Acoso y empujones a periodistas: así actúan los agitadores a los que PP y Vox no paran los pies

Hace tiempo que los pseudomedios acreditados en el Congreso encontraron un nuevo objetivo al que dirigirse más allá de los políticos de izquierdas: los periodistas. Y, en este caso, no diferencian entre medios de derechas y de izquierdas. Todos son sus enemigos, a su modo de ver. En los últimos meses se han sucedido diversos episodios en los que estos agitadores siguen el mismo manual. Con la cámara y micrófono en mano graban a los comunicadores en la calle, a los que lanzan preguntas sesgadas o, directamente, falsas para generar un encontronazo con el objetivo de dañar la reputación del entrevistado en cuestión.

Este miércoles se ha cruzado, además, una nueva línea, al recurrir a la violencia física. El agitador ultra y exasesor de Vox, Bertrand Ndongo, acreditado en la Cámara Baja por Periodista Digital, ha confrontado con el periodista Antonio Maestre a su llegada al Congreso. Ndongo persiguió a Maestre por la carrera de San Jerónimo con un móvil y un micrófono de la web para la que trabaja. En el vídeo, editado y subido el propio Ndongo, el ultraderechista increpa a Maestre —que posteriormente relata que este pseudoperiodista edita la primera parte del vídeo para ocultar el acoso previo—: "Eres muy valiente para tirar un micrófono de un chaval de 24 años. Aquí está el mío. Tíralo si tienes cojones", le demanda.

En ese momento es cuando Ndongo empuja a Maestre, que responde: “A mí no me empujes". El agitador admite que sí le está empujando pero asegura que no le va a "agredir" porque el colaborador de La Sexta "no tiene fuerza" para responderle. En el momento en el que ya pasan a las manos, intervienen dos agentes de la Policía Nacional, mientras Ndongo insiste: "¿Qué vas a hacer? Si no tienes fuerza. Eres una pluma, tío mierda".

Tras este incidente, Maestre comunica a través de sus redes que va a presentar una denuncia contra el agitador. Lo hace horas en la comisaria de Fuenlabrada porque, como explica el periodista a infoLibre, no le dejaron hacerlo en las dependencias de la Cámara Baja por no ser "diputado ni trabajador" de las Cortes Generales. "Es el último de los sucesos que se vienen sucediendo por parte de estos escuadristas con camisas negras de la extrema derecha, que se dedican a acosar, a hostigar, a agredir... a utilizar la violencia política contra todos aquellos que no piensan como ellos y que identifican que son peligrosos para sus intereses. Yo soy uno de ellos, pero hay más que tienen que sufrirlo de manera recurrente", relata el comunicador.

No es la primera vez que Maestre es víctima de estos agitadores. Hace unos meses vivió otro episodio, aunque en ese caso no se llegó a las manos, protagonizado por Vito Quiles, acreditado por EdaTV y miembro de la lista de SALF en las elecciones europeas —el partido de Alvise Pérez—.  Lo abordó por la calle y, antes de que Quiles le pudiera formular ninguna pregunta, Maestre le cogió el micrófono y lo lanzó al otro lado de la calle. Este miércoles ha aplaudido la actitud de Quiles: "Muchas gracias Bertrand Ndongo por tu defensa frente al cerdo de Antonio Maestre. ¿Qué pasa, Antoñito, que con el que te saca una cabeza no te atreves?", señala en un vídeo publicado también en sus redes sociales. "Ndongo ha sido un amigo, además de compañero", proseguía.

PP y Vox se quedan solos en el Congreso

El incidente con Ndongo se produce un día después de que el Congreso, con los votos a favor de todos los grupos salvo del de PP y Vox, diera el primer paso para expulsar de la cámara a estos agitadores mediante sanciones. Hasta la fecha EdaTV, Periodista Digital o la extinta 7NN y sus empleados han aprovechado la falta de regulación en el Congreso respecto a los deberes y los límites para acreditarse en la Cámara Baja—con la autorización del departamento de prensa— para amenazar, insultar y señalar tanto a políticos como a periodistas, manipulando de paso los vídeos para presentarse como las víctimas.

Este mismo martes, los periodistas se vieron forzados a abandonar la rueda de prensa de Patxi López tras las continuas interrupciones de Quiles. La semana pasada, los trabajadores de los medios de comunicación decidieron directamente no acudir a ninguna rueda de prensa más durante esa jornada tras otro incidente protagonizado por Ndongo con la portavoz de Sumar, Verónica Martínez.

Esas actitudes han acabado perjudicando el trabajo del resto de periodistas, que han emitido repetidas quejas dirigidas al departamento de comunicación y a la Presidencia del Congreso a través de la Asociación de Periodistas Parlamentarios. El aumento de los incidentes, que han sino una constante en los últimos años, llevaron a todos los partidos a excepción de PP y Vox a presentar una reforma del artículo 98 del Reglamento para frenar esa deriva y tratar de poner coto a ese tipo de actitudes. Sin embargo, desde la derecha se hizo caso omiso a los incidentes y se acusó al Gobierno de querer censurar a la prensa libre e incómoda.

Sanciones que pueden provocar la revocación definitiva de la acreditación

El texto de la proposición incluye un régimen sancionador que distingue entre infracciones leves, graves y muy graves que pueden llevar desde apercibimientos a la retirada definitiva de la credencial. Con todo, desde la iniciativa se recalca que el objetivo es evitar "comportamientos inaceptables en el ejercicio del periodismo sin que ello conlleve, en absoluto, limitar, restringir o menoscabar el derecho de los medios de comunicación de obtener y difundir información veraz para la ciudadanía".

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Este régimen detalla que las infracciones leves se sancionarán con un apercibimiento y, en su caso, una suspensión de la credencial de hasta diez días hábiles. Las graves, con una suspensión de la credencial de entre diez días y tres meses. Y las muy graves con una suspensión de la credencial de entre tres meses y cinco años o, en su caso, con la revocación definitiva de la credencial. 

Una de las prácticas recurrentes de estos pseudoperiodistas es saltarse los turnos asignados por los jefes de prensa de los partidos, aunque ello implique interrumpir al profesional que está haciendo la pregunta. Una conducta que, con la nueva reforma en vigor, supondría una infracción grave. Además, la reforma del Reglamento señala que los grupos pueden "designar a una persona que coordine sus ruedas de prensa".

También serían infracciones graves "la inclusión de información falsa en la solicitud de la credencial, la grabación de imágenes o audios sin la autorización de la Cámara o fuera de los espacios habilitados para ello, el acceso a espacios reservados, tales como despachos o zonas de reunión, del recinto parlamentario ajenos a los acotados para los representantes de los medios de comunicación sin la preceptiva autorización o la publicación en medios y redes sociales de imágenes obtenidas en contra de la normativa aplicable".

Hace tiempo que los pseudomedios acreditados en el Congreso encontraron un nuevo objetivo al que dirigirse más allá de los políticos de izquierdas: los periodistas. Y, en este caso, no diferencian entre medios de derechas y de izquierdas. Todos son sus enemigos, a su modo de ver. En los últimos meses se han sucedido diversos episodios en los que estos agitadores siguen el mismo manual. Con la cámara y micrófono en mano graban a los comunicadores en la calle, a los que lanzan preguntas sesgadas o, directamente, falsas para generar un encontronazo con el objetivo de dañar la reputación del entrevistado en cuestión.

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