Los próximos Presupuestos

Sánchez e Iglesias pactan medidas sociales y de memoria y dejan pendiente la reforma fiscal para pagarlas

Pedro Sánchez recibe a Pablo Iglesias en la puerta del Palacio de la Moncloa.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder de Unidos Podemos, Pablo Iglesias, toman los mandos de la negociación para los próximos Presupuestos Generales del Estado. Ambos dirigentes se reunieron este jueves en el Palacio de la Moncloa para continuar las conversaciones que iniciaron hace unas semanas sus respectivos equipos en una reunión que duró algo más de dos horas y tras la cual Iglesias anunció varios acuerdos con el Gobierno en materia social, de memoria histórica o con respecto a la reforma del voto rogado. No obstante, Unidos Podemos y el Ejecutivo siguen atascados en la modificación del impuesto de sociedades y la implantación de tasas que afecten a la banca, si bien Iglesias se mostró optimista y aseguró que el "acuerdo" para aprobar las próximas cuentas está "más cerca que ayer".

La reunión –la segunda que ambos líderes mantienen en la Moncloa desde la moción de censura– comenzó a las 17.30, con media hora de retraso sobre el horario previsto, y se extendió hasta pasadas las 19.30. Tras ella, al filo de las 20.00, un Iglesias optimista compareció ante los medios de comunicación y aseguró que su intención es que el "acuerdo global" con el Gobierno en materia de Presupuestos esté cerrado para el próximo mes de octubre. Dicho pacto incluiría el inicio de la tramitación en las Cortes de la reforma de la Ley Orgánica de Estabilidad Presupuestaria para quitar al Senado la capacidad de vetar la senda de gasto aprobada por el Gobierno, y el secretario general de Podemos también afirmó que ya ha pactado cerca de una decena de medidas con Sánchez.

Entre dichas medidas hay varias de carácter social, como son la derogación del decreto de 2012 que estableció los recortes en educación, la puesta en marcha de un sistema de préstamo de libros de texto, la reducción del IVA a productos de primera necesidad, la eliminación del copago farmacéutico a quienes ganen menos de 18.000 euros anuales, el impulso presupuestario a la dependencia o la subida del salario mínimo a 1.000 euros (para la cual Iglesias no detalló el plazo). Iglesias también anunció que abrirán una mesa con el Ejecutivo para discutir propuestas para regular el mercado del alquiler, y aseguró que su intención y la del Gobierno es derogar la reforma laboral aprobada en 2012 por el PP, si bien no se pronunció sobre la reforma de la norma que realizó el PSOE en 2010 y que también rechaza Unidos Podemos.

Varios de los acuerdos más destacados se produjeron en memoria histórica, ya que Sánchez e Iglesias pactaron retirar la medalla y el complemento en su pensión al torturador franquista Antonio González Pacheco, alias Billy el Niño, poner en marcha un "museo estatal de la memoria" e impulsar las búsquedas de los restos de represaliados por la dictadura. El líder de Podemos también se comprometió a derogar el voto rogado antes de las próximas elecciones y anunció que el Gobierno se ha "comprometido" a estudiar el posible reconocimiento internacional de Palestina como estado.

Tras la reunión, el Ejecutivo también se mostró optimista. Fuentes gubernamentales consultadas por infoLibre aseguraron que durante el encuentro hubo "una sintonía total" entre Sánchez e Iglesias y sostuvieron que, a su juicio, lo pactado este jueves supone "una amplia base para llegar a más acuerdos". 

Unidos Podemos no renuncia a la tasa a la banca

No obstante, hay muchas más diferencias entre Unidos Podemos y el Gobierno en la segunda pata de la negociación: cómo se pagan esas medidas sociales, es decir, la reforma fiscal para aumentar los ingresos del Estado. La intención inicial de la coalición morada era la de presionar al Ejecutivo para que renegociase el objetivo de déficit con Bruselas y combinar una meta menos ambiciosa con una subida de impuestos a las rentas altas y las grandes empresas, pero la negativa del Gobierno a pedir más margen a la UE ha provocado que, en las últimas semanas, la estrategia de Unidos Podemos se haya centrado en la reforma tributaria. Y ahí las posiciones aún están distantes, tal y como reconoció Iglesias tras la reunión.

