Feminismo

El movimiento feminista acelera hacia el 8 de marzo con cuatro ejes de lucha

Manifestantes salen a la calle por el 8M en Santiago de Compostela.

La lucha permanente del movimiento feminista en las calles e instituciones se intensifica con la llegada de una fecha marcada de morado en el calendario: el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer. A menos de dos meses para que las mujeres vuelvan a salir a las calles, el movimiento prepara los detalles de una huelga feminista que aspira a recorrer todas las arterias del país. La coordinación del movimiento a nivel estatal comenzó a tomar forma el pasado mes de septiembre, y el próximo fin de semana cogerá fuerzas en Zaragoza a través de un Encuentro Estatal de Mujeres al que se han sumado alrededor de 400 personas y que tendrá "la doble finalidad de alcanzar acuerdos políticos sobre el contenido de la huelga y de asegurar y poner en marcha los esfuerzos técnicos para llevarla a cabo".

El encuentro es resultado de toda una red que los diferentes colectivos feministas han ido tejiendo a lo largo del Estado. La agenda [consultar fechas en este enlace], de hecho, está ya en marcha y las asambleas son accesibles para aquellas mujeres que quieran informarse o aportar ideas sobre la organización. El objetivo, llegar a marzo con la voluntad de, una vez más, colmar las calles. Se trata de "visibilizar y cuestionar el papel de las mujeres en cuatro ejes centrales de la organización social: la esfera laboral, la estudiantil, el consumo y el trabajo de cuidados y reproductivo". Julia Cámara, miembro de la coordinadora estatal del 8M, comenta con infoLibre las características de estos cuatro ámbitos y los principales aspectos que los componen.

  Los obstáculos del mundo laboral

El objetivo en el ámbito laboral consiste en visibilizar no sólo aspectos como la brecha salarial o el techo de cristal, explica Julia Cámara, sino también poner sobre la mesa la feminización de la precariedad o cómo los trabajos "peor considerados son los tradicionalmente asociados a mujeres". 

Aunque el análisis cuatrimestral de Eurostat sitúa a la brecha salarial entre hombres y mujeres en un 14,9%, la cifra asciende al 25,4% en el último informe global del Foro Económico Mundial elaborado en 2017 y al 23,25% según las últimas estimaciones del sindicato UGT. La diferencia salarial por cuestiones de género se alimenta de factores como la precariedad y la desigualdad a la hora de conciliar. En términos generales, y según los datos que ha publicado recientemente el Servicio Público de Empleo Estatal (Sepe), el paro femenino sigue superando al masculino. El desempleo afecta al 57,22% de las mujeres frente al 42,8% de los hombres –1.953.055 ellas y 1.459.726 ellos–. Aquellas mujeres que disponen de un empleo, además, son también quienes sufren las condiciones más precarias. Tal y como indica la Encuesta de Población Activa (EPA) en su análisis correspondiente al tercer trimestre de 2017, el 73,5% de los contratos a tiempo parcial van a parar a manos de mujeres.

La escasa presencia femenina en puestos directivos, fenómeno conocido como techo de cristal, continúa siendo otro de los signos más evidentes de la desigualdad por razones de género. En las empresas del Ibex 35, las mujeres con un cargo en los consejos de administración suponen el 21,8% del total, según el último informe de Cuatrecasas y Georgeson. En las universidades españolas, el porcentaje de catedráticas lleva años estancado en torno al 20%. La misma tónica se reproduce en prácticamente todas las profesiones. En periodismo, las mujeres sólo ocupan el 27% de los puestos directivos según la última evaluación de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM), y en la Real Academia Española (RAE) el 17,7% de las sillas son ocupadas por académicas, en sintonía con las demás academias de la lengua del país. Respecto a la carrera judicial, únicamente el 13% de las plazas que componen el Alto Tribunal están ocupadas por mujeres, mientras que un sólo Tribunal Superior de Justicia está presidido por una magistrada y tan sólo nueve de las 50 Audiencias Provinciales tienen una presidenta mujer. En cuanto a mujeres investigadoras, el último informe del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) indica que tan sólo un 22,9% de mujeres formaron parte del personal directivo del organismo a lo largo de 2016.

En el fondo de la cuestión se encuentra un dato importante: de las 4.484 grandes empresas que existen en el país, sólo 189 cuentan con planes de igualdad registrados.

  Combatir la desigualdad en las aulas

El trabajo en las aulas conforma también buena parte de los objetivos para el próximo 8M. Entre ellos, cobra especial relevancia la "visibilización del machismo y del acoso en los centros de estudio", relata Julia Cámara, "siguiendo la dinámica del #MeToo", aunque también es importante "la discriminación de género según las ramas formativas".

