… Que hace lo normal

¿Ha visto usted esta película? “Martha se estrena como reportera para un programa de un canal alemán en el que los niños entrevistan a grandes personajes y está muy nerviosa porque su primera entrevistada es una gran estrella de Hollywood. Pero al encontrarse con la superstar, sucederá algo que la pequeña protagonista nunca va a olvidar. Esta historia te hará viajar a un mundo de fantasía gobernado por la empatía y la ternura".

Vale, he mentido, no existe tal película. La historia es real, Martha es una niña que colabora como reportera en el programa Logo en el canal DZB de Alemania y, hace unos meses, entrevistó a una gran actriz a quien todos conocemos, la maravillosa Kate Winslet.

En realidad no debería parecernos excepcional que un adulto trate de arropar con su experiencia la inseguridad de un niño

Mi sinopsis inventada no era más que un juego para hablarles de aquella escena que ambas protagonizaron, allá por el mes de enero. Seguro que usted la vio en su momento, y si no lo hizo, véala ahora, no se la pierda.

Ver vídeo.

Me encontré con el video, como casi todos, en una red social y, entusiasmada, corrí a compartirlo. La llamé “Diosa” y me pareció que me quedaba corta al adjetivar. Que una actriz consagrada como Winslet mirara profundamente a los ojos de aquella chiquilla y le regalara un chute de confianza para que abandonara los nervios y la inseguridad, me pareció sensacional. A mí y a tantos como yo, el video se hizo viral rodeado de admiración colectiva ante un gesto tan bonito. 

Esta semana, por azares de ese algoritmo que cuando le da la gana va y te muestra algún pasaje de tu pasado en las redes —que se lo digan a Pedro con el “ser malos”— me encontré con un comentario que en su día no vi y que respondía a mi admiración desmedida por Winslet:

Y tiene razón mi compañera de la radio, Mercedes. En realidad no debería parecernos excepcional que un adulto trate de arropar con su experiencia la inseguridad de un niño, ni debería llamarnos la atención que una persona que ha hecho camino sea capaz de ponerse en la piel de quien da su primer paso. No debería asombrarnos la solidaridad en cualquier plano de la vida ni debería maravillarnos que un miembro de nuestra especie ayude a otro más débil a sentirse a salvo.

Pero sucede, este asombro lo mostramos a diario con muchos otros gestos, algunos diminutos. Tengo una vecina mayor que me da las gracias, cada vez que me ve, porque un día —uno— cargué con su carro de la compra para subir el pequeño tramo de escaleras que hay del portal al ascensor. Y a mí se me cae la cara de vergüenza, porque lo anormal sería no haberla ayudado. 

Claro, si percibimos como extraordinario lo que debería ser normal es que lo normal lo vemos poco o no lo practicamos, lo cual debería hacernos reflexionar y plantearnos si no estamos desprendiéndonos con demasiada facilidad de lo más valioso que tenemos, la normalidad de mirar al otro para ver si necesita algo…

En todo caso, te sigo adorando con fervor, Kate Winslet, por tu trabajo, por muchas de tus declaraciones y por tus gestos. Porque no hay nada más extraordinario que quien pasea por el Olimpo de la fama sea una mujer normal.

Más sobre este tema
stats