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El futuro del PSOE

Felipe González asegura que ya es “imposible” hablar de gran coalición

Felipe González y Alfredo Pérez Rubalcaba, durante el desayuno informativo de este 8 de mayo de 2015, en el hotel Palace de Madrid.

"En este momento, PSOE y PP juntos ya no son una gran coalición". Es la reflexión de Felipe González. Su análisis actual de un debate que le ha perseguido desde hace más de un año y que él mismo alimentó al ofrecerlo como una posibilidad. En síntesis, lo que cree el expresidente del Gobierno es que el debilitamiento electoral de los dos grandes partidos, por la irrupción de Podemos y Ciudadanos, hace ya "imposible" hablar de gran coalición, tanto porque los números no dan como porque el que quedase segundo (sea PSOE o PP) y apoyase al primero estaría "cediendo la definición de alternativa" a los emergentes.

González protagonizó este viernes de arranque de campaña de las autonómicas y municipales del 24 de mayo un concurridísimo desayuno informativo organizado por Nueva Economía Fórum en el que fue presentado por el último secretario general socialista y miembro de sus Gobiernos, Alfredo Pérez Rubalcaba. En esta ocasión, el expresidente no se salió demasiado de tiesto ni emitió unas declaraciones molestas para su partido en plena campaña, como sí ocurrió justo hace un año, a las puertas de las elecciones europeas. Y precisamente por su defensa de la gran coalición, en la que coincide con Juan Luis Cebrián, presidente de El País, también presente en el acto, en la mesa presidencial, en la que también se sentaba el número dos del PSOE, César Luena. También asistieron la secretaria de Igualdad, Carmen Montón; el candidato a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, Ángel Gabilondo, y el expresidente del Congreso José Bono, entre otros.

El exmandatario, para empezar, desmintió que propusiera un escenario de gran coalición en Andalucía, ahora que Susana Díaz, pese a ganar en las urnas el 22 del marzo, sigue sin ser investida presidenta por la negativa de los cuatro partidos de la oposición (PP, Podemos, C's e IU) a facilitar la gobernabilidad. "No tengo ni idea de por qué dicen que propongo un pacto con el PP en Andalucía. A lo mejor lo he soñado en algún momento y no lo recuerdo al despertar", ironizó. Enlazó con que le endosan ese planteamiento por lo que dijo hace un año en una entrevista en El objetivo, el programa de La Sexta dirigido y presentado por Ana Pastor, en el que defendió que si fuera "necesario", por los "intereses generales de la sociedad", podría plantearse esa gran alianza de PSOE y PP, que él ya entonces no veía "posible, y mucho menos probable". Aquellas declaraciones generaron una enorme irritación en el partido, sumergido como estaba en campaña electoral, y Rubalcaba de hecho tuvo que salir enseguida a sofocar el incendio.

La "pequeña coalición"

González explicó en el desayuno este viernes en el hotel Palace de Madrid que en aquel momento, en mayo de 2014, "se podía hablar de gran coalición", porque las dos grandes fuerzas aún sumaban. Pero ya no es el caso, según indican todas las encuestas, así que es "imposible" concebirla. "Pero imaginen que hubiera esa pulsión al acuerdo –sugirió a los presentes–. Cualquiera de los dos partidos que acuerden en este escenario y con el que se nos viene encima definirá por exclusión esa alternativa a esa coalición fuera de la coalición".

Si PSOE y PP quedan muy próximos, siguió, en que uno obtiene el 26% y el otro el 24%, como ayer pronosticaba el CIS, el que se situara segundo y pactara con el primero se encontraría con que tendría que "ceder la definición de alternativa" a Podemos o Ciudadanos. Además, más que de gran coalición habría que hablar de "pequeña coalición", dijo.  "A ver quién se mete en esa aventura", alertó. 

Si PSOE y PP quedan muy próximos, siguió, en que uno obtiene el 26% y el otro el 24%, como ayer pronosticaba el CIS, el que se situará segundo y pactara con el primero se encontraría con que tendría que "ceder la definición de alternativa" a Podemos o Ciudadanos. Además, más que de gran coalición habría que hablar de "pequeña coalición", dijo. Además, lanzó un mensaje a quienes crean que un acuerdo así podría salvar el bipartidismo y frenar el impulso de las nuevas formaciones: "No hagamos la estupidez ciega de pensar que prietas las filas vamos a evitarlo, al contrario". De todas formas, en la nueva coyuntura habrá que "aprender a dialogar y pactar", porque España "necesita reformas muy, muy serias", sobre todo para atender la crisis institucional, que está "intacta". "Aquí lo único que ha cambiado es el viejo rey por un nuevo rey", soltó. 

Teniendo tan calientes los datos del CIS –tanto el barómetro de abril, que atribuyó al PP en generales un 25,6%, por el 24,3% del PSOE, el 16,5% de Podemos y el 13,8% de C's, como la macroencuesta de autonómicas y municipales–, era inevitable la pregunta. González respondió que el PSOE sigue una tendencia "ascendente", mientras el PP sigue en caída. Su previsión es que el marco político se juega a cuatro fuerzas que se moverán entre el 15% y el 30% de los votos: dos que quedarán más cerca del 30% (las dos grandes, con un PSOE que tiene a su alcance convertirse en "primera fuerza") y otras dos (los emergentes) algo por debajo. Un cuadro que también percibe Rubalcaba, según reconoció a los periodistas a la salida del desayuno.

