Partido Popular

Recuperación, vacunas o Afganistán: las apuestas de Casado contra Sánchez se tornan en tropiezos en el inicio de curso

El líder del PP, Pablo Casado, en su escaño del Congreso.

Los estrategas del Partido Popular no dan abasto. Desde hace semanas se ven obligados a reescribir los argumentarios que salen de la calle Génova para alimentar con material nuevo su radical oposición al Gobierno de Pedro Sánchez. ¿El objetivo? Intentar suplir la voracidad con la que los vaivenes de la actualidad está consumiendo su perenne intento de debilitar la gestión del Ejecutivo de coalición.

El inicio de curso no está siendo afortunado para Pablo Casado: la mayoría de los temas que ha elegido para intentar poner a Sánchez en la picota han acabado volviéndose contra él o se han desinflado con el paso de los días mientras sus propios conflictos internos, esta vez con Isabel Díaz Ayuso, ganaban peso en los titulares de la prensa. Justo ahora, además, que se aproxima la fecha clave de la convención con la que el PP planea relanzar su figura e impulsarle definitivamente como alternativa a Pedro Sánchez.

“España no va bien, y presumir de lo contrario es irresponsable e inmoral”

La realidad de las cifras económicas —reconocidas incluso por destacados miembros de su propio partido— desmiente desde hace tiempo el intento de Pablo Casado y de los suyos de convencer a los ciudadanos de que la situación no mejora. Su tesis es que el Gobierno “presume de recuperación económica” al mismo tiempo que admite que el país no volverá a los niveles de crecimiento y empleo previos a la pandemia hasta el año 2023. “Las cosas no van bien, tienen que ir bien por la solidaridad europea y el esfuerzo de los españoles”, asegura. “Presumir de lo contrario es irresponsable e inmoral”.

Lo cierto es que los datos muestran que la recuperación ya ha comenzado. Todos los organismos internacionales prevén que España recupere en el 2022 el nivel de PIB previo a la pandemia. El déficit comercial se redujo en los seis primeros meses del año un 28,7%, hasta los 5.397 millones de euros, gracias al tirón de las exportaciones, que aumentaron un 23,3%. Datos de la Secretaría de Estado de Comercio muestran que ñas exportaciones españolas aumentan más que en Alemania (+16,7%), Francia (+17,4%) y el Reino Unido (+9,4%), y también por encima de la media europea (+18,2%).

El desempleo se está reduciendo de forma sostenida: el número de personas inscritas en las oficinas del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) descendió en agosto en 82.583 respecto al mes de julio, la mayor caída del paro registrado en estas fechas de toda la serie histórica.

“Tardaremos cuatro años en tener a toda la población inmunizada”

Casado y el PP llevan pronosticando el fracaso del plan de vacunación del Gobierno desde el mismo momento en que comenzaron los pinchazos. “La vacunación es nuestra esperanza, la esperanza de Europa y parece que Sánchez vio la oportunidad de poner el logo del Gobierno para decir que ‘lo de las vacunas es cosa mía”. “Luego es verdad que no hizo ni caso al plan de vacunación y que, ahora mismo, si seguimos al ritmo de ese ‘no plan’ de vacunación del Gobierno, tardaríamos cuatro años en tener a toda la población inmunizada”, aseguró a comienzos de año.

Es más: Casado llegó incluso a acusar al entonces ministro de Sanidad, Salvador Illa, de hacer esa falsa promesa para obtener ventaja en las elecciones catalanas del 14 de febrero, donde encabezó la lista del PSC que, a la postre, resultó ser la más votada. “El candidato de Sánchez [Salvador Illa] dijo que para el verano ya estaríamos inmunizados al 70%. A este ritmo, harían falta cuatro años de vacunación”, insistió en Lena campaña.

