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Reflexiones a propósito de 'El cantar de Liébana' de José María Pérez 'Peridis'

He leído con verdadera fruición la novela “ilustrada” (en el doble sentido de la palabra: por las ilustraciones y la ilustración cultural que demuestra) El cantar de Liébana, de José María Pérez Peridis, amigo, co-paisano palentino y lebaniego de pro. El libro se caracteriza por una excelente literatura, referencias históricas, geográficas y teológicas precisas, lucidez narrativa y capacidad para viajar del pasado al presente y del presente al pasado, siempre con la mirada puesta en el futuro. Primero responderé a la pregunta ¿Quién es José María Pérez Peridis? para, a continuación, hacerlo a otras tres preguntas que están en el trasfondo de la novela: ¿Quién es el Beato de Liébana? ¿En qué consiste el género literario “Apocalipsis”? ¿En qué consistió la polémica adopcionista y qué papel jugó Beato de Liébana en ella?

¿Quién es José María Pérez Peridis?

En la presentación de libros me gusta siempre empezar por mi relación personal con los autores y las autoras. Dos son los recuerdos de mi comunicación con Peridis:

- Nuestros encuentros matutinos en las puertas del Colegio Alemán cuando llevábamos a nuestros hijos a dicho colegio, y su regalo de la maqueta de la ermita de Nuestra Sra. De las Fuentes, patrona de Amusco, mi pueblo natal, y de otras maquetas como la de San Martín de Frómista. Todas ellas presiden mi mesa de lectura y escritura.

- Nuestros encuentros en las reuniones de Scouts del grupo de Santiago del Colegio Alemán y en la ida y vuelta de los campamentos cada verano, en los que mi hijo (“Baloo”) era monitor de Alex, hijo de José María.

- Ah, y otra cosa que tenemos en común y que acabo de descubrir preparando esta presentación: coincidimos en nuestros estudios de bachillerato en Palencia: él en los Maristas, Avda. de Valladolid, y yo en el Seminario Conciliar de San José, calle cardenal Almaraz.

Múltiples son las facetas que conforman la personalidad de Peridis, que resumo en estas tres: arquitecto, humorista y escritor.

Arquitecto y divulgador del arte románico

Peridis ha sido restaurador de importantes monumentos históricos. Creó la Asociación de Amigos del Monasterio para restaurar el Monasterio de Santa María la Real de Aguilar y y la escuela Taller de Santa María, impulsó la creación de la Fundación Santa María la Real del Patrimonio Histórico y promovió el programa Lanzaderas de Empleo y Emprendimiento. Dirigió la serie de televisión Las claves del Románico (31 episodios). Ha dirigido la Enciclopedia del Románico (2002-2022). Peridis es un arquitecto itinerante por la historia del arte, de todos los estilos, del medievo a nuestros días.

Dibujante y caricaturista

Publicó sus primeras caricaturas en El Diario Palentino en 1959. Cada mañana publica sus viñetas en el diario El País, desde su creación el 4 de mayo de 1976 hasta hoy, recogidas en seis volúmenes de 1976 a 2016. Las últimas están relacionadas con la actitud primero de rechazo de la candidata del PP a la Junta de Extremadura, María Guardiola, a gobernar con Vox, para terminar en los brazos de Santiago Abascal. “Guardiolita de mi corazón”, le dice Abascal a Guardiola, y ésta le responde: “Llévame contigo, Santiago… y cierra España al sanchismo…”.  Y otra viñeta, tras el cambio de actitud de Guardiola: “¡Yo no miento! Solo rectifico! ¡Ven a mis brazos, Santiago!” le dice Guardiola. Y un Abascal sonriente le responde: “¡Pasa por la puerta grande!” ¡Peridis siempre genial! Ya se han puesto de acuerdo Vox y PP para gobernar juntos en Extremadura.

En la faceta de caricaturista le descubrí el año 1975 con las deliciosas viñetas del libro del teólogo, entonces ya jesuita sin papeles, José María Díez Alegría, Teología en broma y en serio, que se abre con una deliciosa y humorística “Carta al profeta Jonás”. El libro comienza con un aviso del propio Díez-Alegría a los lectores: “Se ruega a quienes carezcan de sentido del humor, que se abstengan de leer estas páginas, pues quizá no entendiesen nada, o entendiesen algo, pero al revés. Muchas gracias”.

Escritor de varios géneros literarios

- En el campo del humor, la sátira política y la divulgación del arte como La luz y el misterio de las catedrales; Hasta una ruina puede ser una esperanza.

- En novela histórica: la trilogía Esperando al rey; La maldición de la reina Leonor y La reina sin reino. Además: El corazón con que vivo; y el último El cantar de Liébana, enero de 2023, que estamos presentando con la presencia del autor.

Y añado: Peridis es un humanista, ilustrado, emprendedor, paseante por la historia.

No voy a hacer spoiler de la novela, sino solo ofrecer algunas claves históricas y teológicas para su lectura.