Política a la italiana

La pelea del PSOE, dijo, "no es con Podemos". "Yo no creo que sea con nadie –precisó–, porque tiene vocación mayoritaria". Sí ha de "tener en cuenta el escenario" a cuatro, como "sería bueno" que lo tuviera en cuenta el PP, manifestó. De hecho, el "error" del partido de Mariano Rajoy ha sido "ceder el espacio del centro pensando que el PSOE iba a estar distraído por Podemos y se iba a olvidar del centro". Pero ahora ha irrumpido C's, y a un votante que quiera castigar al PP le puede resultar menos "violento" apostar por Albert Rivera que saltar al PSOE, añadió.

En resumidas cuentas, se trata de un escenario más complejo. "Nos faltarán italianos para gestionar", ironizó, aludiendo a la fragmentación del voto en el país transalpino y los tradicionales problemas de gobernabilidad. En cualquier caso, España está viviendo, a su juicio, en un "fin de ciclo", en el que hay "fuertes" deseos de "cambio" y dos pulsiones contrapuestas, la "liquidacionista" y la "inmovilista". Dos polos que ya describió en el mitin de clausura de la Conferencia Municipal del PSOE, el pasado 12 de abril.

Este viernes explicó más su planteamiento. Por "liquidacionista" no se refiere sólo a los emergentes. Es más, estos, como "no se han estrenado", tienen margen para decir hasta "tonterías" que se les pueden "perdonar", como apostar por el contrato único (caso de Albert Rivera) o por un programa de Gobierno que sea suma de "todas las indignaciones" (caso de Pablo Iglesias). También es aplicable ese adjetivo, dijo, a partidos como CiU y a dirigentes como Artur Mas, al afirmar que se abrirá el proceso independentista si las fuerzas soberanistas suman "un escaño más". "Estos no son fuerzas emergentes, son partidos que tienen experiencia democrática. Imagínense el componente de irracionalidad al que lleva el liquidacionismo en cualquiera de sus formulaciones".

Mejor "empoderar a los ciudadanos" desbloqueando listas

Entre esas dos posturas debe estar el PSOE, apuntó, aun a sabiendas de que "el espacio intermedio es difícil de ganar". Juicio que también vale, por cierto, para el PSC, a quien aconsejó no abandonar las tesis federalistas.

El debate sobre la posición del PSOE llevaba también a la valoración de su líder, Pedro Sánchez. Se preguntó a González si creía que le adornaban las cualidades necesarias para ser presidente del Gobierno. "Sí, yo creo que sí. Y si me dicen '¿y comparado con quién?', creo más todavía que sí", replicó. El expresidente salía de nuevo a defender al secretario general. De hecho, él es ahora uno de sus principales apoyos, pese a que como él mismo confesó en el cierre de la Conferencia Municipal, apostó por Eduardo Madina en el congreso federal del año pasado. Justo el camino inverso al recorrido por José Luis Rodríguez Zapatero, que respaldó a Sánchez en aquellas primarias internas pero ha acabado alejándose de él. También Susana Díaz se ha distanciado mucho del secretario general.

En la Conferencia Municipal, González llamó a los suyos a respaldar a Sánchez, por "cultura de partido". Hoy contorneó más sus palabras: hay que apoyarlo por "cultura democrática", puesto que cuando uno pierde ha de dar cobertura al vencedor. "Si uno pierde una votación y se queda en minoría tiene que respetar a la mayoría y apoyarla y no considerar la pérdida como la primera vuelta de lo que va a ganar en la segunda que exige ya. Es una broma", argumentó, recalcando que hay que "tomarse en serio las cosas" y "darle estabilidad" y "oportunidad" a los que han ganado. "Susana Díaz, con distinto énfasis, dijo respecto al secretario general, lo mismo que yo en ese congreso", agregó.

Tras el 24-M, el PSOE abrirá el proceso de primarias a la Moncloa. González sostuvo que si el partido se ha "comprometido" a hacerlas, "que las haga", aunque él es partidario de que se exijan por ley a todas las fuerzas políticas, porque en el PP, por ejemplo, no es que Rajoy se haya postulado, es que "se ha designado candidato". Cuando se convoquen, adelantó que no le oirán sus "preferencias" para no interferir y porque está "harto de perder". De cualquier modo, él cree que es mejor "empoderar a los ciudadanos" desbloqueando las listas electorales, haciendo que puedan marcar sus favoritos o tachar al que rechacen, que el sistema de elección de candidatos.

Preguntado sobre si entre las reformas pendientes se encuentra el debate pendiente de república y monarquía: "Yo soy republicano, pero creo que nos va muy bien con una monarquía constitucional. Yo no me metería en una reforma absolutamente innecesaria, me parece una pérdida de tiempo", una "batalla que no afecta a la vida de los ciudadanos". 

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"Coraje" para defender a Chaves y Griñán

Durante la conferencia, afloró también la imputación de los expresidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán. Pidió "coraje" para defender a ambos y solicitó una "justicia justa", y no "ejemplar". González pidió diferenciar entre quienes "se enriquecen con dinero público y quienes no lo hacen", porque se mete a todos "en el mismo saco", en una "banalización" exagerada. "Imaginemos que Chaves o Griñán, o Magdalena [Álvarez], que está presente, se han equivocado. Imaginemos, cosa que no creo que sea verdad, pero eso da igual, pero bueno todo el mundo es consciente de que no se han enriquecido [...].Todo el mundo que les conoce. Porque el resto de los ciudadanos piensa que son tan golfos como los que se han llevado millones de euros fuera del país", ilustró. "Y si seguimos con ese tratamiento de la cosa, estamos destruyendo los valores morales que sustentan la convivencia", avisó el expresidente.

Al desayuno informativo acudieron rostros conocidos como los exministros Carlos Solchaga, José Barrionuevo y la propia Magdalena Álvarez o el ex fiscal general del Estado Cándido Conde-Pumpido o el presidente de la gestora del PSM, Rafael Simancas. 

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