Barómetro del CIS

Los votantes de entre 18 y 44 años apuestan mayoritariamente por una reforma profunda de la Constitución

Después de años de propuestas, contrapropuestas y discusiones políticas, el Gobierno abrió la semana pasada de manera formal el debate sobre la reforma de la Constitución anunciando que llevará al Congreso una propuesta para hacer una modificación exprés en la Carta Magna que permita eliminar de su texto los aforamientos. La idea del Ejecutivo es hacer una reforma rápida y muy acotada, pero hay importantes capas del electorado que exigen mucho más a los partidos: una amplia mayoría de casi el 70% de los ciudadanos está a favor de modificar la Constitución, pero además, de este grupo, más de la mitad de los votantes de entre 18 y 44 años abogan por que los cambios sean de calado y no afecten solo a cuestiones puntuales.

Esas son algunas de las conclusiones que pueden extraerse del barómetro del CIS hecho público este martes, un sondeo en el que el instituto ha incluido de manera extraordinaria varias preguntas para evaluar la satisfacción de los ciudadanos con la Constitución, la transición o la democracia españolas. Con respecto a la Carta Magna, el 47,3% de los encuestados afirma sentirse "muy" o "bastante" satisfecho, un porcentaje que se reduce al 42,6% cuando la pregunta es sobre el funcionamiento de la democracia en España. Con la transición hay menos dudas: el 67,3% de los encuestados afirma que la forma en la que se llevó a cabo es "un motivo de orgullo".

Pero que la Constitución no se considere mayoritariamente amortizada –solo el 27,2% de los ciudadanos afirma estar "poco" o "nada" satisfecho con ella, y el porcentaje de satisfacción tiende a ser mayor cuanto más elevada es la edad del encuestado– no implica que la ciudadanía no exija cambios en su texto: nada menos que un 69,6% afirma que "hay que reformarla", y se trata de una afirmación mayoritaria, en mayor o menor medida, entre todas las franjas de edad, todas las posiciones ideológicas y los votantes de los cuatro principales partidos del panorama político.

No obstante, hay grupos sociales que apuestan por una reforma pequeña y otros que creen que los cambios deben ser de calado. Y los votantes de entre 18 y 44 años que están a favor de que haya cambios en la norma son de estos últimos: en las franjas de edad de 18 a 24 años, de entre 25 y 34 y de entre 35 y 44 años, la opción que aboga por "una reforma importante" de la Carta Magna supera el 50% de los apoyos, llegando incluso al 53,6% entre quienes tienen una edad comprendida entre 25 y 34 años. Entre el resto de grupos de edad, la opción de llevar a cabo cambios profundos en la Constitución también es la preferida, pero no supera la barrera del 50%.

La derecha quiere retoques, la izquierda cambios de calado

Sin embargo, si la división se hace entre votantes de los diferentes partidos, la coincidencia no es tan amplia. Es cierto que la mayoría de los votantes de las cuatro grandes formaciones coinciden en la necesidad de reformar la Constitución –con porcentajes que van desde el 89,3% de los de Unidos Podemos al 53,3% de los del PP–, pero la derecha aboga por modificaciones menores, mientras la izquierda quiere cambios profundos. En este sentido, el 52% de los votantes del PP y el 47,1% de los de Ciudadanos que apuestan por un cambio constitucional quieren "una pequeña reforma", mientras que el 50% de los del PSOE y el 59,4% de los de Unidos Podemos apuestan por "una reforma importante".

Estos datos concuerdan con la valoración que hacen los votantes de los diferentes partidos sobre cómo ha funcionado la Constitución en los 40 años que lleva en vigor. Un 63,8% de los votantes del PP se muestra "muy" o "bastante" satisfecho con el balance de las últimas cuatro décadas, una cifra que se reduce al 59,3% en el caso de quienes eligieron en las últimas elecciones la papeleta de Ciudadanos, al 56,4% entre quienes votaron al PSOE y a apenas un 35,9% entre los votantes de Unidos Podemos. Y eso sin contar las confluencias de la coalición morada: apenas un 10,9% de los votantes de En Comú Podem afirman sentirse bastante satisfechos con el funcionamiento de la Constitución desde su puesta en marcha, por un 34,1% de los de Compromís y un 38,1% de los de En Marea.

Las prioridades a la hora de reformar la Carta Magna tampoco son las mismas entre los votantes de los cuatro grandes partidos. Al ser preguntados por los aspectos que modificarían, los únicos que plantean mayoritariamente –lo hace el 33% de ellos– la necesidad de "mejorar la protección de los derechos sociales" son quienes eligieron la papeleta de Unidos Podemos en las últimas elecciones. Por el contrario, la prioridad para la mayoría de los votantes de PP, PSOE y Ciudadanos es mejorar la "coordinación de competencias en educación y sanidad", una prioridad que señalan el 38,7% de los votantes del PP, el 30,6% de los socialistas y el 35,8% de los de Ciudadanos.

La democracia y la transición

Los votantes de Unidos Podemos también son los más críticos con el actual funcionamiento de la democracia en España: el 67,2% de ellos no está satisfecho con él. No obstante, aquí la brecha no se produce entre la izquierda y la derecha, sino entre los nuevos y los viejos partidos, ya que Ciudadanos también tiene una mayoría de votantes (el 49,5%) que se dicen descontentos con el funcionamiento de la democracia. La cifra baja al 41,9% entre los votantes del PSOE, y entre quienes eligieron la papeleta del PP el porcentaje es del 42,2%.

Algo similar ocurre en lo relativo al nivel de satisfacción de los ciudadanos con la Transición, un periodo histórico que suscita "orgullo" al 67,3% de los encuestados. Aquí, la división entre partidos es mucho más clara: la mayor parte de los votantes de PP, PSOE y Ciudadanos consideran positiva esta etapa en porcentajes de entre el 78% y el 85%, mientras que entre quienes eligieron la papeleta de Unidos Podemos en 2016 la cifra de quienes se sienten orgullosos de la transición es tan sólo del 50,8%.

En este sentido, los datos son claros. El 39,7% de los votantes morados rechazan la forma en la que se actuó entonces, y ese rechazo es mayoritario entre los votantes de En Comú Podem (el 58,7% no siente orgullo por la transición) y Compromís (el 43,2%). De hecho, el barómetro del CIS recoge una clara correlación entre la posición ideológica y el apoyo a la transición: cuanto más a la derecha, mayor apoyo entre los encuestados a las decisiones que se tomaron entonces. Sólo el 30,5% de quienes están en la extrema izquierda se muestran satisfechos con la transición, por un 91,9% de quienes están en el 9 de la escala de autoubicación ideológica. La excepción es la extrema derecha, es decir, quienes se autoubican en el 10 de esta escala: solo apoyan la transición el 69%.

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