Día internacional de la mujer

Quieren pero no pueden hacer la huelga: mujeres que ven limitado su derecho

Imagen de la Comisión 8M en apoyo a la huelga feminista de este jueves.

infoLibre

Las mujeres españolas están llamadas a la huelga este jueves 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer. Pararán en cuatro ámbitos: el estudiantil, el de consumo, el de cuidados y el laboral. Pero no todas podrán hacerlo. El descuento de un día de la nómina, el miedo a perder el trabajo o la imposibilidad de parar por pertenecer a una profesión relacionada con los cuidados o, simplemente, dedicar casi la totalidad de su tiempo a ellos son algunas de las limitaciones que encuentran muchas mujeres a la hora de sumarse al paro convocado para este 8M. 

"Quiero y no puedo parar porque estoy en periodo de prueba", "quiero y no puedo parar porque al día siguiente estaría en el paro", "quiero y no puedo parar porque soy la única que vive aquí para cuidar a mi padre", "quiero y no puedo parar porque no llego a fin de mes". Y un largo etcétera. Estos son algunos de los testimonios que se han recabado a través de las redes sociales para denunciar las dificultades que tienen muchas mujeres para secundar una convocatoria como la de este jueves. Todas estas razones son recogidas a través de la iniciativa "Quiero y no puedo", que ha habilitado un correo electrónico.

 

"Por eso hemos convocado una huelga que abarque cuatro ámbitos distintos, porque entendemos que, sobre todo la huelga laboral, no va a poder ser secundada por muchas de nosotras", explica Ruth Caravantes, de la Comisión 8M, en conversación con infoLibre. Las dificultades que se presentan, no obstante, visibilizan en sí mismas algunas de las razones que esgrimen las convocantes para apoyar las protestas: la feminización de los trabajos precarios, de la pobreza y de los cuidados. 

Trabajadoras domésticas con régimen especial

"¿Pueden hacer huelga las empleadas de hogar? Sí. Tienen derecho a huelga, pero con más dificultades que el resto de trabajadoras asalariadas. En caso de cuidado a personas dependientes (enfermas, menores, etc.) puede verse limitada". Así expresan las abogadas de la Comisión 8M los problemas a los que se enfrentan estas trabajadoras a la hora de poder visibilizar su apoyo a los paros de este 8 de marzo. 

Este sector, altamente feminizado, es uno de los que más problemas ocasiona a las mujeres. "Aunque tengan contrato, el régimen especial al que están sometidas, basado en la confianza, imposibilita que paren", explica Caravantes. Lo que ocurre con estas mujeres es que, aunque tienen reconocido el derecho a huelga, no tienen cobertura legal que les ampare, puesto que su ejercicio no está regulado porque España no firmó el Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). De esta manera, el temor a represalias puede frenar a muchas de ellas a realizar los paros. 

¿Qué consejos dan las convocantes? Insisten en que, además de tener el mismo derecho que el resto de trabajadoras asalariadas, sus empleadores no podrán contabilizar esta ausencia como una falta de asistencia a su puesto de trabajo ni tampoco podrán ser sancionadas o despedidas, "siempre y cuando" no dejen a personas desprotegidas, como niños, mayores y dependientes. Y el problema es que esta, al ser una profesión dedicada a los cuidados y a las tareas del hogar, está casi completamente feminizada: en 2017 había 617.400 personas que aseguraban estar trabajando en el sector, de las que 541.300 eran mujeres. La mayoría de ellas, además, sin estar dadas de alta en la Seguridad Social, en cuyo caso el apoyo a la huelga se ve prácticamente imposible. 

Servicios mínimos abusivos en sectores feminizados

Si las enfermeras, las maestras y las trabajadoras de teleasistencia –que son mayoría en sus respectivos sectores– paran, se paralizaría la actividad de colegios, institutos, residencias de mayores, hospitales, ambulatorios, etc. Para evitar esto se han fijado unos servicios mínimos –de obligado cumplimiento, según explican desde la Comisión 8M– que, no obstante, ya han sido tachados de "abusivos", limitando el derecho legítimo de estas mujeres a secundar la huelga. Ellas, por tanto, no podrán parar. O, al menos, no de forma masiva. 

 

Así, la Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Madrid fijó este miércoles unos servicios mínimos del 100% en ayuda a domicilio a mayores y menores y en teleasistencia, por lo que sus trabajadoras serán las únicas del personal municipal que no podrán hacer la huelga. Y lo mismo ocurre con las trabajadoras de la sanidad o de la educación, según explica Caravantes, que sufren, del mismo modo, la imposición de límites a la hora de realizar la huelga. "Son sectores muy feminizados en los que se están fijando unos servicios mínimos muy elevados", critica. 

