Crisis del coronavirus

El drama de las residencias activa a los partidos ante la posibilidad de una moción de censura en Madrid

Ignacio Aguado e Isabel Díaz Ayuso en sus escaños de la Asamblea de Madrid.

El drama de las residencias en la Comunidad de Madrid crece cada día con nuevas revelaciones que ponen más contra las cuerdas a la presidenta Isabel Díaz Ayuso (Partido Popular) (Partido Popular) y a su consejero de Sanidad, Enrique Ruiz-Escudero. Por mucho que los miembros del Gobierno de coalición PP-Cs se esfuercen en vender que, pese a que los enfrentamientos son cada vez menos disimulados, la salud de la que goza la coalición es buena, en el ambiente político madrileño dos de las expresiones más escuchadas en las semanas son "elecciones anticipadas" o "moción de censura". La primera sólo está en manos de Ayuso, a la que su entorno más cercano anima para adelantarse a un eventual paso de sus rivales políticos. La segunda está en manos del resto de grupos parlamentarios con representación en la Asamblea de Madrid. A saber: PSOE (37 escaños), Cs (26), Más Madrid (20), Vox (12) y Unidas Podemos (7). 

En este contexto, las formaciones políticas repasan las normas de funcionamiento interno de la Cámara Madrileña y el Estatuto de Autonomía de la Comunidad de Madrid para tener atados todos los cabos en el supuesto de que se activen los mecanismos para un posible cambio de Gobierno. Una de las tesis que circula estos días entre los partidos es la de la posibilidad que el socialista Ángel Gabilondo dé el paso registrando la moción con él como candidato —también podría ser otro parlamentario de su grupo—. Y que después de haber abierto el melón, iniciar una negociación con el resto de grupos para estudiar posibles alternativas. La pelota podría quedar en el tejado del vicepresidente, Ignacio Aguado.

El reglamento de la Asamblea refleja que tras el registro de una primera moción, pueden plantearse otras alternativas. Esto permitiría a Ignacio Aguado, por ejemplo,no ser el primero en dar el paso y que después se abriera un periodo de negociación con las fuerzas de la izquierda encaminado a pactar un candidato y permitiendo después que él fuese el más votado.

El artículo 188.2 del reglamento de la Asamblea de Madrid señala lo siguiente: "La moción de censura habrá de ser propuesta, al menos, por el quince por ciento de los diputados, en escrito motivado dirigido a la Mesa de la Asamblea y habrá de incluir una propuesta de candidato a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, acompañada de la aceptación de la candidatura por parte del diputado propuesto". El primer paso, pues, es contar con un candidato y la firma de 20 parlamentarios.

Avanzando en texto, el punto 3 mantiene que "dentro de los dos días siguientes podrán presentarse mociones de censura alternativas, que deberán reunir los mismos requisitos y estarán sometidas a las mismas condiciones de admisión a trámite señaladas en el primer apartado de este artículo". 

Este es precisamente el punto que abriría la puerta a que Aguado intentase ponerse al frente de la Comunidad de Madrid sin que se le señalase como el protagonista de la maniobra contra la presidenta, su socia de gobierno. Sus 26 escaños le permiten cumplir los requisitos sin tener que recurrir a apoyos externos.

En el supuesto de que haya más de un candidato a la moción, cada votación se efectuará por separado en el Pleno. "La aprobación de una moción de censura requerirá en todo caso el voto favorable de la mayoría absoluta —67 diputados— de la Asamblea de Madrid", puede leerse en las normas de funcionamiento de la Cámara. "Si se aceptara una moción de censura, no se someterán a votación las restantes que se hubieren presentado", añade.

Para que el líder de Cs se convirtiese en presidente de la Comunidad de Madrid necesitaría obtener 67 apoyos en la moción y, sobre todo, un acuerdo con el otro u otros candidatos que la hubiesen presentado. "El buen clima que existe con Ciudadanos a nivel nacional permitiría, con casi toda seguridad, el entendimiento entre Gabilondo (37 escaños) y Aguado (26 diputados)", considera un parlamentario del PP. Les faltarían otros cuatro apoyos, que tendrían que ser de Más Madrid o Unidas Podemos.

