Samuel Vázquez es el portavoz de Vox para asuntos de Seguridad, Inmigración e Interior y preside una asociación que se llama Una policía para el siglo XXI. Es un agente de policía de la Comunidad de Madrid en servicios especiales, que se dio a conocer por sus afilados comentarios en redes sociales. Yo hablé de él en un programa que, bajo el título “Daniel Esteve (el señor de Desokupa) y el negocio del miedo”, ofreció La Sexta hace ya meses.
Afirmé en el programa, entre otras cosas, que el agente “tuvo seis expedientes por incitación al odio”. Samuel me amenaza con una querella criminal por delitos de injurias y/o calumnias por esa afirmación específica. Como paso previo me llama a conciliación y para conciliar solicita que yo rectifique en un medio de comunicación, que pida disculpas y que pague 50.000 euros. Lo del dinero aún lo estoy pensando, porque aunque me parece una cifra modesta por todo el daño que aparentemente le he causado, la verdad es que se me hace un poco cuesta arriba dar la orden de transferencia. Pero la rectificación y la petición de disculpas, aquí están:
Es cierto que a Vázquez se le abrieron seis expedientes disciplinarios, sí. Casi todos por meterse en campaña electoral estando en activo, cosa que prohíbe la ley. Algunos de esos expedientes fueron anulados, recurridos y, en fin, están resultando controvertidos. Existen pero no están cerrados.
Pero no, yo no dije la verdad: esos expedientes no son “por odio”. Rectifico. Y confío en que si finalmente Vázquez no queda satisfecho con mi rectificación y decide interponer querella, el Juzgado dé por válida esta corrección mía.
Y añado además que Samuel Vázquez es, por lo que he podido observar, una buena persona. En sus vídeos, muy numerosos, se ve a un ser humano preocupado por la humanidad toda, con especial énfasis en la cristiana y máxima prioridad por la española de toda la vida.
El directivo de Vox está muy concernido por los madrileños, por ejemplo, porque “casi salimos a machetazo diario”, pero también por sus compatriotas vascos y catalanes, porque allí en concreto “los políticos lideran experimentos sociológicos que pretenden cambiar la realidad demográfica rechazando todo lo que sea hispano”. El agente Vázquez dice que todo eso se arreglará cuando aparezca en la política “un hombre fuerte” (no contempla la posibilidad de una mujer en este caso). Ese hombre, naturalmente, es Santiago Abascal.
Vázquez se preocupa también de nuestras mujeres, o al menos de las nacionales. Añora que puedan volver a tomar café en las terrazas de Barcelona, porque hay muchos sitios en los que ya no pueden
Podría parecer a veces que Samuel no le desea ningún bien a los migrantes, porque con su partido propone “deportaciones masivas” y procesos de “reemigración”, o porque afirma que “hay que deportar a los ilegales, a los delincuentes y a los que no se integren”. Pensar que reside ahí algún odio hacia los migrantes es ruin. Vázquez solo desea su bien: proteger a esos individuos de las mafias que trafican con ellos. Propone por eso “externalizar los puertos”, es decir, enviar a otros países, como Mauritania, a quienes se recoja en el mar cuando intentan llegar a nuestras costas. ¿Se puede tener mejor intención? Por si hay alguna duda, propone usar la Armada, pero “no se trata de tirar bombas y hundir cayucos con gente dentro” – aunque Abascal propuso lo contrario para el Open Arms - sino de “tener capacidad intimidatoria y de bloqueo”.
Vázquez se preocupa también de nuestras mujeres, o al menos de las nacionales. Añora que puedan volver a tomar café en las terrazas de Barcelona, porque hay muchos sitios en los que ya no pueden por la presencia musulmana que se lo impide.
Esas pobres mujeres españolas a las que el portavoz de Vox quiere ayudar están, por otro lado, sometidas al “consenso progre” que las minusvalora como “víctimas de violencia de género”, ese invento de la progresía globalista. Hay unas 70 mujeres en España que mueren a manos de sus parejas o exparejas cada año, pero habría que defender su igualdad y no tratarlas como seres inferiores. Samuel se preocupa por ellas igual que por los hombres, que también sufren violencia y denuncias falsas, no como afirman los feministas y los blandengues y la derechita cobarde. Esto lo deduzco yo.
Qué bueno que España tenga a gente como Samuel Vázquez y cómo me arrepiento yo de haber dicho que los expedientes que le abrieron en la Policía son por odio, que no lo eran. Para odio el de la izquierda cómplice del terrorismo y de la destrucción de nuestra cultura, no el de esos patriotas dispuestos a dar la vida por España. Hombres dispuestos a defender la nación con fuerza y honor. Como en otros tiempos. Amantes de la España de verdad, la de los Reyes Católicos, la de Don Pelayo y el Cid, la de José Antonio y la de Franco. La España católica que se hunde cada día víctima del buenismo, de la Agenda 2030 y de las mamandurrias de socialistas y comunistas.
Samuel Vázquez es el portavoz de Vox para asuntos de Seguridad, Inmigración e Interior y preside una asociación que se llama Una policía para el siglo XXI. Es un agente de policía de la Comunidad de Madrid en servicios especiales, que se dio a conocer por sus afilados comentarios en redes sociales. Yo hablé de él en un programa que, bajo el título “Daniel Esteve (el señor de Desokupa) y el negocio del miedo”, ofreció La Sexta hace ya meses.