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Felipe VI y Juan Carlos: parecidos y diferencias en sus discursos

Felipe VI es aplaudido por la reina Letizia y la princesa Leonor, tras su discurso de proclamación, este 19 de junio en el Palacio del Congreso.

En su primer discurso como rey, Felipe VI quiso dejar clara su impronta. No en vano insistió en ofrecer una "monarquía renovada para un tiempo nuevo". En los 25 minutos que duró pronunció hasta en trece ocasiones la palabra "ciudadanos", se refirió a las mujeres, al medio ambiente y dijo esperar que este siglo se avance en la eliminación de las discriminaciones.

Sin embargo, al igual que lo hizo su padre hace más de 38 años [ver su discurso completo, aquí], también ensalzó el sistema constitucional, hizo referencias a Europa e intentó mostrarse sensible con la difícil coyuntura económica del país. Mientras Juan Carlos I llamó a la unidad de las dos Españas herederas de la Guerra Civil y la posterior dictadura, Felipe VI defendió "todas las formas de sentirse español" en un país en que, dijo, "cabemos todos". 

infoLibre resume a continuación cuáles son las principales similitudes y diferencias que existen entre el discurso que marcó el inicio del reinado de Juan Carlos I y el que pronunció este jueves Felipe VI. 

Las similitudes

Los agradecimientos a los españoles y a sus respectivos progenitores estuvieron presentes en los discursos que marcaron el principio de los reinados de los Borbones tras la recuperación de la democracia, separados ambos por 38 años y medio. Juan Carlos I se refirió a su padre como la persona que le había enseñado que "el cumplimiento del deber está por encima de cualquier otra circunstancia". Este jueves, el recién proclamado rey alabó el, a su juicio, "legado político extraordinario" que deja el reinado de su progenitor. Y tuvo también unas emocionadas palabras para su madre, la reina Sofía, de la que resaltó su "dignidad y sentido de la responsabilidad". 

Felipe VI expresó este jueves su "compromiso como rey constitucional" y llamó a "fortalecer nuestra cultura democrática". Aunque en ningún momento su predecesor pronunció la palabra democracia, sí hizo alusiones a la "concordia nacional" y a su voluntad de liderar una institución que integrara a todos los españoles. Es importante reseñar que entonces Juan Carlos intervino ante unas Cortes franquistas hostiles a cualquier asomo de apertura. Casi todo hombres, de luto por la muerte de Franco. En ambas alocuciones hubo también alusiones al respeto al cumplimiento de las leyes que debe guardar la Corona.

Primer discurso íntegro del rey Felipe VI

Ambos hicieron también referencias a Europa. En 1975 Juan Carlos I dijo que la idea deEuropa debía contar con España, "pues los españoles somos europeos". "Que ambas partes así lo entiendan y que todos extraigamos las consecuencias que se derivan es una necesidad del momento", señaló, cuando todavía ni se había comenzado el proceso de integración en la CEE. Su hijo, por su parte –que no se olvidó de los lazos históricos y económicos que unen a España con América Latina– dijo que "de la misma manera que Europa fue una aspiración de España en el pasado, hoy España es Europa" y el deber de los españoles es "ayudar a construir una Europa fuerte, unida y solidaria, que preserve la cohesión social, afirme su posición en el mundo y consolide su liderazgo en los valores democráticos". 

La realidad de los tiempos manda y Felipe VI no dejó pasar la oportunidad de deslizar señales de que es sensible a la difícil coyuntura del país. En este sentido, tuvo un recuerdo para los ciudadanos a los que "el rigor de la crisis económica ha golpeado duramente hasta verse heridos en su dignidad como personas". De hecho, hasta en trece ocasiones pronunció el nuevo rey la palabra "ciudadanos". Su padre sólo la dijo una vez. No obstante, Juan Carlos I sí se refirió a las condiciones de vida de los españoles. "No queremos ni un español sin trabajo, ni un trabajo que no permita a quien lo ejerce mantener con dignidad su vida personal y familiar, con acceso a los bienes de la cultura y de la economía para él y para sus hijos", proclamó.

Las diferencias

Era prácticamente inevitable en el actual momento histórico no hacer referencia alguna al desafío soberanista en Cataluña. En este sentido, el heredero de Juan Carlos insistió en que en España "cabemos todos" y defendió "todas las formas de sentirse español". "Los sentimientos, más aún en los tiempos de la construcción europea, no deben nunca enfrentar, dividir o excluir, sino comprender y respetar, convivir y compartir", aseveró. También hubo alusiones a la unidad de España en 1975, aunque el contexto era completamente diferente. En este sentido, Juan Carlos I basó su discurso en la intención de convertir la monarquía en protagonista de la integración de las dos Españas herederas de la Guerra Civil y la posterior dictadura franquista. "Si todos permanecemos unidos, habremos ganado el futuro", remachó.

El nuevo rey acabó su discurso con una referencia a la pluralidad lingüística del Estado español al pronunciar en castellano, catalán, euskera y gallego un escueto "muchas gracias". En 1975, su padre sólo había hablado en español. Aunque se ofreció a "escuchar, comprender, advertir y aconsejar", Felipe VI dejó claro que "un rey debe atenerse al ejercicio de las funciones que constitucionalmente le han sido encomendadas", lo que se interpretó como una negativa a a las peticiones que recibió en las últimas semanas de sectores de la sociedad catalana para que medie en la crisis abierta entre los Gobiernos central y autonómico.

En el discurso de Juan Carlos I, pronunciado sólo días después de la muerte de Francisco Franco, hubo palabras de elogio para el dictador, al que el entonces recién proclamado rey se refirió como un "soldado y estadista" al que expresó su "respeto y gratitud". Por el contrario, Felipe VI se felicitó por haber superado, como sociedad, "tiempos de tragedia, de silencio y oscuridad". 

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Mensaje de Felipe VI en su proclamación como rey (PDF)

Proclamación de Juan Carlos I en 1975

Juan Carlos I, en un su primera intervención pública como monarca, pidió a Dios "ayuda" y se declaró "profundamente católico". Por el contrario, Felipe VI no hizo alusión alguna a sus creencias. Tampoco había en el Congreso ningún símbolo religioso, ni sucedió a su proclamación una misa de entronización, como sí los hubo en 1975.

Sí se refirió Felipe VI –algo que no hizo su padre– a las mujeres, de las que dijo esperar que su papel se afiance en este siglo XXI. Un momento histórico en el que, a su juicio, también debería tomar importancia el medio ambiente o la eliminación de las discriminaciones. Otro de los aspectos que llamó la atención de las palabras de Felipe VI fue su referencia a los poetas Antonio Machado, Salvador Espriu, Gabriel Aresti y Alfonso Daniel Rodríguez Castelao, casi todos vinculados en cierta manera a la memoria republicana y referentes indiscutibles de las letras en las cuatro lenguas del Estado. 

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