28A | Elecciones generales

PSOE, PP, Cs y Podemos pretenden conseguir dos puestos en la Mesa pero será la Presidencia quien decida

Imagen de archivo del Congreso de los Diputados.

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El PSOE, el PP, Ciudadanos y Unidas Podemos tienen asegurados con sus escaños dos puestos cada uno en la Mesa del Congreso, salvo que medien pactos de exclusión, con lo que la mayoría en el órgano de gobierno de la Cámara dependerá de qué partido se haga con la Presidencia de la institución, ha informado Europa Press.

La Mesa del Congreso se elegirá el próximo 21 de mayo, durante la sesión constitutiva de la Cámara Baja surgida de las elecciones generales del pasado domingo. Serán las primeras votaciones que se celebrarán en el hemiciclo en la XIII Legislatura y servirán para medir la capacidad de los partidos para alcanzar pactos a tan sólo cinco días de las elecciones europeas, municipales y autonómicas.

En concreto, se producirán tres votaciones, todas mediante la introducción en la urna de papeletas con el nombre de la persona a la que cada diputado apoye para ocupar los puestos que conforman la Mesa: primero se votará la Presidencia, después las cuatro Vicepresidencias y por último las cuatro Secretarías.

Si no hay mayoría absoluta, segunda vuelta

Cada diputado escribirá un sólo nombre en la papeleta y resultará elegido para ocupar la Presidencia quien obtenga el voto de la mayoría absoluta. Si nadie la lograse, se repetirá la votación entre los dos candidatos que hayan conseguido más apoyos y se quedará con el puesto quien coseche más votos.

Tradicionalmente, el partido mayoritario ha presidido el Congreso, salvo en la denominada legislatura 'corta' de 2016, cuando el socialista Patxi López, gracias a un acuerdo con Ciudadanos, se hizo con el puesto, aunque el PP tenía más escaños que el PSOE.

Si los socialistas quieren garantizarse la Presidencia, tendrán que asegurarse apoyos externos, ya que sus 123 escaños son los mismos que suman el PP y Ciudadanos, que podrían aliarse para intentar colocar a su propio candidato. Si Vox apoyara esta maniobra de las dos formaciones, su aspirante podría sumar hasta 147 votos, e incluso llegar a los 149 si también lo hacen los dos diputados de Unión del Pueblo Navarro, socio electoral del PP y de Ciudadanos en la comunidad foral.

Al PSOE le bastaría pactar con Unidas Podemos (ambos suman 165 escaños) para neutralizar una candidatura alternativa del bloque de derechas. De momento, como posible candidata socialista se ha empezado a lanzar el nombre de la vicepresidenta en funciones, Carmen Calvo, y también se habla de las ministras Meritxell Batet (Administración Territorial), Margarita Robles (Defensa) o María Jesús Montero (Hacienda).

Para asegurarse que su candidatura gana en la primera votación, el PSOE tendría que buscar más votos además de los dela formación morada, puesto que la suma de ambos se queda a 10 escaños de los 176 en los que está la mayoría absoluta. Podrían encontrarlos entre los partidos independentistas catalanes (ERC tiene 15 y Junst 7), los vascos (PNV cuenta con seis y EH Bildu con cuatro) o jugar también con el de Compromís o las dos de Coalición Canaria.

A JxCat le convine una mayoría progresista

A Junts, por ejemplo, le interesaría una mayoría progresista en la Mesa del Congreso porque sólo podrá tener grupo parlamentario propio si el órgano de gobierno hace una interpretación flexible del Reglamento del Congreso, ya que con una lectura estricta no cumple los requisitos.

Una vez despejada la Presidencia, se procederá a elegir de una tacada a los cuatro vicepresidentes y serán designados los cuatro más votados. Si cada grupo apoya a su propio candidato, el PSOE se haría con la Vicepresidencia primera, el PP con la segunda, Cs con la tercera y Unidas Podemos con la cuarta. Y lo mismo sucedería en la votación de los secretarios, que también son cuatro y se eligen como los vicepresidentes.

Pero aquí también puede haber pactos para intentar obtener los mejores puestos del escalafón o para excluir a rivales. Por ejemplo una alianza de PSOE y Unidas Podemos permitiría a estos grupos repartirse las vicepresidencias primera y segunda, arrebatando esta última al PP, que sería su dueño si no mediaran pactos y que tendría que conformarse con la tercera, quedando la cuarta para Ciudadanos.

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En el caso de que PP, Ciudadanos y Vox se aliaran en una de estas dos votaciones —presumiblemente en la de secretarios, ya que ningún grupo quiere arriesgar la Vicepresidencia Primera de la Cámara—, podrían repartir sus votos (149 en total, con UPN) para entrar los tres y dejar fuera a Unidas Podemos y tener mayoría en la Mesa, aún sin presidirla.

Lo mismo podrían hacer el PSOE, Unidas Podemos y Esquerra (ERC), que si se unen suman 170 escaños y podrían quitar un puesto a Cs para garantizar una plaza a la formación independentista en la Mesa del Congreso.

Estas maniobras de exclusión, aunque aritméticamente posibles, resultan políticamente peligrosas a escasos cinco días de las elecciones europeas, autonómicas y municipales.

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