El Gobierno cumplió su promesa el 1 de septiembre. Ese día España alcanzó el 70% de la población española con la pauta completa. Concretamente 33.376.693 personas, el 70,3% de la población, finalizó su vacunación, mientras que un total de 36.533.328 personas contaban en esa fecha con, al menos, una dosis de la vacuna.

Entre los grupos por encima de los 40 años, la pauta completa de vacunación alcanzaba ese día al 92,2%, siendo del 100% en el grupo de 80 y más años; del 98,4% en el de 70 a 79 años; del 95,6 % en el grupo de 60 a 69 años; del 91,6 % de 50 a 59 años; y del 83,6 % entre las personas de 40 a 49 años.

“Ningún mandatario internacional se ha atrevido a celebrar el drama en Afganistán”

Después de algunos titubeos, que en un principio hicieron pensar que quizá en este asunto el PP cerrara filas con el Gobierno, el presidente del PP y sus portavoces acabaron cargando contra la misión de evacuación organizada por el Ejecutivo de Pedro Sánchez y llevada a cabo por efectivos de los ministerios de Exteriores, Defensa e Interior. Los elogios de Sánchez a la misión de repatriación de españoles y colaboradores afganos, desarrollada en condiciones de precarias y de enorme riesgo, merecieron un duro reproche por parte de Casado. “Ningún mandatario internacional se ha atrevido a celebrar el drama, el horror que estamos viendo en Afganistán. No es ético”, llegó a decir al tiempo que su partido acusaba al Gobierno de imprevisión por no haber sabido que la administración afgana construida por EEUU durante dos décadas se iba a derrumbar en cuestión de horas.

La verdad es bien distinta y ha acabado forzando al PP a aparcar este asunto. Ningún país de occidente anticipó la rapidísima victoria de los talibanes, que los servicios de información no esperaban que se produjese hasta dentro de varios meses. Y la gestión de la evacuación española mereció los elogios de la comunidad internacional, especialmente de la Bruselas y de Washington.

El presidente de EEUU, Joe Biden, en una conversación telefónica de 25 minutos, expresó al presidente Sanchez —según la propia Casa Blanca— su agradecimiento por el “liderazgo” de España para “movilizar ayuda internacional para las mujeres y niñas afganas”, así como “las medidas para acoger temporalmente a afganos”. “España es un ejemplo de lo que es el alma europea”, proclamó en la base aérea de Torrejón la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen en agradecimiento al Gobierno de Sánchez.

“España no pinta, en España no se confía y se le ve otra vez como un problema”

Cuando en mayo estalló la crisis de Ceuta, consecuencia de la decisión de Marruecos de presionar a España permitiendo y facilitando la entrada masiva en la ciudad autónoma de miles de inmigrantes, Casado tomó partido por el país vecino,tomó culpando a Pedro Sánchez de molestar al Gobierno de Rabat al permitir —a petición de Argelia— que el líder del Frente Polisario fuese atendido en un hospital español.

La política exterior española, dijo entonces, es “nula” y una “irresponsabilidad”. “El panorama exterior de la política de Sánchez es desolador. España no pinta, en España no se confía y se le ve otra vez como un problema”.

España, que sí recibió entonces el respaldo de la Unión Europea, puso a su diplomacia a trabajar para reconducir la crisis abierta. Y el 20 de agosto llegaron los frutos: Mohamed VI anunció su intención de inaugurar una “nueva etapa inédita” en sus relaciones con España, construida sobre la base de la “confianza, la transparencia, el respeto mutuo y la honra de los compromisos”. La crisis de Ceuta, señaló el monarca alauita, ha “sacudido fuertemente la confianza mutua” y “ha planteado numerosos interrogantes sobre su destino” pero Marruecos ha trabajado con España en “un clima de total sosiego, transparencia y responsabilidad”.

