Caseteros Sevilla

Las cinco mentiras de los caseteros de la Feria de Abril sobre los efectos de la reforma laboral

Dos operarios desmontan una caseta en las instalaciones de la Feria de Abril de Sevilla.

La gripalización del covid-19 ha devuelto a España las fiestas populares que habían desaparecido (o reducido al máximo) en los últimos dos años. La Feria de Abril en Sevilla es una de ellas. Se trata de una de las manifestaciones festivas más importantes del país, tanto por su impacto económico (900 millones de euros, según los datos que el ayuntamiento de la capital andaluza en 2020, el equivalente al 3% del PIB de la ciudad) como por su impacto social.

En este contexto, el parón anunciado por la Asociación Andaluza de Hostelería de Feria —que representa a 820 casetas de la Feria (el 80% del total)— ha sorprendido a propios y ajenos. La asociación convocó el pasado jueves un paro del 30 de abril al 7 de mayo (la conocida como semana de farolillos) en señal de protesta por la entrada en vigor de la nueva reforma laboral que, según interpretan, conlleva “importantes limitaciones” en cuanto a la contratación temporal del personal.

Según reza el comunicado emitido por la asociación, las ferias requieren “plena disponibilidad y horarios prolongados de atención al público”, por lo que los empresarios solicitan que se equipare su actividad a las profesiones donde el margen es mayor, “como pueden ser el personal en instituciones sanitarias o la relación laboral de carácter especial de las personas dedicadas a las actividades artísticas”. Estos caseteros rechazan también cumplir con la normativa laboral que establece una jornada de ocho horas al día para los trabajadores y un descanso laboral de doce horas y culpan a la reforma laboral recientemente aprobada por el Gobierno de España de hacerles “imposible” el trabajo. Sin embargo, se trata de dos cuestiones que no están reguladas por esa reforma, sino que datan de años (e incluso un siglo) atrás.

La jornada laboral de ocho horas, una conquista del 1919 

En España la jornada de 40 horas llegó en 1919, tras la huelga de La Canadiense, la principal eléctrica de la ciudad de Barcelona. Sus empleados paralizaron la ciudad condal y el 70 % de toda la industria catalana durante cuarenta y cuatro días. El Gobierno presidido por Álvaro Figueroa Torres, conde de Romanones, acabó cediendo a las demandas. España se convirtió así en uno de los primeros países europeos en darle forma legislativa a la jornada de ocho horas, aunque esa era una reivindicación histórica que se estaba abriendo paso en todo el mundo.

La jornada máxima diaria para el sector hostelero, según el convenio colectivo y para los meses de abril y mayo, es de 10 horas diarias que incluyen, según la legislación vigente desde 1980, "un descanso de 12 horas entre cada jornada de trabajo”. Un dato que se ha apresurado a recordar este lunes la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, cuyo departamento ha pilotado la reforma laboral, acordada con patronal y sindicatos. “Lo que se está diciendo es radicalmente falso. La reforma laboral no toca nada relativo a la jornada laboral y mucho menos al descanso. Eso sí, las leyes hay que cumplirlas en todos los sitios", ha dejado claro. 

El descanso obligatorio de doce horas, en el Estatuto de 1980

Otra de las protestas de los caseteros es que el descanso obligatorio de doce horas les obliga a contratar a más personal porque tendrían que doblar las jornadas de trabajo. Pero lo cierto es que el artículo 34.3 del Estatuto de los Trabajadores fija que “entre el final de una jornada y el comienzo de la siguiente mediarán, como mínimo, doce horas”. Se trata de una norma que se aprobó en el año 1980 y que la reforma laboral no ha abordado en ningún momento.

“No respetar estas normas supone, además, contravenir una cuestión de extraordinaria importancia para las personas trabajadoras: la prevención de riesgos laborales”, explican a infoLibre fuentes del Ministerio de Trabajo. “Aumentar las jornadas sin respetar las normas mencionadas supondría, además, transgredir la Directiva de Tiempo de Trabajo de la Unión Europea, de acuerdo con diversos pronunciamientos del Tribunal de Justicia de la Unión Europea”, zanjan.

Los contratos ocasionales sí están permitidos en la reforma laboral

Según denuncia la asociación, “el nuevo margen de contratación”, que entró en vigor el 31 de marzo, “introduce importantes limitaciones a la contratación temporal que dificultan y hacen prácticamente inviable nuestra actividad, dado que la misma se lleva a cabo por periodos de corta duración”. En este sentido insisten en la necesidad de aplicar al sector “un régimen especial” que tenga en cuenta sus necesidades, como el que se aplica a los sanitarios o a los artistas por eventos.

Este punto también es falso. “Las particularidades de contratación de este colectivo se pueden canalizar perfectamente a través de las modalidades contractuales recogidas en la reforma laboral como los contratos fijos discontinuos y, en su caso, cuando exista causa, los contratos de duración determinada, como los ocasionales. Cómo venimos recordando con insistencia, tras la reforma laboral, las actividades estacionales no son incompatibles con la estabilidad en el empleo”, señalan desde Trabajo. Asimismo, aseguran que no se pueden aplicar otros regímenes porque la Feria de Abril se realiza cada año y no entra en la categoría especial de ‘obra y servicio’, como, por ejemplo, el de los actores que trabajan en la grabación de una película.

La falta de personal y las inspecciones de Trabajo

Hace casi dos años, en mayo de 2020, arrancó una campaña impulsada por el Ministerio de Trabajo para inspeccionar "casos de explotación laboral" o "incluso esclavitud" en algunos sectores como las explotaciones agrarias y también en la hostelería. Los caseteros temen que esas inspecciones se multipliquen la semana de la Feria y alegan que no encuentran personal para cumplir con la legislación. El Sindicato Comisiones Obreras ha hecho hincapié en que el pasado mes de febrero se registraron casi 18.000 personas en paro en el sector de la hostelería en la provincia, “por lo que el empresariado no tendría problemas en encontrar sevillanos y sevillanas dispuestos a trabajar si ofreciera condiciones laborales dignas”.

Fuentes del departamento de Díaz indican que las inspecciones existen "desde hace muchos años" y que lo que ha hecho el equipo de la vicepresidenta es "reforzar" su papel para "evitar abusos". "Inspección actuará como con cualquier otro ámbito", aseguran.

La Feria de Abril no está en peligro por la reforma laboral

Es el mensaje que habían difundido estos días tanto desde la Asociación Andaluza de Hostelería como algunos representantes políticos como Macarena Olona (Vox), que acusó directamente a Díaz de poner en riesgo la celebración de la Feria. "Si nos quedamos sin Feria, iré con el traje de flamenca en la sesión de control del Gobierno", señaló en su cuenta de Twitter. Sin embargo, tan solo ha bastado una reunión para despejar las incógnitas. Este mismo lunes el subdelegado de Gobierno en Sevilla, Carlos Toscano, ha asegurado que a los empresarios les ha quedado “meridianamente claro” que la reforma “no modifica la jornada de trabajo ni el régimen de descanso”.

Tanto es así que Toscano se ha aventurado a decir que finalmente no habrá huelga. “No tenían claro la reforma laboral”, ha dicho, insistiendo en que los caseteros han salido “bastantes satisfechos” tras darse cuenta de que “entendían una incidencia” del texto “que no es correcta”.

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