Gente corriente... que se va

Se ha ido Diane Keaton y hemos repasado sus fotos, sus frases, las secuencias que nos abocaron a amarla irremediablemente… A mí me parece que siempre estuvo en mi vida y no me entra en la cabeza que ya no esté. También se va Sena, la perra a la que mi perra siguió con devoción desde el primer día cuando, recién adoptada, caminaba por un nuevo escenario. 

Betty tan nerviosa, tan desubicada, obligada a pisar un suelo que desconocía y Sena tan madura, tan serena. A ratos, jugando con ella y a ratos a lo suyo, quieta, como una estatua, pendiente del movimiento de una paloma. 

A Betty se le va su lideresa, su referente, su influencer con hocico. A mi pequeña se le va una gran amiga, su jefaza, la belleza con patas –cuatro– y una mirada que en el cine habría sido un imán.

Lo de Diane es un The end, lo de Sena solo un cambio, pero un cambio de los trascendentes. Se jubila su… ¿padre? ¿dueño? ¿cuidador? ¿compañero de piso? Se jubila ese hombre al que Betty –que todavía quiere más a los de nuestra especie que a los de la suya– iba a saludar cada mañana y cada tarde con una intensidad superlativa. Se va ese amigo del barrio al que, día a día, buscaba en su portal y si se había ido de vacaciones, lloraba. Betty es radical en sus pasiones.   

La pareja de humanos a la que en casa aprendimos a tener cariño por mediación de nuestras perras –único tráfico de influencias contrario al delito– se va para escribir un capítulo de vida en el pueblo y claro, les deseamos lo mejor. Pero a quienes nos quedamos sin su presencia en las calles que compartíamos, su marcha nos arranca una hoja de ese libro de familia que vas completando con gente corriente… 

¿Que por qué les cuento esto? Porque escribo sobre aquello que para mí es importante. Porque el puzle de la vida necesita de cada pieza y sin las pequeñas, no se completa el dibujo. Y de algunas de esas partes del todo que han ido enjaretando mi día a día en los últimos tiempos, he dado cuenta aquí. Lo he hecho sin la brillantez de Serrat al escribir sobre aquellas pequeñas cosas, claro, pero puede que con una intención parecida, la de subrayar lo esencial. 

Esta columna nació con la pretensión de hacer un primer plano de la gente corriente, o sea, una foto de la mayoría, porque ustedes y yo, la gente corriente, representamos en el mundo lo que el agua en la Tierra, tres cuartas partes del total. Qué menos que ocupar un hueco, aunque sea discreto, en el océano informativo.

Hoy les dejo una foto más, una de tantas y todo mi cariño. Diane se ha ido, Sena se va y yo también, por un tiempo, al menos… 

Entre ustedes y yo, ha sido un placer escribirles. Gracias.

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