La estrategia de la derecha

Ayuso arruina la estrategia de Feijóo de fortalecerse de cara al congreso del PP y vuelve a marcarle el paso

El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, durante la concentración del PP bajo el lema ‘Mafia o democracia’.

Isabel Díaz Ayuso está cómoda con la etiqueta de verso suelto del Partido Popular, aunque públicamente reniegue de serlo. La presidenta de la Comunidad de Madrid, máxima exponente del ala dura del PP, ha acaparado los focos de la derecha en los últimos días —con permiso del argentino Javier Milei, que ha protagonizado un cripto acto en la capital— en el momento en el que su jefe de filas, Alberto Núñez Feijóo, busca rearmarse políticamente y recuperar la iniciativa de cara al congreso que el partido celebrará el primer fin de semana de julio. A Feijóo le cuesta ser el protagonista y llevarse los titulares que tan fácilmente acapara Ayuso. Eso sí, a costa de reventar la estrategia de la dirección del PP, como sucedió el pasado viernes en la Conferencia de Presidentes, en la que se habló más de "pinganillos" y lenguas oficiales que de elecciones anticipadas y "mafia", como pretendía Génova.

Ayuso acaparó el protagonismo justo el día en que la justicia imputaba a la esposa del directivo de Quirón a la que su novio, Alberto González Amador, compró una empresa sin valor por el módico precio de 500.000 euros. Y volvió a ser el centro de la noticia tras renegar por primera vez en público del modelo de primarias que quiere la dirección del PP y del rumbo ideológico que debe tomar su partido en el congreso. Lo hizo en una entrevista que concedió al diario Abc y que se publicó solo unas horas antes de la concentración que tuvo lugar en el centro de Madrid, a la que Génova le había dedicado todos sus esfuerzos en los últimos días, y en la que la baronesa del PP fue la más aclamada por el público.

La distancia entre Ayuso y Feijóo, que procuraron mostrar cercanía durante todo el acto, se hizo patente sobre todo en sus discursos. La presidenta madrileña afirmó que en España "no hay libertad" y que es un país bananero inmerso en una "dictadura", mientras que el presidente del PP no pronunció la palabra "mafia" durante su discurso —pese a ser el lema de la concentración—, y reivindicó la centralidad": "No quiero un frente de la ira, porque España necesita concordia", afirmó. Ayuso, en la citada entrevista, defendió sin embargo no escudarse en la "moderación" y dar la batalla "sin complejos": "Moderación no es callarte ante la impunidad, ante las atrocidades. Creo que ha habido mucha gente confundida que tuvo complejos de pensar que por decir las cosas como son y defender España por encima de cualquier otra cosa les dirían que no querían el consenso".

Ayuso batallará para que el modelo de primarias no cambie

Ayuso también reveló que dará la cara por que se mantenga el actual modelo de primarias, que Feijóo quiere cambiar para limitar el voto directo de la militancia a los candidatos con el beneplácito de barones como el andaluz Juanma Moreno. Fue la medida del congreso de 2017, bajo el mandato de Mariano Rajoy, donde se estableció un sistema a doble vuelta asimétrica. Es decir, una primera votación abierta a toda la militancia y una segunda y definitiva a través de compromisarios. Esa vía fue utilizada en 2018 tras la marcha del expresidente a raíz de la moción de censura. La exvicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría se impuso en la primera vuelta, pero luego los delegados se decantaron por Pablo Casado.

La fórmula que sopesa la actual dirección del PP es un sistema en el que los militantes votan a los compromisarios, a los que se supone más próximos a las direcciones regionales, al llamado "aparato del partido", y luego estos compromisarios o delegados deciden entre los candidatos en otra votación. Ayuso, sin embargo, es partidaria de que el modelo se mantenga: "Por coherencia creo que todos los afiliados deben participar en los congresos y elegir a su presidente. Haré, por tanto, las propuestas necesarias para que se cumpla 'un afiliado, un voto' en toda España", explicó en ABC. De fondo del debate está un posible salto de la madrileña a la lucha por la presidencia del PP estatal, para lo que necesitaría a la militancia.

Lo cierto es que Casado siempre presumió de tener la legitimidad interna que no tuvieron otros líderes como Manuel Fraga, José María Aznar o el propio Rajoy, nombrados a dedo y aupados sin ratificación de la militancia, pero lo que esgrimen los dirigentes del PP es que el Congreso de 2018 sólo sirvió para “dividir más” al partido y que lo que se necesita ahora es "unidad" en torno a Feijóo y no tanta "división" interna.

El antecesor de Casado se arrepintió de haber instaurado este modelo y así lo explicó en su libro Política para adultos. "Tuve la feliz y demagógica idea de apuntarme al llamado sistema de elecciones primarias para elegir a sus líderes, siguiendo la estela de todos los demás partidos”, señala. Y añade: "Era la quintaesencia de la democracia. Lo que sucede es que todos los que mandan en los partidos mandan más que los anteriores, se someten a menos controles, deciden sobre todas las organizaciones territoriales de los partidos y algunos incluso nombran sucesores después de fallecidos, en el sentido figurado de la palabra”, concluía Rajoy.

"Un partido tiene que defender una forma de ver la vida en torno a unos valores"

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La otra cuestión por la que Ayuso quiere dar la batalla tiene que ver con el debate ideológico. Feijóo ha encargado a sus afines la elaboración de la ponencia política. Es decir a Alfonso Fernández Mañueco, presidente de Castilla y León; Juanma Moreno, presidente andaluz; Alma Ezcurra, eurodiputada y coordinadora de la fundación Reformismo 21; y Natalia Chueca, alcaldesa de Zaragoza. Todos ellos son los encargados de plasmar sobre el papel la renovación ideológica del PP. Génova no quiere entrar a debatir sobre cuestiones que dividen al partido, como el aborto, los vientres de alquiler, la prostitución o la eutanasia, entre otras cuestiones, porque creen que esto lo aprovecharía el Gobierno y diluiría su mensaje.

La presidenta madrileña, sin embargo, defiende que es necesario abrir este tipo de debates: "Un partido no solo tiene que defender una forma de gobernar, sino una forma de ver la vida en torno a unos valores. Tenemos que denunciar la situación que estamos viviendo, si están interviniendo la vida pública y la privada, desde aspectos personales como la sexualidad o la religión; hasta la tenencia de animales, la pretendida lucha de clases para enfrentarnos todos. O acabar con esa ingeniería social que se hace a través de los subsidios de la educación. Hay tanto por rehacer y hay tanto desguace institucional", señala al periódico conservador.

En la misma línea que la expresidenta madrileña Esperanza Aguirre, que exige a Feijóo dar la "batalla cultural" contra la izquierda, la baronesa del PP asegura que es necesario actualizar la ponencia ideológica, que define no como "un programa electoral" sino como "unos principios, unas bases y un ideario". Ayuso tampoco se muerde la lengua cuando analiza qué falló en la campaña de las generales de 2023 y anima a la dirección a ponerse las pilas para evitar repetir esos errores: "El PP hizo una campaña que se quedó muy escasa y no supo leer lo que estaba pasando. Estoy convencida de que quienes dirigieron la campaña de verano azul, después de lo que han visto, si volvieran atrás, le aseguro que la campaña sería muy distinta", sostiene.

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