La Iglesia en España

El lado menos conocido de Cáritas: así funciona y se financia el brazo social de la Iglesia católica

El presidente de la Conferencia Episcopal, el cardenal Ricardo Blázquez, y una veintena de obispos, en la ceremonia de ordenación como obispo de Joseba Segura (derecha) en la Catedral de Bilbao.

Cáritas es el emblema de la vertiente benéfica de la Iglesia católica, la ONG citada por el papa, el referente social e incluso moral que durante la precampaña del 28A lanza propuestas políticas sobre vivienda, empleo, desigualdad y cambio climático. Cáritas es todo esto, sí. Y también la organización más prestigiosa de la Iglesia española. Y –esto es menos sabido– una ONG apoyada por algunas de las más importantes empresas de España, con poderosos intereses en los sectores sobre los que Cáritas quiere incidir, entrañando así una posible contradicción. A juicio de Cáritas, no hay ninguna contraindicación. "Dar la espalda o negar que las propias empresas sean motores del cambio sería afrontar el desafío con una seria desventaja", señala.

Pocas voces ajenas a la política logran penetrar entre el ruido de una precampaña y hacerse oír. Cáritas es una de las escasas excepciones. La ONG de la Iglesia católica, cuyos informes sobre la realidad social española se encuentran entre los más prestigiosos e influyentes del país, lanzó la semana pasada sus "propuestas políticas para una sociedad más justa", entrando en el debate público con la fuerza moral que le otorga su adscripción eclesial y su prestigio social. Un prestigio que alienta incluso el propio papa: Cáritas fue la única entidad de la Iglesia mencionada por Francisco durante su reciente entrevista con Jordi Évole en La Sexta. Y fue mencionada –como suele ocurrir con Cáritas– en tono incuestionablemente positivo: el papa utilizó el ejemplo de la ONG eclesial para ilustrar las ocasiones en que está justificada una exención del IBI.

Así es esta ONG, conocida como "el buque insignia de la obra social de la Iglesia". "Cáritas" es la palabra que los jerarcas de la Iglesia pronuncian en voz alta cuando quieren mostrar la mejor cara de la institución y probar que se debe a los demás y de verdad realiza una labor social. La Iglesia es tanto Cáritas como los Legionarios de Cristo, pero sus portavoces mencionan más a la primera que a los segundos. Un ejemplo. Cuando, en 2012, en el contexto de un debate sobre la pertinencia o no de la exención del IBI a la Iglesia, monseñor Antonio María Rouco Varela fue preguntado al respecto, no dudó en acudir a Cáritas para apuntalar su defensa de este beneficio fiscal. La Iglesia podría pagar el IBI –dijo el entonces presidente de la Conferencia Episcopal–, pero, claro, ello iría "en detrimento de otras acciones". Se refería a Cáritas. Y "Cáritas es la Iglesia", como dice ahora la CEE en su campaña Xtantos para cosechar equis en la declaración de la renta.

Con toda esta autoridad moral a cuestas, Cáritas ha lanzado sus propuestas políticas con motivo de las próximas elecciones del 28 de abril, entregándoselas en persona a la presidenta del Congreso, Ana Pastor. Se sintetizan en ocho: 1) ratificación de la Carta Social Europea revisada en 1996 y del protocolo adicional de 1995; 2) garantía de ingresos para los hogares pobres; 3) acceso al derecho a la vivienda; 4) inclusión del empleo del hogar en el Régimen General de la Seguridad Social, 5) cuidado de los menores extranjeros no acompañados; 6) garantizar los derechos humanos también en los procedimientos de expulsión; 7) lucha contra el cambio climático y garantía del derecho a la energía; 8) fortalecimiento de la política de desarrollo y cooperación internacional.

Las propuestas de Cáritas, centradas en lo social, sitúan el marco de prioridades en un espacio distinto al que elige la Conferencia Episcopal, cuyo presidente, Ricardo Blázquez, ha señalado en esta precampaña que el votante católico debe "sopesar" las propuestas de los partidos sobre aborto, eutanasia y familia. Por contraste, las propuestas de Cáritas recordarían al programa de mínimos de un partido progresista. Es más, ante una jerarquía que prodiga gestos y mensajes de fuerte conservadurismo sobre inmigración, familia, diversidad y aborto, Cáritas se ofrece como un contrapunto de fuerte vocación social.

