Crisis del coronavirus

Las calles se resisten a decir adiós a las mascarillas

Ambiente en la Rambla de Barcelona este sábado, primer día que no es obligatorio el uso de mascarillas en exteriores.

Un año, un mes y cinco días después, los españoles han podido volver a verse la cara en las calles. Lejos queda ya aquel 21 de mayo de 2020 en el que entró en vigor la orden del Ministerio de Sanidad que hacía obligatoria la mascarilla en la vía pública. Toda una novedad para una sociedad novata en aquellas lides y acostumbrada a ver ese tipo de estampas en países orientales. 401 jornadas después y tras varios cursos acelerados sobre las diferencias, las ventajas y los perjuicios entre higiénicas, quirúrgicas y FP2, las mascarillas han dejado paso de nuevo, como díría la ministra Carolina Darias, "a las sonrisas". Por ahora, sólo en el exterior.

Tal y como establece el Real Decreto-ley 13/2021, que entró en vigor en la medianoche de este sábado 26, se puede estar en espacios al aire libre sin mascarilla, aunque con matices: cuando se produzcan aglomeraciones y no se pueda respetar la distancia interpersonal de metro y medio, se deberá volver a cubrir nariz y boca. Además, aunque ya podamos volver a vernos las caras por la calle, siempre deberemos llevar una con nosotros "aunque no siempre la llevemos puesta", tal y como ha recomendado Darias.

Pero no sólo en la calle, la gente ha podido volver a verse las caras en residencias y espacios institucionalizados (como los parques de bomberos) donde el 80% de la población esté vacunada. Eso sí, será obligatoria para los trabajadores y los visitantes. Asimismo, sigue siendo necesaria en espacios cerrados y en el transporte público, como hasta ahora. En eventos multitudinarios al aire libre, como conciertos, la mascarilla también sigue siendo obligatoria si los asistentes están de pie o si están sentados cuando no se pueda mantener el metro y medio de distancia.

Entre la alegría y la prudencia

A pesar de que esta nueva normativa es sólo una flexibilización, los primeros minutos de su vigencia se parecieron más a un punto y final que al actual punto y seguido. Rememorando aquellas celebraciones cuando decayó hace casi dos meses el estado de alarma, en algunas ciudades españoles se volvieron a vivir imágenes de alegría y festejos más propias de fin de año o de un aún lejano fin de la pandemia que de poder dejar de usar las mascarillas en la vía pública. En la madrileña Puerta del Sol, muchos se reunieron de nuevo (aunque menos que el pasado 9 de mayo) para despedir al cubrebocas tirándola al aire al grito de "ya no hay mascarillas".

Una estampa que contrasta con las que se han producido ya con luz del día en el mismo punto de Madrid, y en otros muchos puntos de toda España, en la que la población se ha dividido entre la alegría de no llevar ya mascarilla y la prudencia. Este sábado por las calles de España se han visto muchas mascarillas en la barbilla, en los codos, colgando de la oreja o en los bolsillos, pero también muchas puestas en personas que todavía no están muy convencidas de este paso y prefieren llevarlas. Por poner un ejemplo, en Murcia capital, las personas que han decidido mantenerla superaban en la mañana del sábado a los que han decidido prescindir de ella, según Europa Press.

Una cautela que este sábado han pedido desde el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM). En declaraciones a Europa Press, su vicesecretaria general Rosa Arroyo ha apelado a la "prudencia" de la población y también ha solicitado al Ministerio de Sanidad que "regule de un modo concreto" la todavía necesaria utilización de las mascarillas, "acotando esos espacios y esos términos" en los que se va a "producir la situación sin ellas".

Este llamamiento a la cautela también lo han repetido a lo largo de la jornada algunos presidentes autonómicos. Ha sido el caso del valenciano Ximo Puig, que ha pedido usarla "ante la duda”, o de la riojana Concha Andreu, que ha apelado a la "responsabilidad".

Juanma Moreno, por su parte, ha culpado a las "ansias del Gobierno de Sánchez" por "dar buenas noticias" esta flexibilización que está "generando una percepción de poco riesgo", por lo que ha insistido en pedir "prudencia porque nos queda mucho por hacer". Y Alberto Núñez Feijóo ha señalado a los menores de 40 como aquellas personas "más vulnerables" ahora mismo porque no están vacunados y a los que les ha pedido el esfuerzo de seguir "poniéndose la mascarilla". "No podemos pensar que el virus lo hemos vencido, el virus existe, y solo lo va a vencer la vacuna", ha admitido el presidente de la Xunta.

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Una flexibilización con más de 30% de la población con pauta completa

Y aunque aún queda mucho antes de despedir al coronavirus, dejar de usar mascarilla en la calle llega en un momento que se podría calificar de esperanzador en la evolución de la pandemia. Tal y como explicaba el pasado miércoles Darias, se produce con más de 15 millones de personas con pauta completa de la vacunación, un 33,5% de la población, y más de 24 millones con una dosis, el 51,3%, según los últimos datos de Sanidad.

No obstante, y aunque la incidencia media a 14 días en España se situaba el viernes en 95 casos por 100.000 habitantes, el dato supone dos puntos más que el día previo y la segunda jornada consecutiva de subida. Además, la variante delta, anteriormente conocida como india, está ganando terreno en España. A pesar de que ahora mismo no es motivo de preocupación, según reconoció a principios de semana el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (Ccaes), Fernando Simón, puede llegar a serlo, porque al ser más transmisible que la variante alfa (la británica), puede convertirse en predominante dentro de poco. Probablemente, en el mes de julio.

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