Ejerce en quienes lo leemos un hechizo especial al sentirnos trasladados a un universo misterioso con una gran riqueza de símbolos y experiencias religiosas, imágenes atrevidas, personajes, cantos…

¿Quién fue Beato de Liébana?

Fue un monje benedictino del monasterio de San Martín de Turieno, hoy Santo Toribio de Liébana, del siglo VIII de la era común. Autor del Comentario al Libro del Apocalipsis de San Juan, de 12 libros, que ejerció una gran influencia y tuvo gran resonancia durante la Edad Media en diferentes campos: teología, política y geografía. Del Comentario se hicieron numerosos manuscritos, muchos iluminados, que componen los Beatos, “las más prodigiosas creaciones iconográficas de toda la historia del arte occidental”, según Umberto Eco, que aparece en la novela acompañado por Juan Cuesto en una visita a la Liébana. Beato mantuvo una enconada polémica con Elipando, arzobispo de Toledo, en relación con la divinidad de Cristo, que el arzobispo de Toledo negaba y Beato defendía. Tuvo relación con Alcuino de York, colaborador de Carlomagno en cuestiones teológicas y educativas y defensor, como Beato, de la divinidad de Cristo.  

El Libro del Apocalipsis

El libro neotestamentario del Apocalipsis, que comenta Beato en su obra, es especialmente atrayente, al tiempo que desconcertante, y sin duda el de mayor complejidad de la Biblia cristiana. Ejerce en quienes lo leemos un hechizo especial al sentirnos trasladados a un universo misterioso con una gran riqueza de símbolos y experiencias religiosas, imágenes atrevidas, personajes, cantos… A su vez es desconcertante y nos lleva a preguntarnos por el significado de los símbolos misteriosos del libro, por la posibilidad de descifrarlos y comprenderlos tantos años después. Y, sobre todo, complejo, complejísimo por las múltiples y misteriosas tramas difíciles de descifrar.

El género apocalíptico tiene su origen en el mundo judío veterotestamentario y surge para alimentar la esperanza del pueblo en situaciones concretas y difíciles. En el caso del Libro del Apocalipsis, está escrito a finales del siglo I, durante la persecución del emperador Domiciano, y sus destinatarios son cristianos amenazados por la persecución con el consiguiente riesgo de la muerte y de la deserción. Viven una doble amenaza: la del Imperio romano y la de un círculo de cristianos separados de la verdadera fe.

Solemos aplicar el término “apocalíptico” a situaciones dramáticas que vive la humanidad. Y ciertamente ese es uno de los sentidos, pero el objetivo del Apocalipsis es animar a los cristianos y cristianas perseguidos a ser resilientes y mantener viva la esperanza en medio de la tribulación. Es un libro de resistencia frente al Imperio.

Característica de la literatura apocalíptica es la multitud y riqueza de símbolos, muchos de ellos tomados del Antiguo Testamento y de experiencias naturales, que posee una gran capacidad evocadora. La novela de Peridis se estructura en torno a los “Siete Sellos”.

Para dar autoridad a su testimonio se ampara en la autoridad del apóstol Juan. No se trata de una falsificación, ni de un plagio, sino de una relación ideal del autor verdadero del libro con un personaje célebre del pasado al que admira y bajo cuya influencia espiritual escribe.

La polémica sobre el adopcionismo

Beato de Liébana estuvo implicado e intervino activamente en la polémica adopcionista. El adopcionismo consistía en la negación de la divinidad de Cristo y en la consideración de que Cristo solo era un hombre adoptado por Dios como hijo. Constituía la negación de la doctrina sobre la misma naturaleza del Padre, definida el año 325 en el concilio de Nicea, presidido por emperador Constantino.

La doctrina adopcionista fue defendida en España por Félix de Urgel y Elipando, arzobispo de Toledo, con la intención de aproximarse al islam, que negaba la divinidad de Cristo y le consideraba solo un profeta, y de hacer explicable el misterio de la encarnación ante el monoteísmo islámico. El adopcionismo fue condenado el año 794 en el concilio de Frankfurt, presidido por Carlomagno.

La beligerancia de Beato de Liébana en la lucha contra el adopcionismo le llevó a acusar a Elipando de hereje, loco hasta llamarle “testículo del Anticristo”. Contra él escribió Apología contra Elipando.

Durante la polémica mantuvo relación con Alcuino de York, teólogo, filósofo y colaborador directo de Carlomagno en cuestiones educativas —se le considera el primer ministro de educación de la historia de Europa—. Escribió una obra en siete libros contra Félix de Urgel, que se retractó del adopcionismo.  

El adopcionismo tuvo su primer desarrollo en Oriente el siglo II de la era común, ejerció su influencia en el arrianismo y quizá también en las tendencias priscilianistas hispanas. Su difusión se debió al deseo de establecer un puente de comunicación con el islam en los lugares fronterizos en que vivían las iglesias visigodas tras la invasión musulmana.

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