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La legislatura, bloqueada

El PSOE asume que tendrá que ofrecer algo más que un “programa común” para que Iglesias acepte apoyar la investidura

Cristina Narbona, Pedro Sánchez y Adriana Lastra, en la reunión de la Ejecutiva del PSOE.

Dos meses ha tardado el PSOE, desde la fallida investidura de julio, en trasladar a Unidas Podemos una propuesta de negociación para intentar que su líder, Pedro Sánchez, supere la prueba de fuego de su reelección como presidente y sortee la posibilidad de una repetición electoral el próximo mes de noviembre. A sólo tres semanas de la fecha límite para un nueva votación —el lunes 23 de septiembre—, el líder socialista se dispone a hacer públicas este martes las 300 medidas con las que pretende convencer a Unidas Podemosmedidas para que se siente a negociar un programa común de gobierno, no el Ejecutivo de coalición que la formación morada insiste en pactar.

En busca de una base sobre la que sentarse a trabajar en un programa común, el PSOE ha elaborado su propuesta a partir de tres fuentes: la oferta electoral socialista, las peticiones de los colectivos, organizaciones e instituciones con las que Pedro Sánchez ha venido reuniéndose durante los dos últimos meses y el documento que la formación de Pablo Iglesias les hizo llegar hace dos semanas.documento

La propuesta, según los socialistas, incluye medidas pensadas para favorecer un acuerdo con UP y Sánchez quiere darles toda la solemnidad posible. Por eso ni siquiera quiso compartirlas este lunes con los miembros de su ejecutiva.

La estrategia del PSOE pasa por hablar exclusivamente de un programa político. De ahí la decisión de Sánchez de no volver a reunirse con Iglesias hasta que las negociaciones fructifiquen. “La prioridad ahora es el qué, no tanto el quiénes”, subrayó este lunes el secretario socialista de Organización, José Luis Ábalos. “Si se llega a un acuerdo sobre el qué, luego hay fórmulas para sacar adelante la realización de eso”.

Ese es, precisamente, el quid de la cuestión. Los socialistas insisten en negar cualquier posibilidad de formar un Gobierno de coalición. Por eso son conscientes de que para convencer a Unidas Podemos de que negocie y suscriba un acuerdo programático tendrán que ofrecerles algo más que propuestas. Algo que pudiera facilitar a Iglesias salir de la negociación sin sufrir una aparente derrota.

Las fuentes del PSOE y del Gobierno consultadas por infoLibre no quisieron concretar hasta dónde está dispuesto a llegar Sánchez si Unidas Podemos pacta un acuerdo programático. Descartada la coalición, no falta quien cite la posibilidad de recuperar la oferta que ya hizo Sánchez a Iglesias en junio: puestos en el gobierno con presupuesto, incluso secretarías de Estado, altos comisionados o presidencias de empresas públicas, pero no asientos en el Consejo de Ministros.

Visibilizar el control de los acuerdos

Otras fuentes, sin embargo, descartan esta posibilidad y ponen el foco en los mecanismos de control. La idea sería ofrecer a UP una comisión seguimiento de los acuerdos que les permita visibilizar su supervisión de lo que hace el Gobierno.

El PSOE propone “un gobierno con un programa discutido, debatido, compartido“ y “también supervisado, también controlado” por Unidas Podemos, explicó Ábalos. Estableciendo para ello “figuras cooperativas” con la formación morada.

El dirigente socialista evitó concretar nada para no anticipar escenarios. Lo importante, subrayó, es que las comisiones negociadoras de los dos partidos “se pongan a hablar. Y que podamos ir avanzando. Es evidente”, reconoció, “que estamos buscando una tercera vía. Entre no asumir el resultado electoral y un Gobierno de coalición queremos explorar una tercera vía”.

El número tres del PSOE subrayó que no se trata de imponer nada, ni un gobierno de coalición ni lo contrario, sino de “explorar” un acuerdo programático. “Vamos a ver si entre lo que uno y otro quieren podemos forjar un programa pensando en la ciudadanía. Si ponemos el foco en eso podemos encontrar fórmulas de colaboración y de cooperación”.

¿De qué clase? Ábalos evitó cuidadosamernte concretar nada. Puede ser cooperación parlamentaria o institucional, pero “no quiero poner límites porque tiene que ver con la aplicación [concreta] si se llega a un acuerdo” programático, se excusó.

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“Invitamos a que los grandes y pequeños acuerdos se produzcan en el marco parlamentario. Hay acuerdos, que nos interesan mucho, de agenda progresista, que queremos conseguirlos con los representantes progresistas”, pero “hay otros”, distinguió, “que afectan al conjunto de fuerzas políticas porque tienen que ver con asuntos de Estado”.

En todo caso, los socialistas no se sienten presionados por el calendario. “Siempre hay tiempo si se quiere. Si no se quiere, da igual el tiempo que se tenga. Es una cuesión de voluntad política”, subrayó Ábalos.

“Lo que les pedimos es que antepongan la propuesta política a otras consideraciones de poder”, insistió. “Podemos discrepar en cómo se distribuye el poder, pero es mucho más difícil decir que no a propuestas que pretenden transformar nuestra sociedad”.

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