23J | ELECCIONES GENERALES

El pucherazo sin sentido del voto por correo que denuncia Feijóo perjudicaría a la izquierda, que lo pide más

Un hombre en una oficina de Correos de Madrid, este jueves, último día para pedir el voto por correo.

En España, las teorías de la conspiración creadas por la derecha en el pasado —la más destacada es la de que ETA fue quien cometió los atentados yihadistas del 11M están en plena fase de actualización. Hace ahora un año, el vicesecretario de Acción Institucional del PP, Esteban González Pons, puso en duda la labor de la empresa Indra, encargada de gestionar los datos electorales. El día después del 28M, Isabel Díaz Ayuso volvió a dar alas al bulo del fraude cuando el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció el adelanto electoral: “Sánchez se va a ir como llegó, con un intento de pucherazo", aseguró.

En la campaña electoral del 28M tanto el PP como Vox aprovecharon la aparición de varios escándalos en pequeños municipios con el voto por correo para sembrar la duda sobre todo el sistema electoral. Una vez confirmada la victoria de las derechas, se olvidaron enseguida de sus sospechas. Ahora es el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, el que ha abonado la tesis de que en Correos hay un interés para que los votos no lleguen a tiempo y ha reclamado que a los carteros que trabajen "mañana, tarde y noche" para repartir las papeletas a pesar de "sus jefes". La número dos del partido, Cuca Gamarra, fue más allá y dijo que  Correos "tiene todos los datos y no pone todo los medios que le están pidiendo": "Debiera de ser más diligente y, si no lo es, puede parecer que no quiere serlo”, lanzó.

La empresa pública, que el propio Feijóo dirigió desde el año 2000 al 2003 bajo el mandato de José María Aznar, ha pedido "mantenerse al margen de debates que pretenden socavar las instituciones y los servicios públicos del país" y ha defendido "la profesionalidad" de todos sus empleados, asegurando que las horas extras ya están previstas y presupuestadas. "Correos dispone de las partidas presupuestarias necesarias para abonar todos los conceptos retributivos relacionados con las elecciones generales del 23J", reza el comunicado. También se destaca que el proceso de voto por correo es "seguro y garantista"“La Junta Electoral Central, organismo independiente, es el encargado de auditar el proceso y de asegurar que se realiza con todas las garantías para la ciudadanía".

Según los últimos datos conocidos, más de 2,4 millones de personas han realizado la solicitud de voto por correo, lo que supone más del doble de los registrados en las últimas elecciones generales de noviembre de 2019 (997.530). Un aumento que se achaca al periodo de las vacaciones estivales. En las dos últimas elecciones generales el porcentaje fluctuó entre el 3% y el 4%, mientras que ahora se situaría entre el 12 o el 13%. Correos desmiente "bulos" como que haya un problema de colas o aglomeraciones en sus oficinas. El plazo para solicitarlo acabó este jueves y la documentación será enviada, como máximo, hasta el 16 de julio, por lo que el votante dispone hasta el día 20 para entregar su voto.

La izquierda es más proclive a votar por correo

Mientras Feijóo sugiere que al Gobierno no le interesa que se vote por correo, lo cierto es que según los datos demoscópicos es precisamente la izquierda la que más lo solicita, frente a una derecha que prefiere ir a directamente a la urna. Según apunta el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) en su barómetro preelectoral [realizado entre el 30 de junio y el 5 de julio de 2023] los votantes de Unidas Podemos —integrada en Sumar— y los del PSOE son los que más han solicitado el voto por correo o tenían previsto hacerlo.

Concretamente, un 8,2% de los votantes de UP decía que lo había solicitado, una cifra que se reducía al 6,8% en el caso de los votantes socialistas y los de Vox, frente a un 6,4% del PP. Asimismo, el porcentaje de los que pensaban solicitarlo se elevaba al 8% entre le los votantes del espacio de Sumar y al 6,6% de los del PSOE, mientras que solo un 4,5% de los de Vox y un 5% de los del PP optaban por esa vía.

El CIS también pregunta por la alternativa: el voto en persona. En este caso son los votantes de Vox y los del PP —un 87,2% y un 86,8% respectivamente— los que más dicen que acudirán a votar presencialmente el día 23, mientras que los de Sumar no superan el 80%, concretamente son el 79,7%. Por su parte, los votantes socialistas que dicen que sí acudirán a las urnas el domingo electoral son el 83,7% de los encuestados. Los más indecisos también están en el campo de la izquierda: mientras que un 1,9% y un 2,3% de los potenciales votantes del PSOE y Sumar no habían decidido en el momento de la encuesta si irían a votar en persona o no, en el caso del PP y Vox este porcentaje se reducía al 1,3% y 1%.