El líder de Podemos explicó que había alcanzado un acuerdo con Sánchez para reducir la cuota a los autónomos –la propuesta de Iglesias pasa por implantar cuotas progresivas y por establecer un mínimo de ingresos que esté exento de cuota– y, asimismo, insistió en el "principio de acuerdo" del que ya habló el pasado lunes para subir el IRPF a quienes ingresen más de 140.000 euros anuales. No obstante, el partido morado y el Gobierno siguen manteniendo sus diferencias en lo relativo a la introducción de impuestos a los bancos, e Iglesias no nombró entre los acuerdos alcanzados la reforma del impuesto de sociedades, que Unidos Podemos y el Ejecutivo quieren impulsar pero para la que tienen planteamientos distintos.

El punto más simbólico de desencuentro es el impuesto extraordinario a la banca, prometido por Pedro Sánchez en su etapa como líder de la oposición pero del que ahora el Gobierno –tras varias reuniones con presidentes de grandes empresas– reniega. Tal y como reconoció Sánchez el lunes, el Ejecutivo únicamente propondrá aplicar un tributo a las transacciones financieras, un impuesto promovido por la UE pero cuya aprobación definitiva se encuentra estancada a nivel comunitario. Podemos exigió este lunes que el Gobierno dé marcha atrás esa "rectificación", e Iglesias confirmó tras su encuentro en la Moncloa que el partido morado mantiene su intención de promover ambas tasas: tanto el impuesto extraordinario a la banca como el impuesto a las transacciones financieras.

El modelo francés del impuesto a las transacciones

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"Tratándose de una materia técnica, todavía no podemos anunciar nada más", y "no quiero anunciar intenciones, sino acuerdos cerrados", se limitó a explicar el líder de Podemos sobre dos impuestos que el PSOE aseguró el pasado enero que podrían recaudar 800 millones de euros cada uno. No obstante, y más allá del choque en lo relativo al impuesto a la banca, ni siquiera hay un pacto en lo referente a la tasa a las transacciones financieras, pese a que este mismo jueves, la ministra de Economía, Nadia Calviño, se mostró partidaria de aprobar este impuesto y señaló que lo "más seguro es copiar o inspirarse" en modelos como el francés, que grava el 0,3% del valor de todas las compraventas de acciones de empresas francesas cotizadas y cuya capitalización bursátil supera los 1.000 millones de euros.

Unidos Podemos rechaza este modelo al considerarlo poco ambicioso. El impuesto a las transacciones financieras de Francia, puesto en marcha en 2012, dejó fuera de su ámbito de aplicación productos como los derivados financieros, que Unidos Podemos quiere incluir en la versión española de la tasa precisamente para tratar de evitar lo que denunció en un informe el año pasado el tribunal de cuentas francés, que alertó de que la versión gala del impuesto provocaba que los bancos repercutieran el coste del tributo en los clientes y señaló que no acaba con la especulación financiera porque no afecta a las operaciones más complejas de la bolsa.

La negociación sobre el impuesto de sociedades tampoco ha terminado, aunque Gobierno y Unidos Podemos coinciden en el fondo de la cuestión y buscan establecer un tipo mínimo del 15% en dicho tributo, habida cuenta de que algunos bancos como el Santander o Bankia no pagan nada por este impuesto, tal y como desveló infoLibre. No obstante, el Ejecutivo y la coalición morada aún no han cerrado un acuerdo al respecto, ya que, para Unidos Podemos, esta tasa mínima del 15% debería imponerse sobre los resultados de las grandes empresas, no sobre la base imponible. IU, por su parte, insistió hace unos días en la necesidad de gravar también los dividendos de las grandes empresas generados en el extranjero, algo que el Gobierno rechaza porque entiende que iría contra los tratados de doble imposición.

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