige la creación de una versión pública de la herramienta empleada por el BCE para proporcionar una visión general de la supervisión de los bancos en la zona euro, de modo que el público pueda evaluar si dicha vigilancia está alcanzando los objetivos marcados.

Finalmente, la plataforma considera que el BCE debería ser prestamista de última instancia de los principales bancos de la Eurozona bajo supervisión de los bancos centrales nacionales. A su juicio, tal labor "simplificaría el proceso y aumentaría tanto la transparencia como la rendición de cuentas".

  Integridad

En cuanto a la denuncia de irregularidades internas, el BCE debe "adoptar una política claramente identificable y pública de denuncia", a través de la que se exponga al detalle el modo de investigación de los informes y se incluya la alternativa de informar de forma anónima. Asimismo, insta Transparencia Internacional, el BCE tendría que poner en práctica acciones para "alentar a los posibles denunciantes a presentar sus quejas".

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Otro de los aspectos más relevantes que la plataforma pone sobre la mesa es la cuestión de las puertas giratorias. En este sentido, los miembros del Consejo de Gobierno del BCE y sus altos funcionarios "deben estar sujetos a un periodo de reflexión de dos años, tal y como se contempla en el Estatuto del Personal de la UE y en el Código de Conducta de los Comisarios Europeos". Para fortalecer su petición, el estudio recalca que los miembros del Comité Ejecutivo de la institución han ocupado tradicionalmente puestos en compañías privadas de finanzas pese a carecer de experiencia previa en el sector.

Propone también que los miembros del Consejo de Gobierno y particularmente la Junta Ejecutiva, presenten declaraciones públicas sobre sus intereses y activos.

Como punto final, el análisis exige que el conjunto del Comité de Auditoría, formado por cinco miembros, no se componga exclusivamente de gobernadores y vicepresidentes de bancos centrales, sino que al menos uno de ellos sea un miembro externo, de modo que "la capacidad del comité para desempeñar su importante función de control quede fortalecida".

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