Pero, ¿qué es Cáritas? ¿Qué tipo de institución es? ¿Cómo se paga esta institución citada elogiosamente por el papa y que hace propuestas políticas en precampaña?

  La principal ONG de la Iglesia

Aunque existen cientos de iniciativas sociales de inspiración católica, como señala la Iglesia en su memoria anual de actividades, Cáritas es la ONG eclesial por antonomasia. Es estructuralmente Iglesia. No son muchas las iniciativas sociales que la CEE reconoce como tales. Es decir, como parte de la propia Iglesia, y no sólo de inspiración religiosa. Las "iniciativas sociales" que forman parte de la Iglesia son Manos Unidas, Lares, Entreculturas, Secretariado Gitano, Cesal, Justicia y Paz, Accem, Ayuda a la Iglesia Necesitada, Orden de Malta, Renate, Cruz Blanca, Salesianos, Sant Egidio, Hijas de la Caridad, Hermanas Oblatas del Santísimo Redentor, Sociedad de San Vicente de Paúl, Adoratrices...

Hay otras de filiación católica, o en la órbita de la Iglesia, como Proyecto Hombre, la Asociación de Jóvenes Cristianos YMCA, la Federación de Asociaciones Pro-Vida o Fe y Alegría, entre otras muchas. Una estimación da idea de la fuerza del músculo social del entorno de la Iglesia: entre un 30% y un 50% el dinero recogido por la casilla social del IRPF –no la de la Iglesia, sino la de fines sociales– acaba en ONG vinculadas o próximas a la Iglesia, según fuentes del tercer sector. Es decir, serían algo más de 125 millones. Eso demuestra la fuerza de la Iglesia en el voluntariado.

Pero, de entre todas las ONG en la órbita de la Iglesia, Cáritas es la que más alto puede decir que es institucionalmente Iglesia. La propia jerarquía la reconoce como tal. "Para entendernos, Cáritas y la Iglesia son lo mismo", señala la Conferencia Episcopal en su campaña Xtantos para convencer a los contribuyentes de que marquen la casilla de la Iglesia en la declaración de la renta.

  Reclamo para la equis del IRPF

Buena parte de dicha campaña se basa en la idea implícita que la Iglesia es una especie inmensa Cáritas dedicada al servicio social. La escritora María Elvira Roca Barea, autora del ensayo Imperiofobia y leyenda negra: Roma, Rusia, Estados Unidos y el Imperio español (Siruela, 2016), afirma en un artículo publicado por la CEE para pedir que se marque la casilla: "La Iglesia es una ONG estupenda [...]. Cáritas resuelve muchas papeletas". Esto puede resultar equívoco, porque de hecho marcando la equis de la Iglesia va más dinero a la televisión Trece que a Cáritas, que, sin embargo, es la que más atención recibe en la campaña Xtantos.

Del total recaudado por el Estado para la Iglesia en las declaraciones de la renta del ejercicio fiscal 2016, 268,2 millones, la mayor parte se gastó en el funcionamiento de las diócesis (201,1 millones) y la seguridad social del clero (16,3). A Cáritas llegan 6,2 millones. ¿Mucho? ¿Poco? A la televisión Trece fueron 9 millones de euros, con lo que lo dedicado a la televisión episcopal fue 2,8 millones de euros más que lo dedicado a Cáritas, pese a que la campaña promocional de la casilla de la Iglesia se basa en el reclamo de la labor social de la Iglesia. Cáritas, por lo tanto, se lleva el 2,31% de todo lo recaudado por la casilla de la Iglesia.

Europa Laica ha denunciado la utilización de Cáritas como argumento para justificar la financiación pública de la Iglesia, especialmente a través del IRPF, teniendo en cuenta que la ONG apenas se financia con cargo a esta partida de dinero público.

  96,5 millones públicos y 256,5 millones privados

¿Entonces? ¿Cómo se financia esa parte de la Iglesia que acaba de entrar en la campaña con sus "propuestas políticas"? Veamos. Durante el año 2017, último del que hay datos, Cáritas recibió un total de 353,07 millones de euros. De ellos, 96,5 millones, que suponen un 27%, fueron dinero público proveniente de las instituciones europea, central, autonómica y local. Ahí entra lo que percibe Cáritas vía casilla de la Iglesia (6,2 millones), pero también vía casilla de fines sociales (26,7 millones de euros, dedicados a 567 programas sociales). Además Cáritas concurre a procesos de subvenciones y programas sociales a todos los niveles de la Administración.