Así lo denunciaron las trabajadoras del sector sanitario en el manifiesto que elaboraron para mostrar su adhesión a la convocatoria, en el que lamentaron que su derecho a huelga se encuentra restringido por "la imposición de unos servicios mínimos abusivos que, en numerosas ocasiones, son del 100%". Y lo mismo ocurre con las maestras de Educación infantil, que representan el 97% de su sector. 

Mujeres con trabajos precarios

La feminización del trabajo precario es una realidad, y contra ella luchan las mujeres que este jueves 8 de marzo han decidido sumarse a las protestas. Sin embargo, las que más lo sufren son las que más dudan de realizar o no la huelga laboral. "Les influye mucho el factor miedo", lamenta Caravantes.

Con un contrato temporal, las mujeres tienen temor a no ser renovadas y perder, así, su puesto de trabajo. Puede ocurrir. De hecho, el sindicato CNT denunció este martes que dos trabajadoras de la empresa Telemark, empresa subcontrata de Páginas Amarillas, fueron despedidas después de mostrar su apoyo explícito a la huelga del 8M. Las dos tenían un contrato de obra y servicio. La empresa niega que el apoyo al 8M fuese la razón del despido.

Según la Encuesta de la Población Activa (EPA), el 73,5% de los contratos a tiempo parcial van a parar a manos de mujeres. Y eso las que tienen la suerte de no estar desempleadas, puesto que el paro también les afecta en mucha mayor medida que a ellos: el 57,22% se encuentra en paro, frente al 42,8% de los hombres. El miedo a perder el trabajo, con el escenario de dificultades para encontrar uno, limita a muchas mujeres que quieren pero, afirman, no pueden parar este jueves. 

 

Trabajadoras de empleos no regularizados

El paro de este jueves no es un paro tradicional. El lema de la convocatoria, "si nosotras paramos, se para el mundo", explica que se trata de una huelga en cada uno de los ámbitos en los que las mujeres tienen un peso importante. Y lo tienen también de puertas para adentro. Una vez, entran en juego los cuidados. Ellas destinan 38 horas semanales al cuidado o educación de los hijos y 20 a cocinar o hacer labores domésticas, frente a las 23 horas por semana de ellos en cuanto a la educación de los hijos y las 11 horas respecto a labores domésticas. De hecho, el 90,6% de las excedencias para el cuidado de menores, mayores y dependientes fueron solicitadas a lo largo de 2017 por mujeres.

Estas tareas, aunque sin regularizar, también son trabajo. Y en su mayoría, femenino. De ahí viene la idea de articular esta jornada como lo que han denominado huelga de cuidados. La carga que supone este trabajo para las mujeres evidencia la necesidad de una corresponsabilidad real y de unos recursos públicos accesibles. Las mujeres que, en cambio, no tengan ningún tipo de ayuda de ninguna otra persona que pueda llevarlos a cabo, en cambio, tampoco podrán parar. 

Por ello, la Junta Municipal del distrito madrileño de Retiro, presidida por Nacho Murgui y dependiente del Ayuntamiento de Madrid, ha cedido dos espacios para que los hombres se ocupen del cuidado de los más pequeños a través de actividades lúdicas. "Las tareas de cuidados también pueden ser asumidas por hombres, ¡hagámoslo visible!", invitan desde la institución. 

 

¿Qué soluciones hay?

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Todos estos motivos, sumados al descuento de la nómina del día de huelga, mueve a muchas mujeres a no realizar la huelga laboral. Ellas, ya de por sí, cobran menos: UGT sitúa a la brecha en el 22,86% y CCOO, por su parte, estima la diferencia en un 30%. Además, esta brecha salarial está muy ligada al techo de cristal, el fenómeno que describe la escasa presencia de las mujeres en los puestos directivos. Así, por ejemplo, las mujeres con un cargo en los consejos de administración en las empresas del Ibex 35 suponen el 21,8% del total, según el último informe de Cuatrecasas y Georgeson.

"Proponemos la huelga de consumo, que podemos realizar todas, como método de protesta", argumenta Caravantes. Además, en caso de tener que acudir al puesto de trabajo, animan a las mujeres a llevar un brazalete morado en señal de apoyo a la huelga y acudir, en la medida en la que el turno lo permita, a los actos convocados en sus ciudades. Para todas aquellas que no puedan parar las tareas de cuidados, "colgar un delantal de la terraza" mostrará su adhesión a la jornada de paro, concluye. 

 

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