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Coronavirus

Se multiplican las consultas online contra la violencia machista: los expertos temen el día después

Manifestación en recuerdo a las mujeres víctimas de violencia de género en la Puerta del Sol, Madrid.

El 14 de marzo, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunciaba el estado de alarma como medida excepcional para plantar cara al coronavirus. Dos días después, el Ministerio de Igualdad ponía en marcha un plan de contingencia contra la violencia de género ante la crisis del covid-19. El 31 de marzo, el Ejecutivo daba luz verde a un real decreto ley de atención a todas las víctimas de malos tratos. Con esta medida se extremaba la protección dirigida a las mujeres maltratadas en el ámbito de la pareja o expareja, pero también a las víctimas de otras formas de violencia, como la trata con fines de explotación sexual. El 20 de marzo se producía el primer asesinato machista durante el confinamiento y el 4 de abril una segunda mujer era confirmada como víctima de violencia de género.

Las medidas de confinamiento hicieron saltar las alarmas entre quienes combaten la violencia contra las mujeres. Los hogares, argumentaban, pierden la connotación genuina de espacio seguro cuando se trata de violencia de género, de manera que el temor a un repunte de la violencia obligó a reforzar la protección sobre las mujeres. El objetivo: evitar un aumento en el listado de víctimas mortales, que asciende a 18 en lo que va de año y a 1.051 desde que se inició el recuento en 2003. Los recursos autonómicos, disponibles por comunidades en este enlace, también se han actualizado y adaptado a la excepcionalidad de la situación.

Las medidas empiezan a dar sus frutos y el efecto del confinamiento en las vidas de las mujeres maltratadas comienza a dejar huella. Las llamadas al 016 durante el periodo de estado de alarma, desde el 14 al 29 de marzo, se han incrementado un 18,21% respecto al mes anterior, una subida que se instala en el 12,43% en relación al mismo periodo del año pasado.

Pero si en algo se ha observado con claridad el efecto del aislamiento, ha sido en las consultas online. El 016 dispone de una dirección de e-mail, que ha sido utilizada por las mujeres con un incremento del 286,3% en relación al mes anterior y un 269,57% en comparación con el mismo periodo del año pasado. En cuanto al servicio de atención emocional y psicológica vía whatsapp, en sólo nueve días –del 21 al 29 de marzo– se han recibido un total de 168 consultas.

En lo vinculado a la protección, el sistema de seguimiento integral en los casos de violencia de género (VioGén) determina, a 31 de marzo, la existencia de 60.613 casos activos sometidos a vigilancia policial. De ellos, sólo dos están considerados de riesgo extremo, 236 alto, 5.767 están catalogados como riesgo medio y la mayoría como bajo (24.098) o no apreciado (30.510). Aquellos de riesgo extremo se encuentran, según las últimas cifras, rozando mínimos: dos mujeres en el máximo nivel de riesgo es el número más bajo desde que hay datos. En febrero, el número de casos activos fue de 61.361 y en enero de 61.156.

En esta entrevista con infoLibre, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, aclara que desde el 12 de marzo "se dictaron las indicaciones desde el sistema VioGén de violencia de género para que se realizaran nuevas evaluaciones del riesgo sin esperar a los plazos de los propios protocolos". De esta manera, "se estableció la necesidad de hacer seguimientos precisos en el día a día, más allá de lo que habitualmente se hace, así como la contravigilancia". En ese contexto es clave el análisis sobre la convivencia entre víctima y agresor. "Hay una protección continuada y directa dentro de nuestros profesionales", garantiza el ministro.

Además, el Ministerio del Interior acaba de anunciar la incorporación de un botón de socorro a la aplicación AlertCops. La cartera dirigida por Grande-Marlaska ha decidido incorporar una nueva funcionalidad a la aplicación de móvil, cuyo uso permitirá a las víctimas de violencia de género, pulsando al menos cinco veces en menos de seis segundos el botón, alertar a las fuerzas de seguridad. Adicionalmente, la herramienta grabará diez segundos de audio y lo enviará como anexo a la alerta para que los efectivos policiales puedan valorar la gravedad de la situación.

Miguel Lorente, médico forense y exdelegado del Gobierno para la Violencia de Género, recalca en conversación con infoLibre los aprendizajes en cuanto a la violencia durante el estado de alarma. "El confinamiento revela una realidad que ya existía previamente", pero que se manifiesta si cabe de manera más nítida durante el aislamiento. Las mejoras desarrolladas por el Gobierno de Pedro Sánchez, reflexiona, resultan especialmente útiles para las víctimas, de modo que lo idóneo sería trabajar en su desarrollo todos los días del año.