La mayor aportación pública provino en 2017 de las administraciones autonómicas (32,89 millones), seguidas de la central (31,36), las locales (24,98) y la UE (7,26 millones), según su memoria de 2017.

Pero no son las administraciones públicas la principal fuente de financiación de Cáritas, sino las aportaciones privadas, que supusieron en 2017 un total de 256,5 millones de euros, el 73% de sus ingresos.

  IBEX y gigantes mundiales

¿Qué entes privados pagan? El listado que hace público Cáritas de sus más de 500 financiadores privados ofrece una imagen fiel de las empresas que sostienen la institución. Hay de todo: desde gigantes multinacionales hasta pequeñas ONG, pasando por clínicas, colegios y todo tipo de pymes.

Entre los aportadores de fondos están representadas 11 compañías integrantes del IBEX 35:

– Industria de Diseño Textil SA (Inditex).

– Santander Asset Management (Banco Santander).

– Iberdrola SA.

– BBVA Asset Management SA Sociedad Gestora de Instituciones de Inversión Colectiva (SGIIC).

– Fundación Gas Natural Fenosa (Naturgy).

– Caixabank SA y Caixabank Asset Management SA SGIIC.

– Endesa SA y Fundación Endesa.

– Bankia.

– Bansabadell Inversión SGIIC SA Sociedad Unipersonal (Banco Sabadell).

– Enagas SA.

– Merlin Properties Socimi SA.

– Técnicas Reunidas SA.

Así que un 34,28% del IBEX 35, más de un tercio, figura entre los financiadores de Cáritas.

Además colaboran en la financiación gigantes de diversos sectores:

– Facebook (internet).

– JP Morgan (finanzas).

– Nestlé (alimentación)

– Orange (telecomunicaciones).

– Accenture, Ernst & Young y Fundación PriceWaterHouseCoopers (consultoría).

– Alstom (transporte).

Otras empresas financiadoras son Ibercaja, Reale Seguros, Asisa o Grupo Vocento-ABC, siempre según el listado que hace público Cáritas [ver aquí]. Están también las fundaciones Real Madrid, Mutua Madrileña, ONCE y Rafael del Pino. Y las empresas Abaco (ETT) y Viesgo (energía). Hay entre los financiadores de Cáritas incluso una sicav, Maru Finance. La ONG hace propuestas sobre el derecho a la vivienda con financiación de la banca y la socimi Merlin Properties y contra la pobreza energética con la financiación de Endesa, entre otras empresas del sector.

infoLibre preguntó a Cáritas por la cuantía que aporta cada financiador. Un portavoz oficial señaló que es una información "reservada por expreso deseo de los donantes". "Dado que somos una confederación de 70 Cáritas diocesanas, cada una de ellas gestiona de manera autónoma su nómina de donantes y colaboradores, y no está disponible en un listado común", añade la ONG.

  Más de 5.000 contratados

La tarea social de Cáritas es innegable. La ONG cifra en 83.951 sus voluntarios en su memoria de 2017. La tendencia es ascendente. En 2013 había 78.017, por lo que en cuatro años ha habido una subida del 7,6%. La ONG tiene más de 5.000 personas contratadas, cuando en 2013 eran 4.171. En su memoria, Cáritas destaca su esfuerzo por el "comercio justo", las "finanzas éticas", el "empleo decente" y la "economía social". La ONG pone énfasis en la "cooperación internacional" y la atención ante emergencias, actividades por las que goza de amplio reconocimiento.

De los 353,97 millones que Cáritas invirtió en 2017, según su memoria, las mayores partidas fueron para "empleo y economía social" (75,21 millones de euros), "acogida y asistencia" (72,96), "mayores" (40,24), "cooperación internacional" (29,74), "personas sin hogar" (29,53) y "familia, infancia y juventud" (23,16).

