21D | Elecciones en Cataluña

El dilema de los 'comuns': qué hacer con pocos escaños si son decisivos

La alcaldesa de Barcelona y referente de los 'comuns', Ada Colau.

La coalición de Catalunya en Comú y Podemos echa cuentas para decidir su estrategia tras las elecciones del 21D, cuando las encuestas pronostican que la alianza de los comuns y el partido morado obtendrá entre 8 y 15 escaños de 135 que tiene el Parlament. No obstante, Catalunya en Comú-Podem es la única de las fuerzas con representación parlamentaria que no pertenece claramente ni al bloque independentista ni al unionista, y eso abre la puerta a que apoye diferentes mayorías. Dentro de la coalición hay ahora mismo dos líneas: la de quienes piensan que es posible un pacto con ERC y el PSC que aleje a los republicanos de la vía unilateral, y la de quienes son más pesimistas y sostienen que es muy complicado un pacto con una ERC que se va a ver muy "presionada" por el resto del secesionismo para evitar un viraje a la izquierda.

Todavía queda más de una semana para que comience de manera oficial la campaña para las elecciones, pero los actos de precampaña y la aparición de sondeos se han incrementado en los últimos días. Y las encuestas no son demasiado halagüeñas para los comunscomuns, que ahora mismo cuentan con 11 diputados en el Parlament. La última, elaborada por el GESOP y publicada por El Periódico, estima que la coalición de Catalunya en Comú y Podemos tendrá entre 9 y 10 escaños, mientras que el sondeo de GAD3 para Abc del pasado domingo rebajaba esta horquilla a tan sólo ocho o nueve parlamentarios.

Se trata de cifras bajas para un espacio político que ya consideró un fracaso su resultado en las elecciones de 2015, pese a que entonces no contaba –como sí tiene ahora– con el respaldo expreso de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. No obstante, dirigentes de la coalición asumen en privado que su resultado no será bueno. "No soy demasiado optimista, la verdad, estas elecciones son más complicadas incluso que las de 2015", sostiene un dirigente de Catalunya en Comú, mientras otro, algo más optimista, se muestra confiado en subir durante la campaña, aunque admite que, incluso en el mejor de los casos, la alianza sólo aspira a sacar unos cuantos escaños más que los 11 que consiguió en 2015 Catalunya Sí Que es Pot.

Pero el hecho de que Catalunya en Comú-Podem no forme parte de ninguno de los dos grandes bloques provoca que reciba críticas de ambos y que, a su vez, ambos le tiendan la mano para conformar alianzas. Así ocurre, por ejemplo, con Ciudadanos, que ha pedido expresamente a los comuns que hagan presidenta a su candidata, Inés Arrimadas, si dan los números para ello junto al PSC y el PP. Y lo mismo pasa con ERC, cuyo líder, Oriol Junqueras, pidió a los suyos desde la cárcel "tejer complicidades con aquellos que, desgraciadamente, equiparan República y 155, por dolorosa e incomprensible que a veces nos resulte su actitud", en una evidente alusión a los comuns.

Y es que ERC ha emprendido en las últimas semanas un distanciamiento del PDeCAT y la CUP, los que hasta la disolución del Parlament eran sus socios. La oposición de los republicanos fue el principal obstáculo que impidió que se conformase la lista unitaria del independentismo que pretendía impulsar el president destituido Carles Puigdemont, pero además diferentes dirigentes de ERC han admitido en las últimas semanas que la vía unilateral que impulsaron hasta hace escaso tiempo no ha conseguido la secesión. Así, la expresidenta del Parlament, Carme Forcadell, aseguró ante el Tribunal Supremo que la declaración unilateral de secesión fue "simbólica"; el portavoz de ERC en el Congreso, Joan Tardà, afirmó que "no ha habido ni la capacidad ni la voluntad de implementar la república proclamada" y el propio Junqueras señaló que los independentistas fueron "ingenuos" y cometieron "errores".

Dos visiones

Dado este viraje, el sector más optimista de los comuns ve factible un acuerdo con ERC tras los comicios del 21D. "No va a haber un acuerdo de gobierno de los independentistas como el de 2015, porque ERC no quiere seguir con la misma estrategia teniendo encima la amenaza del 155, y además tampoco quiere estar más tiempo ligada al PDeCAT", valora un dirigente de Catalunya en Comú, que asegura que la coalición entre su partido y Podemos será "definitoria, tenga el resultado que tenga".

"A ERC le interesa cambiar su hoja de ruta, llegar a acuerdos", y ahí es donde Catalunya en Comú-Podem podría poner sus escaños a disposición de un tripartito en el que también podría entrar el PSC. ¿Y las presiones del resto del bloque independentista? "Existirán, pero ERC irá a su bola", sostiene un dirigente de los comuns. Las líneas rojas de la coalición, según señaló este lunes su portavoz, Elisenda Alamany, son dos: que en el programa de ERC estén "el derecho a decidir y la agenda social", y no la via unilateral.

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Sin embargo, otros dirigentes de los comuns no tienen tan claro que los republicanos vayan a desligarse de la vía unilateral para conformar un tripartito de izquierdas, y eso en el caso de que los números dieran para ello, algo que tampoco está claro. "Un viraje de ERC a la izquierda lo veo complicado, la verdad, creo que es mucho más probable una legislatura más corta incluso que la última", sostienen fuentes de este sector de Catalunya en Comú, que afirman que, según sus cálculos, "la aritmética" para un acuerdo entre ERC y los comuns "no va a dar".

"Y el problema es que no sé si nosotros seremos suficientes, tanto en número como a nivel discursivo, para hacer de bisagra y conseguir un acuerdo a tres con el PSC, sobre todo si ERC tiene una mayoría alternativa" con el PDeCAT y la CUP, lamentan estas fuentes, que dan por hecho que el secesionismo desplegará una fuerte presión para evitar que ERC forje un acuerdo con otros actores. A eso ayudaría que Junts per Catalunya, la lista encabezada por Carles Puigdemont, tuviera suficiente fuerza para rivalizar con ERC, una hipótesis que hace semanas –con las siglas del PDeCAT– no parecía posible pero que, con la candidatura del expresident, ha vuelto a tomar fuerza.

En cualquier caso, el discurso de campaña de Catalunya en Comú-Podem seguirá girando en torno a una tercera vía centrada en los derechos sociales y tratando de dejar el eje nacional en un segundo plano, si bien los dirigentes consultados asumen que se trata de una estrategia complicada en un momento de máxima polarización como el actual. "Hay un sentimiento de agotamiento de mucha gente que sabe que la hoja de ruta unilateral está agotada, pero que incluso así va a votar a los independentistas por puro rechazo al Estado", sostiene un dirigente de los comuns, que es pesimista y pronostica que "la única mayoría estable" va a ser la de los secesionistas.

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