Lo del presidente del Gobierno en la Comisión Koldo del jueves fue como una partida simultánea de ajedrez; una de esas en las que el maestro juega al tiempo con una o dos decenas de oponentes.
Claro que nadie convoca una partida simultánea de ajedrez si no es para que el maestro se luzca y los jugadores se entrenen. Fue por eso una torpeza del PP aprovechar su mayoría absoluta en el Senado para permitir que Pedro Sánchez saliera completamente indemne, ganándole la partida a todos y cada uno de senadores y senadoras preguntantes, unas señoras y señores por lo demás desconocidos para el gran público. ¿A quién se le ocurrió? ¿A Feijóo?
Cinco horas de comparecencia sirvieron para que Sánchez constatara lo que ya sabemos: que el caso Koldo llega en sus efectos a dos altísimos cargos del PSOE, Ábalos y Cerdán, cuyas conversaciones y presuntas tropelías producen vergüenza a los socialistas, pero que no da para más. Que no hay financiación ilegal en el PSOE. Que no estamos ante una Gürtel del PSOE ni ante un P punto Sánchez. Que se tomaron las medidas oportunas para alejar a los dos ex secretarios de Organización. Que cobrar por gastos en metálico es legal. La partida sirvió también para que Sánchez pudiera compararse con el PP y para recordarnos que Feijóo y los suyos habitan una sede pagada con dinero negro.
Es muy negativo para el PP que se hable tantísimo del asunto sin poder demostrar que el PSOE se ha financiado ilegalmente
También pudimos comprobar que Sánchez está en forma, que como los maestros de ajedrez mantiene su fuerza mental y física, que el humor y el sarcasmo funcionan para desmontar la estrategia del ruido y el caos, y que el PP no acaba de encontrar su tono. Los jugadores principiantes, también como en el ajedrez, cayeron pronto. Como la senadora de Unión del Pueblo Navarro, cuando le preguntó al presidente cuántos iban en el Peugeot y Sánchez dijo que “dependiendo del día…”
Pero lo que es realmente sorprendente es que el PP, una vez montado el circo de esta Comisión eterna que solo sirve para que PP y Vox disparaten contra el Gobierno, dejara los malabares al senador Alejo Miranda de Larra, el ideólogo y ejecutor del Zendal como director general de infraestructuras sanitarias con Isabel Díaz Ayuso durante la pandemia. Sánchez lo hizo notar en sus respuestas. La intervención del popular quedó ridícula. Para la posteridad el momento de oro: “¿Conoció usted al señor Aldama?”, “en absoluto”, “¿cuándo se conocieron?”, “Pero si acabo de decirle…” Sánchez mantuvo el tipo, aprovechó para asestar unos cuantos golpes y se fue por donde había venido, sin resentirse de un solo rasguño.
Una vez más, el PP se ha equivocado citando a Sánchez a esta Comisión infame que ninguna información adicional está proporcionando, en un caso por lo demás políticamente amortizado. El presidente del Gobierno les ha dado un buen repaso tanto al PP como a Vox. No es bueno para los socialistas que se ocupe tanto tiempo hablando de Koldo, por supuesto, pero es muy negativo para el PP que se hable tantísimo del asunto sin poder demostrar que el PSOE se ha financiado ilegalmente. Será una decepción, una frustración de las expectativas, que seguirá beneficiando a la ultraderecha y, a la postre, a la izquierda. Porque los progresistas, ante el espectáculo lamentable de esos senadores ruidosos y agresivos, podrían movilizarse. Ya se sabe que la espada de Damocles de la izquierda es que se deprime cuando le afecta la corrupción y tiende entonces a abstenerse. Pero cuidado, señoras y señores del PP, que la izquierda también tiene por virtud reaccionar con fuerza si se le tocan demasiado las narices.
Lo del presidente del Gobierno en la Comisión Koldo del jueves fue como una partida simultánea de ajedrez; una de esas en las que el maestro juega al tiempo con una o dos decenas de oponentes.