Ciudadanos

Arrancan las primarias de Ciudadanos que decidirán quién entierra o resucita el partido

Archivo - La líder de Cs, Inés Arrimadas, y el portavoz adjunto de Ciudadanos en el Congreso, Edmundo Bal.

"Ten cerca a tus amigos, pero sobre todo a tus enemigos" es una frase clásica de la saga de El Padrino. Pero vale perfectamente para la política. Y, si no, que le pregunten a Pablo Iglesias e Íñigo Errejón, a Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso o a Inés Arrimadas y Edmundo Bal. Este último, que se presentaba como el escudero de Arrimadas y es su número dos en el Congreso, ya no considera que la líder de Ciudadanos sea la mejor candidata para presidir el partido tras el proceso de refundación. Y por ese motivo ha decidido presentar su propia lista a las primarias, cuya campaña arrancó este lunes y culminará con las votaciones de los próximos 11 y 12 de enero. 

En estas elecciones internas se decidirá quién será el nuevo portavoz político del partido, un cargo con el que se pretende sustituir a la figura del presidente, y el secretario general, responsable de la pata orgánica de la formación. Un modelo bicéfalo, similar al de formaciones como el PNV o ERC, para evitar que todo el poder lo acumule una única persona. Sin embargo, el portavoz político no tiene por qué ser el candidato a la Presidencia del Gobierno en las próximas generales, ya que esa elección también deberá ser refrendada por primarias.

Ciudadanos busca, así, reinventarse por enésima vez. Lo hace ahogado por las encuestas que pronostican su práctica desaparición y por la fortaleza de PSOE, PP y Vox, que según los estudios demoscópicos se están llevando —en distinta proporción— los electores que antes eran de la formación naranja.

La candidatura de "unidad" y de "consenso" que tanto Bal como Arrimadas reclamaban públicamente para que no estuviera liderada por ninguno de los dos nunca estuvo realmente sobre la mesa, según admiten fuentes de la formación a infoLibre. Bal cree que Arrimadas no ha revertido la "derechización" del partido iniciada por su antecesor, Albert Rivera, y le reprocha que Ciudadanos se haya convertido en "la muleta" del Partido Popular. Por su parte, los afines a Arrimadas aseguran que Bal quiere "izquierdizar" la formación y convertir al PSOE de Pedro Sánchez en su socio prioritario. La misma crítica que le lanzaron a la propia Arrimadas algunos 'ex' de Cs como Marcos de Quinto o Fran Hervías.

Lo cierto es que la apuesta de Arrimadas de ensayar una vía intermedia con la que reivindicar sus nueve diputados en el Congreso llegando a acuerdos con el PSOE y el PP no ha fructificado. La presión interna de los sectores más afines a Rivera —que fue quien definió en 2019 el cordón sanitario contra Pedro Sánchez — y la voluntad del Gobierno de Sánchez de no cegar la vía de la negociación con Esquerra Republicana, devolvió Ciudadanos al redil de las tres derechas al que llegó cuando Rivera se hizo la foto de Colón.

La lista de Arrimadas consigue el doble de avales que la de Bal

Los 7.642 afiliados llamados a votar —cuando Arrimadas se enfrentó en primarias a Francisco Igea en 2020 esa cifra superaba los 20.000, lo que le ha supuesto perder el 60% de la militancia en apenas dos años— deberán decidir entre tres listas. La oficialista, Renace tu partido, integrada por los afines a Arrimadas; la crítica, Ciudadanos de nuevo, que lidera Edmundo Bal y el concejal madrileño Santiago Saura; y La base del cambio, que nace de afiliados y cargos locales como la edil en el Ayuntamiento de El Alamo (Madrid), Laura Alves y el afiliado Marcos Morales.