En marzo de 2017, el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad lanzó la campaña Diez formas de violencia de género digital, que advierte de comportamientos dañinos ejecutados habitualmente por chicos adolescentes, como espiar el móvil de sus parejas, acosarlas a través de redes sociales o censurar las fotos que comparten. En abril, un estudio de la Universidad de Santiago de Compostela constataba que las redes sociales perpetúan los roles de género y el machismo entre los adolescentes. Además, el 27,4% de los jóvenes de entre 15 y 29 años cree que la violencia machista es "una conducta normal" en el contexto de una pareja, y el 21,2% lo considera un tema politizado que se exagera. Asimismo, el 7% de los jóvenes encuestados por el Centro Reina Sofía para su Barómetro de 2017 sobre Adolescencia y Juventud cree que la violencia de género es inevitable.

El acoso dentro de las aulas, sin embargo, no afecta sólo a adolescentes. El pasado mes de noviembre la Universidad Complutense de Madrid suspendió a un profesor de empleo y sueldo durante catorce meses por haber acosado a seis alumnas. En la Universidad de Sevilla fueron tres profesoras las que denunciaron a un docente por abusos sexuales, que tras años de acoso fue suspendido este martes. También fue suspendido durante dos meses, en julio de 2016, el profesor de la Universidad de Santiago de Compostela Luciano Méndez, denunciado por el estudiantado tras proferir una serie de comentarios machistas contra una alumna.

En cuanto a la formación, la brecha de género es evidente. Según datos del Instituto de la Mujer, únicamente un 25,64% del alumnado universitario que estudia Ingeniería y Arquitectura tiene nombre de mujer, la única rama de enseñanza donde hay una minoría pronunciada de mujeres, seguida a gran distancia por Ciencias (50,88%), Ciencias Sociales y Jurídicas (59,48%), Artes y Humanidades (61,13%) y Ciencias de la Salud (69,35%).

  Publicidad y estereotipos

En el ámbito del consumo, Julia Cámara estima necesario "señalar a determinadas industrias y tiendas que usan a la mujer como reclamo, especialmente dentro de la industria publicitaria". La representación de las mujeres en publicidad continúa a día de hoy estando visiblemente marcada por roles de género. Así lo concluye un estudio confeccionado por la agencia publicitaria Sra. Rushmore, cuyos autores revelan que sectores como el deporte o la salud suelen estar representados por hombres, mientras que la imagen de ellas se utiliza, generalmente, para productos y servicios vinculados a la belleza, la higiene y la moda.

Un 41% de las campañas publicitarias relacionadas con el entorno profesional utilizan la imagen de mujeres, cifra que desciende al 33% en el caso de publicidad sobre medicina. En la misma línea, la baja presencia de ellas se reproduce en los anuncios que tienen como escenario espacios deportivos como estadios o gimnasios (40%) o aquellos en los que se anuncia ropa deportiva (29%). Por el contrario, las mujeres protagonizan el 68% de los anuncios de belleza o higiene y el 63% de moda.

En marzo de 2017 la asociación de consumidores Facua señaló a empresas como Sixt, Ariatch, Vodafone o VR6 como responsables de algunos anuncios de corte marcadamente machista. No son las únicas. El pasado mes de octubre la misma organización pedía la retirada de un anuncio sexista de Perlan, y este fin de semana Media Markt ha sido objeto de fuertes críticas por un tuit machista sobre usuarias de videojuegos.

  El valor de los cuidados

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El Instituto Nacional de Estadística (INE) indica que, de promedio, las mujeres dedican dos horas más que los hombres al trabajo relacionado con el hogar y la familia. El 91,9% de las mujeres realizan tareas domésticas y se ocupan del cuidado de niños, ancianos y personas dependientes durante una media de cuatro horas y media diarias.

En diciembre de 2016, la ONU elaboró un informe sobre El empoderamiento económico de la mujer en el cambiante mundo del trabajo, donde indica que el valor del trabajo de cuidado no remunerado y del trabajo doméstico representa entre un 10% y un 39% del Producto Interior Bruto y puede pesar más en la economía de un país de lo que pesan la industria manufacturera, el sector del comercio o el del transporte. A la misma conclusión llegan el Observatorio Mujer, Empresa y Economía (ODEE) de la Cámara de Comercio de Barcelona y el Instituto Catalán de las Mujeres (ICD) en un informe elaborado en febrero de 2017 sobre el trabajo doméstico y de cuidado. Los autores del análisis sostienen que con un adecuado reparto de las tareas de cuidado y del trabajo remunerado las mujeres podrían, sólo en Cataluña, obtener unos ingresos salariales brutos un 25% superiores a los actuales.

Cámara recalca, en este sentido, la importancia de "visibilizar el trabajo de cuidados" que desempeñan las mujeres diariamente. La herramienta para ello, señala, pasa por "sacarlo al espacio público, a las plazas, a las calles, socializar y tratar de que todo ello suponga una descarga para las mujeres".

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