Los Franco abren la Casa Cornide al público el mínimo legal tras años de insumisión

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La familia Franco acaba de activar una página web en la que se pueden reservar visitas a la Casa Cornide, en la Ciudad Vieja de A Coruña, después de que en otoño de 2023 fuese declarada Bien de Interés Cultural (BIC), condición que implica la apertura del edificio al público, algo que no se había cumplido y que provocó que los herederos del dictador fueran sancionados por la Xunta. Todo ello a pesar de que, para intentar evitar la multa, alegaron que residían temporalmente en este inmueble histórico.

Los Franco abren la Casa Cornide con el tiempo y el número de visitantes mínimos que les permite la ley: solo los lunes y veinte personas como máximo

Tras años de movilizaciones y demandas para que el edificio volviera al patrimonio público —también por parte del Ayuntamiento, que inició formalmente el procedimiento para su recuperación hace poco más de un año— los Franco permiten ahora la posibilidad de visitarlo. Será un único día a la semana, los lunes, en una franja horaria de 9 a 13 horas, permitiendo la entrada de un máximo de cinco personas por hora. Es decir, un máximo de 20 visitantes a la semana, el mínimo legal que exige la normativa de la Xunta para los inmuebles catalogados como BIC.

Tal como se explica en la propia web, solo se admitirán reservas realizadas con al menos 24 horas de antelación y durante la visita no se permitirá tomar imágenes, vídeos ni grabaciones de sonido. Para los próximos días 4 y 11 de agosto, no quedan plazas disponibles para unas visitas que se activaron sin ser comunicadas oficialmente a las administraciones ni difundidas a la ciudadanía, un proceder similar al que los herederos de Franco ya practicaron con el Pazo de Meirás cuando todavía era de su propiedad y antes de que fuese recuperado para el uso público tras una sentencia histórica.

Al igual que hicieron con el Pazo de Meirás, los Franco optaron por la insumisión y buscaron distintas vías para no abrir la Casa Cornide al público, lo que les costó una multa de 3.000 euros por parte de la Xunta

Desde poco después de que la Casa Cornide fuese declarada BIC, la familia Franco intentó por varios medios no abrirla, como alegar que se trataba de su residencia “temporal”, tratando así de acogerse a una excepción de la Ley de Patrimonio Cultural que la Consellería de Cultura no aceptó.

Al no lograrlo por esa vía, optaron por el incumplimiento, hasta que, tras diversas reclamaciones en las que participaron la Comisión por la Recuperación de la Memoria Histórica (CRMH) y la Valedora do Pobo, la Xunta terminó imponiéndoles una multa de 3.000 euros por infringir la Ley de Patrimonio Cultural. Una sanción que finalmente se hizo firme.

En el caso del Pazo de Meirás, los Franco también recurrieron a la insumisión por múltiples vías. Desde bloquear el acceso a las torres, pese a estar obligados a permitir visitas, hasta usarlas como púlpito para ensalzar al militar golpista. Hasta que el inmueble volvió a manos públicas.

Ese es también el objetivo en el caso de la Casa Cornide. Fue en mayo del pasado año cuando el pleno municipal de A Coruña aprobó por unanimidad —con los votos de PSdeG, PP y BNG— una propuesta para revisar los acuerdos plenarios de 1962 que permitieron la usurpación de la Casa Cornide por parte de la familia Franco. La anulación de esos acuerdos es clave para poder presentar la demanda judicial, después de que el Estado advirtiera que no tenía base legal para reclamar el inmueble y dejara la responsabilidad en manos del Ayuntamiento.

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La Casa Cornide fue adquirida en 1948 por la Dirección General de Bellas Artes del Ministerio de Educación. Con Alfonso Molina como alcalde, pasó a ser propiedad municipal mediante un expediente iniciado en 1958 y formalizado en junio de 1962 a través de una permuta con el Ministerio de Educación Nacional, que recibió a cambio una parcela municipal en San Roque/zona escolar.

Una compraventa "simulada"

Pocos días después de esa permuta, Sergio Peñamaría (que sucedió a Alfonso Molina como alcalde el 19 de mayo de 1959) tramitó la venta y el pleno del 3 de julio de 1962 aprobó la venta del palacio y también las bases para una subasta que se celebró un mes más tarde. Pedro Barrié de la Maza ganó la subasta celebrada el 2 de agosto de 1962 y adquirió la Casa Cornide por 305.000 pesetas. Esa misma tarde el pleno informó de que Barrié solicitaba transmitir la propiedad a Carmen Polo. Tres días después, Barrié completó la operación y vendió la casa a Carmen Polo por 25.000 pesetas, como consta en la escritura.

Un informe jurídico encargado por el Ayuntamiento a la UDC —y que sirvió de base para iniciar la reclamación judicial del inmueble— advirtió de la ilegalidad de los procedimientos de permuta, subasta pública y posterior venta de la Casa Cornide, y señaló la “simulación” en la compraventa, una estratagema idéntica a la que la justicia identificó en el caso del Pazo de Meirás.

La familia Franco acaba de activar una página web en la que se pueden reservar visitas a la Casa Cornide, en la Ciudad Vieja de A Coruña, después de que en otoño de 2023 fuese declarada Bien de Interés Cultural (BIC), condición que implica la apertura del edificio al público, algo que no se había cumplido y que provocó que los herederos del dictador fueran sancionados por la Xunta. Todo ello a pesar de que, para intentar evitar la multa, alegaron que residían temporalmente en este inmueble histórico.

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