La candidatura Renace tu partido está encabezada por el portavoz de Ciudadanos en el Parlamento Europeo, Adrián Vázquez, y la coordinadora de Baleares, Patricia Guasp, que se postulan como secretario general y portavoz, respectivamente. Arrimadas ocupa una simbólica última posición, pero la idea es que se mantenga como portavoz en el Congreso. En su entorno no descartan que se presente a las primarias para encabezar la lista de las generales. La lista logró el aval de 1.367 afiliados.

En esta candidatura figuran otros nombres reconocibles del partido que son, precisamente, los que han pilotado hasta ahora la refundación de Cs. Uno de ellos es el diputado Guillermo Díaz, que opta una viceportavocía, al igual que el diputado en el Parlamento de Cataluña Nacho Martín Blanco. La mayoría de coordinadores autonómicos, entre ellos la vicealcaldesa Begoña Villacís, respaldan a Arrimadas. Villacís ha sido una de las voces más críticas contra Bal y ya ha anunciado que dejará la formación naranja si él gana las primarias.

Por su parte, Bal ha sumado al concejal madrileño Santiago Saura para ocupar la secretaria general. Además, también le acompañan la diputada en el Congreso Sara Giménez, que opta al puesto de vicesecretaria general, y su compañera de escaño Mari Carmen Martínez Granados, que aspira a ser la coordinadora nacional. Esta candidatura obtuvo 679 avales. La tercera candidatura obtuvo 142 apoyos.

En total, los afiliados que se han pronunciado representan menos del 30% de la militancia de Cs con derecho a voto. Desde la candidatura de Bal creen que pueden "convencer" a ese "nicho" que "todavía no se ha posicionado" y plantean una campaña centrada en los territorios. Este lunes el diputado madrileño se ha desplazado a Murcia y, por la tarde, ha mantenido un encuentro telemático con afiliados en el que participaron 200 personas, según trasladan desde su entorno.

En una semana se celebrarán dos debates. El primero tendrá lugar el día 4 de enero en Barcelona, con los candidatos al cargo de secretario general: Vázquez, Saura y Alves. El segundo se celebrará el próximo 9 de enero en Madrid, entre quienes optan al puesto de portavoz político: Bal, Guasp y Morales. Se prevé que en estos debates se confronten los modelos de partido. De momento, ni la candidatura de Arrimadas ni la de Bal han presentado ninguna guía o documento estratégico.

¿Fusión con el PP?

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 El elefante en la habitación del que nadie habla es el PP. Los partidarios de que Cs negocie una entrada ordenada en el partido de Feijóo que resuelva el futuro de los dirigentes y cargos públicos no lo dicen en público. La mayoría ya han llamado a la puerta de Génova desde que el hundimiento electoral de las últimas generales convenció a la mayoría de que Cs no tenía futuro. Es el caso de Toni Cantó, su antiguo líder en la Comunitat Valenciana. Otros, como el eurodiputado Luis Garicano, simplemente han tirado la toalla y se han reincorporado a su vida laboral.

La dirección de Inés Arrimadas se resiste de momento a rendirse y desembarcar en un PP que busca la mera absorción de los naranjas. Las elecciones de Madrid, Castilla y León y Andalucía han confirmado que la mayor parte del electorado que le quedaba a Ciudadanos ya ha buscado refugio en los de Feijóo, impulsando su recuperación y situando a los conservadores en cabeza en todas las encuestas. 

En Génova dan por hecho que el proceso es irreversible. Y trabajan en la preparación de las elecciones de 2023, convencidos de que, a estas alturas de la legislatura, el único obstáculo que le queda al presidente conservador, Alberto Núñez Feijóo, para reunificar el centro derecha es Vox. Arrimadas, por su parte, se quiere mirar en el ejemplo del histórico FDP alemán. Los liberales germanos, que desaparecieron en 2013 del Bundestag al no conseguir ni el 5% de los votos, regresaron en las elecciones de 2017 con un 10% de la tarta electoral, un porcentaje mucho más en línea con su peso parlamentario desde la Segunda Guerra Mundial.

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