Fuentes del PSOE son muy cautas. Reconocen conversaciones con Ciudadanos y un acercamiento, que se ve en las votaciones en el Congreso, pero aseguran que una moción de censura en Madrid está "no verde sino muy verde". "Ciudadanos no ha cambiado de la noche a la mañana, aunque se dé esa impresión, y apenas estamos iniciando el deshielo, comenzando el acercamiento político. No hemos hablado de una moción de censura", explica una persona cercana a Pedro Sánchez. Eso sí, el drama de las residencias ha hecho que ya nadie descarte nada. Sobre todo si el clima interno en el Ejecutivo regional sigue deteriorándose o si salen a la luz nuevas revelaciones que ataquen gravemente la gestión de Ayuso. Ese podría ser el detonante. 

Echar a Ayuso como "mal menor"

Un veterano dirigente conservador, con muchos años a sus espaldas en la Asamblea de Madrid, no ve complicado que el ahora vicepresidente de la Comunidad pudiese acabar con los apoyos necesarios: "Si se trata de acabar con Ayuso, que es ahora una de las mayores enemigas de la izquierda, son palabras mayores. Es el mal menor. Otra cosa es cómo fuesen a entenderse Cs y los partidos de izquierda en el día a día". Mientras, en Ciudadanos, no se mueven. A día de hoy niegan que Aguado vaya a apoyar o a registrar cualquier iniciativa que altere un Gobierno que no lleva ni un año en el poder. Y en el PSOE, Gabilondo considera que no es el momento de "mover gobiernos" pero no ha cerrado la puerta a cambios en el futuro.

Como hace Cs con el tema de la moción de censura, en el PP también alejan en público el fantasma de las elecciones anticipadas. Pero la desconfianza en Cs ha crecido de forma importante en las últimas semanas y, cuentan fuentes conocedoras del proceso, que Ayuso cuenta en su entorno más próximo con personas que llevan semanas animándola a que dé el paso antes de que avancen las comisiones de investigación que arrancarán en un futuro sobre el drama de las residencias y las denuncias que ya empiezan a plantear colectivos y familiares de los residentes fallecidos.

En el caso del Partido Popular, la preocupación es anticiparse a un movimiento de sus rivales políticos. En las últimas semanas se han intensificado los contactos entre PP y Cs a todos nos niveles con la crisis en el Gobierno de coalición de la Comunidad de Madrid como base. Y lo que les llega, coinciden las fuentes conservadoras consultadas por este diario, es que el partido naranaja no tiene ninguna intención de hacer caer a Ayuso.

Pero, por otro lado, reciben "señales" que les inquietan. Hace unas semanas, cuando el presidente del Gobierno lanzó desde el Congreso la idea de que los pactos para la reconstrucción a nivel nacional se extendiese a las comunidades autónomas, en sectores del PP sonó a invitación a que Cs abandonase sus gobiernos de coalición para buscar otro tipo de mayorías con los socialistas. También preocupan los últimos pactos entre la dirección nacional de Cs y Pedro Sánchez para las prórrogas del estado de alarma y la nueva normalidad. Y la reunión de este viernes, en la Moncloa, entre el portavoz adjunto en el Congreso, Edmundo Bal, la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, y la ministra de Política Territorial y Administraciones Publicas, Carolina Darias. Cita a la que, por parte de Ciudadanos, se sumaron la secretaria general, Marina Bravo, el vicesecretario general primero, Carlos Cuadrado, y el vicesecretario general adjunto, José María Espejo. Y por parte del ejecutivo, el secretario de estado de Relaciones con las Cortes, José Antonio Montilla, y el secretario general de la Presidencia, Félix Bolaños.

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Todo, en un contexto en el que, como adelantó eldiario.es, ha citado recientemente en la Moncloa a Ángel Gabilondo, para interesarse por la situación en la Comunidad de Madrid. Las fuentes conocedoras del encuentro, citadas por este medio, aseguran que no se abordó la posibilidad de presentar una moción de censura aprovechando el distanciamiento entre Ayuso y Aguado por lo complicado de la aritmética parlamentaria.

En el PP también miran estos días el reglamento y hay voces que sugieren que desde que entra la moción de censura en el registro de la Asamblea hasta que la admite a trámite la Mesa de la Cámara habría cierto margen de maniobra para que Ayuso disolviese y convocase comicios autonómicos.

El artículo 21.2 del Estatuto de autonomía de la Comunidad de Madrid señala lo siguiente: "El presidente no podrá acordar la disolución de la Asamblea durante el primer período de sesiones de la legislatura, cuando reste menos de un año para la terminación de la legislatura, cuando se encuentre en tramitación una moción de censura o cuando esté convocado un proceso electoral estatal. No procederá nueva disolución de la Asamblea antes de que transcurra un año desde la anterior". 

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