ELECCIONES CASTILLA Y LEÓN

Mañueco sigue atado a Vox y el PSOE aspira a aglutinar todo el voto de la izquierda a un año de las elecciones

Mañueco asiste a la reunión de la Junta Directiva Nacional del PP.

Las miradas están puestas en Castilla y León. Será la primera parada del próximo ciclo electoral previsiblemente en febrero del año que viene. Y el tablero ha saltado por los aires en las últimas horas con la marcha de Juan García-Gallardo, ex vicepresidente de la Junta, de Vox. Una contienda que estará marcada por el intento de Alfonso Fernández Mañueco de revalidar la Presidencia frente a un PSOE renovado que se la juega ahora con Carlos Martínez, alcalde de Soria.

La salida de García-Gallardo ha removido las aguas de la política de Castilla y León, aunque el presidente de la comunidad ha rechazado durante estas horas que esto pueda suponer un acicate para ir a un adelanto electoral. El ruido de las urnas lleva tiempo sonando en los círculos políticos de esta comunidad, donde el PP gobierna en solitario tras la ruptura de la ultraderecha con todos los populares a nivel autonómico. La inestabilidad se apodera de la comunidad y el actual Gobierno ha tenido que prorrogar los presupuestos al no contar con los votos suficientes.

La tentación de Mañueco para saltar a la pista electoral es constante, pero el problema que tiene es que no está seguro de que haya agua en la piscina para devorar a Vox y atar una mayoría absoluta. Esa experiencia la tiene el propio líder regional, quien adelantó las elecciones en 2022 con la idea de desprenderse de Ciudadanos y amarrar la Junta en solitario. Pero la jugada salió mal frente a sus proyecciones y se encontró con que tuvo que pactar con Vox, dando entrada por primera vez en España a la ultraderecha en un Ejecutivo autonómico.

La mayoría absoluta que no llegó antes

Esto dentro del PP se conoce ya como “hacerse un Mañueco”: ir a por la absoluta y acabar en brazos de Santiago Abascal. No obstante, en la izquierda no se fían del todo de sus palabras sobre que no piensa adelantar comicios y creen que puede pulsar el botón para pillarles “descolocados”, tanto a las opciones progresistas como a las de la España Vaciada, que no consiguieron mantener en el 23J la pulsión de las autonómicas. Castilla y León es una pieza clave para el PP, que quiere que el inicio del ciclo electoral sea lo más potente posible con esa comunidad y con las elecciones andaluzas. 

Una de las grandes incógnitas también está en el propio comportamiento de Vox a nivel electoral. La salida de García-Gallardo deja a los de Santiago Abacal sin una de sus figuras más reconocidas, pero, a la vez, la ultraderecha está creciendo en las encuestas desde que rompió con el Partido Popular en las comunidades autónomas con el motivo de la distribución de los menores migrantes no acompañados. La ultraderecha mejoraría hoy sus resultados respecto al 23 de julio e incrementaría un 1,8% su porcentaje de voto a nivel nacional, según el barómetro publicado este lunes por 40dB para El País y la Cadena Ser.

El PSOE busca el cambio con un nuevo aspirante

Además del futuro candidato de Vox, en la contienda electoral debutará el socialista Carlos Martínez. El alcalde de Soria acaba de coger las riendas de la federación después de la etapa de Luis Tudanca. Hay mucha esperanza dentro del PSOE por el papel que puede desempeñar un regidor acostumbrado a ganar por mayoría absoluta en su ciudad. En el PSOE tienen claro, según fuentes del partido, que deben ir a por todo el voto del cambio y progresista para ganar a Mañueco en un panorama, donde analizan, “no hay nada a su izquierda”.

“Todo el voto progresista tienen que ir al PSOE si se quiere un cambio”, analizan fuentes del partido, que creen que hay que poner el foco en la inestabilidad de Mañueco y en la falta de perspectivas en la autonomía. Para los socialistas: “Castilla y León es el mejor ejemplo de la gestión del PP. Tras unos cuarenta años de gobierno de la derecha, la sangría que se produce con la salida de jóvenes y no tan jóvenes en busca de empleo es un lastre para el desarrollo de la comunidad. Ningún Gobierno del PP ha sabido parar la emigración que se produce sobre todo a Madrid. Tampoco parece que hayan estado interesados. Cualquiera podría decir que así matan una posible pulsión de cambio y se acomodan en el poder. Cada vez hay más pueblos vacíos, un futuro que solo pasa por ser funcionario, y nulas expectativas de que Mañueco pueda poner encima de la mesa un plan”.

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“Carlos Martínez es alcalde en uno de los territorios más despoblados de España. Allí ha logrado que la resignación no se apodere de la gente. Castilla y León necesita un impulso, un cambio de guion, necesita esperanza, y el PP no puede dársela”, comentan, para hacer este análisis sobre las formaciones provinciales: “Carlos ha demostrado en Soria que no hacen falta nuevos partidos. Que lo importante es creerse a Castilla y León y su potencial. Nada más, y nada menos. Ya tuvimos nuevos partidos, como Ciudadanos, y cuando pudieron propiciar el cambio dando el gobierno al PSOE tras ganar las elecciones, lo que hicieron fue perpetuar una vez más al PP. No, no necesitamos experimentos en Castilla y León”. La situación la analiza también así un miembro del Gobierno: “Creo que se puede ganar. Gobernar es otra cosa. Allí la suma PP-VOX es muy grande. Veremos. Hay muchas esperanzas puestas en Carlos”.

El mapa de las izquierdas

La izquierda del PSOE mira también a esa cita electoral. En los pasados comicios, Podemos, Izquierda Unida y Alianza Verde conformaron una lista unitaria, que al final se materializó en un solo escaño par Pablo Fernández. El también portavoz nacional de Podemos no repetirá  como número uno en la papeleta en la próxima cita. Los morados entienden que tienen "banquillo" y que son el referente en la izquierda transformadora. Volverán a negociar con IU. En Podemos analizan que el PSOE ha dejado vía libre por la izquierda a su partido, señalan fuentes moradas, porque ha hecho un viaje al “centro derecha” a través de Carlos Martínez: “Es un Page 2.0. En Soria lo votaba gente también del Partido Popular”.

Sumar todavía no tiene estructura territorial en Castilla y León, algo que está construyendo en estos momentos con la elección de la coordinación, a la que solo se ha presentado una candidatura compuesta por la catedrática de Derecho Mercantil Marina Sáenz y la activista en temas de memoria histórica Charo Fernández. En este espacio defienden la confluencia con todas las fuerzas a la izquierda del PSOE y analizan, según fuentes consultadas, que la única alternativa para echar a Mañueco pasa por una suma suficiente de escaños entre los socialistas, la izquierda transformadora y los diputados que puedan sacar los partidos provinciales como UPL o Soria ¡Ya!. En Podemos advierten de que no van a “negociar con la nada”, en relación a Sumar al no tener estructura territorial. Desde Izquierda Unida indican al hilo que van a trabajar por una “lista unitaria”. 

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