  Fundación Madrid Vivo

El presidente de Cáritas, Manuel Bretón, forma parte del patronato de la Fundación Madrid Vivo, donde coincide con Juan Luis Cebrián, Juan Abelló y Borja Prado –presidente de Endesa–, entre otros. Esta fundación, que tiene como presidente honorario al arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, nace con el impulso del abogado Javier Cremades para aproximar a la Iglesia madrileña y a la gran empresa.

Su vicepresidente es Ángel Ron, expresidente del Banco Popular, institución financiera comprada por el Banco Santander e históricamente vinculada al Opus Dei. En el patronato también están Borja Prado, presidente de Endesa; el empresario, inversor y coleccionista de arte Juan Abelló; Juan Luis Cebrián, expresidente de Prisa y presidente de honor de El País; José Cerdán, presidente de Telefónica Business Solutions; Antonio Fernández-Galiano, presidente de Unidad Editorial; Jaime de Jaraiz, presidente de LG Electronics España; Jacobo González-Robatto, presidente de Nueva Pescanova; Tomás Pascual Gómez-Cuétara, presidente de Calidad Pascual y de la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas; Gonzalo Sánchez, presidente de Price Waterhouse Coopers España (PwC); José María Sánchez, director general en España de Prodware, partner tecnológico de Microsoft; y Joaquín Herrero, presidente de la gestora y asesora financiera Merchbanc, entre otros.

Fueron patronos y ya no lo son Emilio Botín, histórico presidente del Banco Santander, fallecido en 2014, y Juan Miguel Villar Mir, ex presidente de OHL. También Esther Koplowitz. Formó parte asimismo del patronato Luis Alfonso de Borbón, presidente de honor de la Fundación Francisco Franco, pero fue apartado tras publicar este periódico la composición del máximo órgano de la fundación.

  Actividad inversora

Sus ingresos anuales permiten a Cáritas realizar inversiones. Pero con límites autoimpuestos. Desde el escándalo de Gescartera (2001), la Iglesia se ha venido dotando de mecanismos para invertir "con criterios éticos". La normativa interna de inversión de la ONG obliga no sólo a la sujeción a los códigos de la CNMV sino también a los criterios de "seguridad", "liquidez", "rentabilidad", "diversificación", "transparencia", "no especulación" y "valores éticos y morales". Deberán ser objeto de "especial explicación" –no es que estén prohibidas– las "operaciones en mercados de futuros y opciones", entre otras. Está expresamente permitido el uso de fondos de inversión y sicav.

En su dimensión patrimonial, Cáritas –al igual que el resto de entidades de la Iglesia– se beneficia de un estatus fiscal especial. El papa citó a esta ONG como ejemplo de los inmuebles que deben estar exentos de IBI. Pero lo cierto es que no siempre Cáritas emplea sus inmuebles para la caridad. Cáritas de Osma-Soria es copropietaria de un edificio frente a El Corte Inglés de Princesa, en Madrid, en cuyos bajos abre sus puertas un Uterquë, la marca más selecta del grupo Inditex, una farmacia y un Women's Secret. Esta propiedad se beneficia de la exención del IBI, como publicó El Confidencial y confirmó este periódico a través de fuentes municipales.

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  "Transformación social"

Cáritas, en respuesta a preguntas por escrito, señala que sus prioridades "son y serán las personas en situación de pobreza y exclusión". ¿Y no hay contradicción o dificultad en simultanear planteamientos socialmente ambiciosos y recibir fondos de empresas con intereses en los sectores en los que Cáritas plantea cambios? A juicio de la ONG, no. "Las empresas forman una parte importantísima de la sociedad, una parte fundamental que debe ser motor del cambio. Dar la espalda o negar que las propias empresas sean motores del cambio sería afrontar el desafío con una seria desventaja. Nuestro trabajo con las empresas pasa por colaborar con ellas, por acompañarlas y dejarnos acompañar, por influirlas y que nos influyan, con el último objetivo de conseguir la transformación social, el desarrollo integral de las personas y de los pueblos".

La ONG señala que Cáritas "es la propia Iglesia", concretamente su "dimensión caritativa". ¿Supone una presión añadida ver cómo la Iglesia, incluido el papa, la cita como su mejor exponente? "Nuestra presión", señala Cáritas, "viene de la constancia permanente que supone ver cada día las realidades de pobreza y exclusión, de ver a personas con historias quebradas y sueños rotos por un sistema que se empeña en descartarles".

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