Conciliación

Escuelas abiertas once meses al año y doce horas al día: ¿conciliación familiar o prioridad laboral?

Alumnos y alumnas del Colegio La Enseñanza de Logroño se dirigen a sus aulas en el primer día del nuevo curso escolar.

Colegios abiertos desde las 7:00 hasta las 19:00, del 1 de septiembre al 31 de julio. Fue la iniciativa planteada por el portavoz del PSOE en la Asamblea de Madrid, Juan Lobato, durante el debate del estado de la Comunidad de Madrid. Una propuesta que tendría un coste de unos 35 millones de euros al año, según cálculos del partido, y que supondría contratar a unos 3.000 monitores para trabajar durante 11 meses y en torno a 20 días lectivos cada mes.

Esta iniciativa reabrió un antiguo debate sobre si los colegios deben facilitar la conciliación entre la vida laboral y familiar de los padres y madres, aunque las escuelas no estén pensadas para eso ni sea esa su función principal. A juicio de Laura Baena, presidenta de la asociación Yo no renuncio y fundadora del Club de Malasmadres, "la conciliación no se puede abordar así": "Este tipo de medidas aisladas, que no responden a un plan más amplío y que no tienen en cuenta las necesidades de las familias y la perspectiva de la infancia perpetúan el modelo actual existente que no funciona, que no es sostenible y que no tiene futuro", apunta en conversación con infoLibre.

Baena asegura que "los cuidados no van a desaparecer porque los colegios abran hasta las 19 horas": "Tenemos una tasa de natalidad bajo mínimos y lo que necesitamos las madres es reconocimiento y apoyo para que la renuncia no sea una solución. Que los horarios escolares tengan que adaptarse a los horarios laborales tiene que verse como un fracaso del sistema", sintetiza.

Una opinión que comparte Diana Oliver, periodista y autora del libro Maternidades precarias (Arpa, 2022). Oliver cree que la propuesta de Lobato es un "un parche más" a "eso que llaman conciliación, que nadie sabe bien qué significa": "Poco o nada va a solucionar, más que seguir dejando a los niños aparcados en los colegios", apunta. "A mí me parece que no está destinada a conciliar, sino en seguir primando lo laboral por delante de la infancia y las necesidades de los niños, frente a las personas adultas que tienen que trabajar", añade.

Sin embargo, Mari Carmen Morillas, presidenta de la federación de asociaciones de familias de Madrid, la FAPA Giner de los Ríos, no ve con malos ojos la propuesta. "Desde la FAPA llevamos reivindicando y proponiendo la apertura de los centros educativos como espacios públicos abiertos a la ciudadanía, ya que esas infraestructuras quedan inutilizadas cuando acaban periodos lectivos. Nos parece positivo que se puedan realizar diferentes actividades", sostiene.

Con todo, Morillas también identifica un problema de conciliación familiar y laboral, al igual que las dos expertas anteriormente citadas. "Ahí tenemos una problemática que requiere de políticas claras por parte de la administración. Las soluciones se tienen que buscar desde ahí, en base a esta necesidad". Es más, la presidenta de la FAPA Giner de los Ríos cree que quienes tienen garantizada esa conciliación familiar y laboral son las familias "con recursos económicos" o "con redes familiares". Por ese motivo cree que utilizar las escuelas como espacios abiertos con talleres gratuitos es una idea interesante a explorar, tanto para los niños como para los adultos.

La fundadora del Club Malasmadres también cree que "quien usara esta medida lo haría por necesidad y no por elección": "No estamos teniendo en cuenta con propuestas así los cuidados y la salud de las mujeres madres. No estamos favoreciendo la maternidad. Y mucho menos estamos teniendo en cuenta los derechos del menor, que necesitan a sus padres, que necesitan tener tiempo con sus progenitores en su día a día", lanza. Un planteamiento que comparte la periodista Diana Oliver: "Los niños donde mejor están es en el ambiente familiar y con sus familias", zanja.

La productividad laboral por delante de los cuidados

España tiene un grave problema de conciliación que sufren, sobre todo, las mujeres, que se encargan del 70% de las tareas de cuidados. El cierre de colegios mostró que, sin ellos, resulta casi imposible conciliar, aunque los padres o madres puedan teletrabajar. En este sentido, hay medidas fundamentales en el ámbito laboral: flexibilidad horaria, permisos de maternidad cuando un hijo o hija enferma, teletrabajo con perspectiva de género cuando el puesto lo permite, reducción de los turnos partidos, bolsas de horas corresponsables, programas de reincorporación laboral para mujeres que paran su carrera por cuidar a sus hijos o hijas.

Estas son las medidas que, a juicio de las expertas, se tendrían que potenciar frente a la propuesta de seguir priorizando la productividad. "¿Alargar jornadas? ¿No ver a sus hijos e hijas? ¿Estas medidas les ayudan de verdad o las hunden para siempre en la desigualdad y la precariedad laboral, ampliando la brecha social entre las familias que pueden pagar un cuidador o cuidadora en casa y las que dejan a sus hijos e hijas 12 horas en los colegios? No olvidemos que ya existen esos ratitos de más en los colegios, que tienen un coste, por supuesto", aporta Baena.

Oliver teme que medidas de este calado se "normalicen" como ya sucedió con los horarios de los comercios. "Cuando empezaron a abrirse comercios dese las nueve de la mañana a las nueve de la noche, domingos incluidos, esto se veía como una oportunidad laboral para muchas personas: más horas equivalía a más trabajo", rememora. Sin embargo, cree que años después se ha demostrado que este tipo de medidas precarizaron el sector del comercio y, eventualmente, acabaron perjudicando a los trabajadores. "Tendríamos que ver las condiciones de esos monitores y los horarios que realizarían. No creo que este tipo de ocurrencias se puedan lanzar a la ligera".

¿Están los colegios preparados?

Otra de las cuestiones que ha resurgido al hilo de este debate es la temperatura en las aulas y si, realmente, están acondicionadas para los meses de verano. El pasado mes de junio, Más Madrid presentó una proposición de ley de aulas bioclimáticas, rechazada por PP y Vox. Baena no cree que los colegios estén preparados para hacer frente a estos nuevos horarios. "La inversión sería muy grande y por eso mismo creo que el presupuesto debería destinarse a medidas que impacten en el cambio de paradigma laboral que necesitamos y sobre el que reflexionamos muchas organizaciones durante la pandemia", apunta.

La presidenta de la federación de asociaciones de familias de Madrid también asegura que hay que hacer una inversión tanto en infraestructuras como en personal. "Pero ya no solo para los meses de verano, sino también para los de invierno", puntualiza. "Desde FAPA estamos pidiendo un plan de salud ambiental, donde se aborde la cuestión de la climatización de los centros educativos".

Entre las soluciones, la organización ECODES propone la mejora del aislamiento de tejados y fachadas, el cambio de ventanas, el uso de técnicas pasivas de ventilación, la instalación de equipos de climatización, la instalación de paneles solares fotovoltaicos para el autoconsumo de energía comunitario o el incremento de la vegetación en los patios de recreo para generar zonas de sombra. 

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