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Crisis hispanomarroquí

Casado entierra su supuesto apoyo y agita Ceuta contra el Gobierno en plena ofensiva xenófoba de Vox

El presidente del PP, Pablo Casado, en el pabellón de Ceuta de la feria internacional de turismo que se celebra en Madrid.

Apoyo verbal sí. Crítica feroz, también. A Pablo Casado le está costando hacer verosímil la idea, que trata de defender desde el pasado martes, de que el PP respalda al Gobierno de Pedro Sánchez frente a la decisión de Marruecos de intentar colapsar Ceuta permitiendo cruzar la frontera a miles de migrantes. Cada vez que los dirigentes del PP declaran su apoyo al Ejecutivo en este asunto, acompañan sus palabras de una larga lista de acusaciones y reproches contra el presidente y su política exterior.

El último ejemplo tuvo lugar este jueves en Madrid. Casado eligió en Fitur el pabellón de Ceuta, precisamente, para arremeter contra Sánchez y muy especialmente contra Unidas Podemos, a quien no sólo responsabilizó de la crisis vivida en esta localidad africana sino que les acusó de poner en duda su españolidad.

Un discurso de enorme dureza que coincide en el tiempo con la movilización de Vox para tratar de rentabilizar la situación con el discurso xenófobo que tan buenos resultados electorales ha dado a la derecha radical en España y en buena parte de Europa.

Igual que Santiago Abascal la víspera, Casado reclamó un incremento de la presencia militar en la frontera con Marruecos, el refuerzo de la Guardia Civil y de la Policía Nacional en las ciudades autónomas y “un plan económico de choque”. E igual que hace a menudo Vox, el líder del PP vinculó “la inmigración irregular” y “la seguridad ciudadana”. Hasta su número dos, Teodoro García Egea, hizo suya la expresión xenófoba de Vox y denunció que lo que ha ocurrido en Ceuta es “una invasión por parte de Marruecos”.

No sólo eso. Casado aseguró que él ya había dicho lo que iba a pasar y que el Gobierno no le hizo caso. “Yo he estado seis veces en Ceuta”, subrayó, “avisando de lo que estaba pasando. Diciendo que tenía que haber más Ejército en la frontera” y más fuerzas de seguridad para mantener la seguridad interior.

Lo que hace falta, indicó, es “una relación diplomática con Marruecos inteligente”, que según él “es lo que no se ha hecho”. No precisó en qué consiste esa relación, pero todo indica que estaba desautorizando, un día más, la decisión del Gobierno de Sánchez de permitir la prestación de asistencia médica en España al líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, perseguido por el Gobierno de Rabat.

El líder del PP, que se refirió a la llegada masiva de cayucos a Canarias el pasado otoño como una crisis no causada por Rabat sino provocada “por una mala relación con Marruecos”, aseguró a continuación que la crisis “diplomática que estamos sufriendo en Ceuta” está “causada” por Marruecos”. Pero la “responsabilidad” es del Gobierno por “no haberla evitado”, añadió a renglón seguido. “Llevamos un mes diciendo que esto iba a pasar”, insistió, para añadir un minuto después que en realidad lleva anunciándolo “desde hace un año”. A pesar de que no existe constancia de que haya advertido que lo que sucedió esta semana en Ceuta iba a tener lugar (infoLibre pidió al PP que precisase en qué momento Casado había anticipado lo que iba a suceder pero no obtuvo respuesta).

Los responsables son los que no previeron una afrenta, que nosotros rechazamos firmemente, de un país vecino”, remarcó. El problema lo tiene Sánchez con sus socios de gobierno y con Unidas Podemos, que según él han “insinuado Ceuta y Melilla no son españolas”. “Podemos es quien ha producido esta crisis diplomática sin comparación en nuestra historia democrática” y por esa razón Sánchez debería romper la coalición de Gobierno, demandó.

En línea con su jefe de filas, García Egea, en una actitud poco compatible con el declarado respaldo al Gobierno en esta crisis, acusó al Ministerio de Asuntos Exteriores de no haber “hecho su trabajo”. Se ha producido “una falta de previsión” porque esto “era una crisis anunciada”, en alusión al malestar declarado por Marruecos en relación con la atención prestada a Ghali.

“Aquí lo que ha fallado ha sido la diplomacia y la previsión de algo que podría pasar pero que el Gobierno prefirió mirar para otro lado”. “No hay nadie en el Gobierno“, acusó, “capaz de tener una interlocución con Marruecos fluida para poder solucionar este problema”. E incluso acusó a Sánchez de “lavarse las manos” con los migrantes menores alojados en Ceuta por pedir a las comunidades autónomas que los acojan.

Vox trata de capitalizar la situación

La dureza del discurso del PP y la utilización de algunos de los argumentos de la derecha radical revelan el deseo de los de Casado de no dejar que Vox capitalice la situación. Los de Santiago Abascal se han volcado con su discurso antiinmigración. Exigen la militarización de las frontera y que ni un sólo menor inmigrante sea trasladado de Ceuta a la península.

La formación ultra maneja con soltura el discurso contra los extranjeros que caracteriza a la derecha radical europea y quiere aprovechar esta situación para marcar sus diferencias con el PP. Por eso anunció este jueves, tras conocerse que Andalucía acogerá finalmente a trece menores migrantes procedentes de Ceuta, que limitará su respaldo al Gobierno andaluz, una coalición participada por PP y Ciudadanos que necesita los votos de Vox para sacar adelante sus proyectos.

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Abascal, a diferencia de Casado, se desplazó inmediatamente a Ceuta para tratar de capitalizar la crisis provocada por Marruecos. Allí exigió que España denuncie a Marruecos ante la comunidad internacional y afirmó contra toda evidencia que los que estaban cruzando la frontera no eran migrantes sino “soldados” desplazados para “tomar las calles de Ceuta”. Vox quiere que se militarice la frontera de España en Ceuta y Melilla.

En vez de culpar a la inacción de las autoridades marroquíes, Abascal prefirió responsabilizar a la izquierda por, según él, ofrecer a los migrantes “un falso futuro cuando los españoles lo están pasando mal”. Con un discurso catastrofista, el líder de Vox afirmó que los ceutíes “no se atreven a salir de casa” y “no saben si van a recuperar su manera de vivir”. “El Gobierno ha rendido la frontera sur de España”, remarcó.

Que Ceuta se ha convertido en un campo abonado para la disputa por los votos de la derecha radical es una evidencia que puso de manifiesto Abascal criticando también al PP. “España necesita una alternativa al socialismo que ha entregado el futuro de la nación a los enemigos de la patria. Una alternativa y no 17, subrayó en referencia al partido de Casado, “que dice una cosa en Galicia y otra en Ceuta”. “Van engañando en un lado y otro para que les voten más gente”, acusó.

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