La aplicación impulsada por el Ministerio del Interior cuenta con un valor significativo. "Una de las grandes dificultades de este tipo de violencia es su demostración", dado que los elementos de prueba se circunscriben, habitualmente, a la privacidad del domicilio. Normalmente "los testigos forman parte de la propia violencia", por lo que cualquier avance en ese sentido, como lo es la grabación de diez segundos que ofrece la aplicación, supondrá un gran paso.

En cuanto al impacto en las herramientas disponibles, fundamentalmente en lo que atañe al 016, Lorente cree especialmente interesante un seguimiento en las consultas online. La experiencia descubre que "las llamadas al 016 aumentan a partir de las 08:00 o 09:00 de la mañana, bajan a las 14:00 horas y vuelven a subir a eso de las 16:00". La lectura que se extrae de ello es determinante: cuando el agresor está presente, las mujeres no llaman. ¿Qué ocurre ahora, entonces, que el agresor está siempre presente? Que el uso de herramientas digitales, como las consultas online o por whatsapp, experimentan un aumento sustancial. Así lo han demostrado los datos de los últimos días.

Cambio de mentalidad

Además de la dificultad a nivel probatorio, la violencia de género está atravesada por otro lastre: su minimización o justificación. "Este tipo de argumentos muchas veces quedan reflejados en sentencias", comenta Lorente, "como parte de la mentalidad" social y los dictados culturales imperantes. Es importante por eso trabajar en la "concienciación, la especialización y la sensibilización". Tareas que no cesan durante el estado de alarma.

La socióloga Begoña Marugán estima que la tensión de los primeros días ha dado pie a un "espíritu comunitario que no pensábamos que tuviéramos". Desde ese lado, reflexiona, "la gente está tomando conciencia de que existen situaciones en las que estar en casa es tremendamente arriesgado". Ese cambio de mentalidad "es progresivo" y a medida que van pasando los días "seremos capaces de incorporar la solidaridad necesaria a unas víctimas que llevan mucho tiempo siendo víctimas".

Si el confinamiento ha acelerada dicha toma de conciencia, esto no significa que no se viniera gestando desde hace años. "A diferencia de otros países, en España ha habido un proceso de concienciación muy grande", considera la socióloga, "porque tenemos un movimiento feminista muy reivindicativo y porque también se ha trabajado desde el poder institucional".

Sara Vicente forma parte de la Comisión para la Investigación de Malos Tratos a Mujeres. Al otro lado del teléfono, insiste en que "todo suma para dar respuesta" a la violencia de género y subraya que cada víctima requiere de respuestas particulares para atender a su situación. "Por otro lado, debemos tomar nota de que estas medidas que se están poniendo en marcha son útiles para las mujeres siempre, no sólo en tiempo de confinamiento".

Lo dice especialmente con la mirada puesta sobre los mecanismos online, que demuestran a priori una mayor efectividad. Es importante insistir en que las víctimas "pueden solicitar ayuda desde sus propios domicilios y van a tener asistencia". En el terreno de la comisión, explica, la tarea de quienes asisten a las víctimas no ha cesado durante el confinamiento. Más bien al contrario. "Ha aumentado el número de llamadas, la atención vía telefónica y online. Estamos tratando de dar respuesta a todas las demandas que se nos ponen encima de la mesa", detalla e insiste en que su organización atiende a otros tipos de violencia más allá del ámbito de la pareja o expareja, como la prostitución.

También se ha incrementado la atención jurídica, que permanece intacta e incluso se ha agilizado. La comisión tampoco ha dejado de tramitar ayudas sociales, relacionadas con el alquiler o el pago de suministros, a través de la acreditación de situaciones de violencia. Desde el pasado año, este tipo de acreditación ya no está supeditada a la denuncia previa, sino que las entidades de lucha contra la violencia tienen la capacidad de atestiguar la existencia de malos tratos para que las mujeres puedan acceder a prestaciones sociales.

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Reforzar las medidas

Aun con la cabeza en el día a día, las voces consultadas insisten de manera unánime en no perder de vista el después. "Es muy importante el momento de después", plantea Lorente. Actualmente, los maltratadores asumen el confinamiento casi como una situación ideal en términos de control y dominación. "Las víctimas están controladas, sometidas, los maltratadores pueden controlar con quién hablan y con quién no", apunta el exdelegado.

Sobre control habla también Marugán: "En casa las tienen controladas, pero el problema va a ser cuando esto acabe". Vicente lo completa al añadir que "la pérdida de control puede suponer un repunte de la violencia". Cuando el confinamiento se levante, incluso de manera progresiva, las mujeres deberán encarar diversas decisiones. "Hay quien no habrá dado el paso de mostrar sus deseos de separarse y hay quien sí", continúa Marugán. Ahí es donde habrá que extremar la vigilancia. Lorente recuerda, en base a la experiencia, que "el principal factor de riesgo de homicidio es la separación". Por eso es importante "tener preparadas respuestas".

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