“Las medidas del Gobierno no llegan”

El disparatado aumento de precio que está sufriendo la energía eléctrica en el mercado mayorista se convirtió desde el principio en uno de los argumentos centrales del PP en este inicio de curso. Los conservadores llevan desde entonces tratando de apuntalar la idea de que existe una relación directa y automática entre ese precio mayorista y el recibo de la luz que pagan los consumidores y presentaron sus propias propuestas para reducir lo que pagan los consumidores basadas en la supresión de impuestos y la imputación a los Presupuestos Generales de una gran parte del recibo. Y sin tocar los beneficios de las compañías eléctricas.

Esa estrategia ha estado acompañada de un reproche muy directo a Sánchez: las medidas del Gobierno “no llegan”.“Seguimos esperando las medidas del Gobierno para bajar la factura de la luz, pero no llegan”, denunciaba entonces Casado casi cada día.

Pero las medidas llegaron y forzaron al PP a tomar partido a favor de las eléctricas forzaronporque el Gobierno, además de rebajas fiscales, ha decidido intervenir para que los beneficios extraordinarios e las eléctricas se empleen en la reducción del recibo de la luz.

“La alternativa es el PP. Nada de despistarnos con otras cuestiones”

Desde que se negó a apoyar la moción de censura de Vox y la mayoría de las encuestas le otorgan el primer lugar en las preferencias de voto, Casado trata de mantener al PP al frente de la oposición ignorando los cantos de sirena de la ultraderecha para que sea Génova ahora quien proponga al Congreso la caída de Pedro Sánchez.

No siempre lo ha conseguido. Vox arrastró al PP a la segunda manifestación de Colón, esta vez contra los indultos a los líderes del procés condenados por el Tribunal Supremo, en la que su partido acabó ocupando una posición subordinada. Y ahora vive permanentemente a la sombra del lawfare de la derecha extrema: la estrategia de judicializar toda la acción de gobierno para ganar en los tribunales lo que las urnas les han negado.

El PP ha tenido que asistir, con una mezcla de impotencia y resignación, a la victoria de Vox en el Tribunal Constitucional en la anulación del primer estado de alarma. Las crónicas periodísticas anticipan que no será la última y que los mismos magistrados, en su mayoría propuestos por la derecha y parcialmente sin renovar por culpa del bloqueo del PP, van a volver a fallar contra Sánchez en otros dos asuntos importantes: el segundo estado de alarma y la decisión del Congreso de suspender durante dos semanas algunas actividades de la Cámara alta en los primeros días de la pandemia.

Los ultras de Santiago Abascal les han ganado la partida también en el recurso contra los indultos, que ellos siempre estuvieron legitimados a presentar porque actuaron como acusación particular en el juicio contra los dirigentes catalanes condenados.

“El PP siempre ha mostrado unidad interna”

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Para colmo, la decisión de la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, de hacerle frente reivindicando públicamente un adelanto del Congreso del PP regional y anunciando su decisión de presentarse para ocupar su presidencia —en contra de los planes de la dirección de Génova— está arruinando el relato de la convención nacional del partido.arruinando Un evento con el que Pablo Casado espera relanzar el proyecto político del PP e impulsarse a sí mismo en las encuestas con la vista puesta en las elecciones generales de 2023.

Casado lleva media semana evitando a la prensa para no tener que hablar de este asunto, que claramente perturba sus planes y le incomoda. La última vez que alguien le pudo preguntar fue el martes en una emisora de radio. Allí aseguró que “el PP siempre ha mostrado unidad interna” y dejó caer lo mucho que le incomoda que Ayuso le responda así después de todo lo que él ha hecho por apoyarla. “Yo he dedicado durante estos años muchísimo tiempo a conseguir… he defendido a mis compañeros en los peores momentos, cuando eran cuestionados”.

Es en la convención del PP, de cuyo contenido ya nadie habla y a la que ni siquiera está claro que vayan a acudir los expresidentes José María Aznar y Mariano Rajoy, donde el PP quería perfilar el proyecto alternativo al Gobierno de Sánchez, con una batería de reformas que pretende impulsar para “desfibrilar” España y con la que el partido espera “reconectar” con las bases.

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