Los datos del CIS coinciden con los que maneja José Pablo Ferrándiz, doctor en Sociología y director de Opinión Publica de Ipsos España. "Nuestros datos indican lo mismo. Las personas que han solicitado votar por correo, entre un 12% y un 14% de la población total, tienen un perfil más de izquierdas", asegura en conversación con infoLibre. "Esto sucede tanto en el recuerdo de voto, en el que hay más votantes de Unidas Podemos y del PSOE que lo manifiestan así, como en la intención de voto. El PSOE destaca por encima de la media, al igual que Sumar, mientras que PP y Vox se quedan por debajo de esa media", sintetiza

Ferrándiz explica que, en términos de escala ideológica, sucede lo mismo. "Nosotros medimos esa escala del 0 al 10. Las personas que se sitúan entre el 2-3, donde se suelen estar los votantes de Izquierda Unida, de Unidas Podemos y ahora también de Sumar, son los que más dicen que van a votar por correo", asegura. Aun así, el experto matiza que una cosa es decir que vas a pedirlo y otra pedirlo realmente. "Pero los que lo comunican, en general, son más de izquierdas", zanja. Por ese motivo a Ferrándiz le llama la atención que el PP ponga el duda el voto por correo e insinúe que es culpa de Sánchez que las papeletas no lleguen, cuando él precisamente debería ser el más interesado.

Una tesis que también mantiene Cristina Monge, politóloga y doctora por la Universidad de Zaragoza, donde imparte clases de Sociología, que considera "peligrosa" la estrategia del PP. "A Pedro Sánchez lo que más le interesa es que la gente vote, porque su principal problema es que la izquierda está desmovilizada frente a una derecha hipermovilizada", expone.

¿Por qué la izquierda vota más por correo y la derecha prefiere el voto en urna?

Ante estos datos cabe preguntarse por qué la izquierda vota en esta cita electoral más por correo. Pablo Simón, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Carlos III de Madrid, desgrana tres posibles motivos: el "despertar" de la izquierda tras los comicios del 28M; el hecho de que la derecha haya alimentado la teoría del fraude a través de Correos, lo que desincentivaría a los votantes de Vox y PP; y, por último, el perfil sociodemográfico de estos votantes.

Sobre la primera cuestión, Simón cree el dato de petición del voto por correo confirma "algo que ya se estaba viendo en los sondeos, que la izquierda estaba empezando a despertar". En ese sentido explica que la contundente victoria de la derecha el pasado 28 de mayo genera un efecto de indignación en el bloque opuesto, que considera que tiene que ir a votar para evitar un gobierno del PP con la ultraderecha. "Eso se ve en las encuestas, donde la distancia entre bloques pasa de 10 a 6 puntos", asegura.

Sobre la teoría del fraude alimentada por la derecha, el politólogo señala que, precisamente, por ser los dirigentes del PP y Vox los que más han hecho hincapié en esta cuestión frente a una izquierda que defiende el sistema, los potenciales votantes de la derecha "recelan" más del voto por correo. "Están muy enfadados y no se fían de que ese voto vaya a llegar igual a la urna", analiza Simón, al que también le parece preocupante este mensaje contra el sistema.

Por último, sobre el perfil sociológico de los votantes que optan por la vía postal, señala que pedir este voto suele ser más "costoso" y quienes pueden hacerlo con más facilidad son personas jóvenes o con estudios. "Es decir, perfiles que pueden votar más a la izquierda", sintetiza. Simón lo contrapone con las personas mayores, que "piden menos el voto por correo". "La gente mayor y la que está afincada en zonas rurales va a votar el día de las elecciones por norma general y suele ser más conservadora o más bipartidista. Además, la gente joven tiene más facilidades para votar porque maneja sistemas como el certificado digital".

Las insinuaciones del PP, de primero de "trumpismo"

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A los tres expertos consultados les preocupa que la estrategia del PP consista en alentar la teoría del pucherazo. "Están siguiendo el manual de comunicación de Steve Bannon, el ideólogo del trumpismo, sembrando la duda sobre un sistema que funciona bien", analiza Monge. Una estrategia que, a juicio de la politóloga, "encaja más" con Vox. "Es iniciar un camino muy peligroso, pero que el PP ya ha empezado con lo del significante vacío del sanchismo. Están personalizando en un solo sujeto, en este caso Pedro Sánchez, todo lo que está mal", sostiene.

Ferrándiz coincide. "Me parece una irresponsabilidad total y absoluta, parece que están buscando deslegitimar un resultado diferente al que ellos esperan o anticipan todos los sondeos", señala. "Lo único que hacen es confundir y crear sospechas a los ciudadanos sobre el sistema y sobre el resultado, esto es puro trumpismo y todos sabemos cómo acaba, el daño que puede hacer a la cultura democrática de un país puede ser irreparable", reflexiona. El experto afirma que el PP se "aprovecha" de una situación real, que es la alta demanda del voto por correo en estos comicios, lo que ha provocado que Correos pida refuerzos en el personal, para "recrear una realidad alternativa donde se empieza a plantear las reglas del juego del sistema".

Simón, por su parte, señala que lo que busca el PP es "emponzoñar" la campaña de la izquierda. "Lo que quieren impedir es que la izquierda recupere terreno y hable de los temas que le interesan", analiza. "Hablar de las reglas del juego ya reconduce el debate público a otro lado, eso es un poco lo que vivimos al final de la campaña de municipales y autonómicas", rememora.

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