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Memoria histórica

El Gobierno tira la toalla y admite que incumplirá su promesa de retirar las medallas pensionadas

El expolicía Antonio González Pacheco (izda.) en una fotografía tomada en 1981.

El Gobierno desiste en su intento de despojar de sus condecoraciones a todos aquellos policías “indignos” de merecerlas. Con el reloj electoral corriendo, el Ejecutivo de Pedro Sánchez da por muerta la vía estudiada para retirar al exagente de la Brigada Político Social Antonio González Pacheco, más conocido como Billy el Niño por sus brutales técnicas de interrogatorio, las cuatro medallas al Mérito Policial que le fueron concedidas entre 1972 y 1982 y que llevan aparejadas un incremento del 50% sobre la pensión vitalicia que en la actualidad cobra este viejo policía. Fuentes del Ministerio del Interior consultadas por infoLibre dan por “seguro” que “el final de la legislatura” dejará en el tintero una de las promesas estrella del Gobierno socialista en materia memorialista. “Este Ejecutivo ha suscitado esperanzas y expectativas y luego, en el campo de la memoria, todo se ha quedado en humo”, se quejan en conversación con este diario algunas de las víctimas de Billy el Niño, sobre el que pesan numerosas denuncias por torturas.

El caso del expolicía de la Político Social, investigado junto a otros viejos agentes franquistas en el marco de la denominada querella argentina que instruye desde Buenos Aires la jueza María Servini, saltó a la arena política el pasado mes de mayo, cuando el Gobierno de Mariano Rajoy confirmó que González Pacheco llevaba cuatro décadas cobrando un plus del 15% sobre su pensión vitalicia gracias a la Medalla de Plata al Mérito Policial que le había concedido en 1977 el entonces ministro de la Gobernación, Rodolfo Martín Villa. El asunto fue llevado al Congreso de los Diputados, donde el exministro del Interior Juan Ignacio Zoido aseveró, ante la atenta mirada de las víctimas de Billy el Niño que se encontraban en el hemiciclo, que su Ejecutivo no había valorado retirar dicha condecoración. Es más, añadió que no había “justificación legal” para hacerlo. “Ojalá el ministro que nombre el PSOE retire esa medalla a ese malnacido”, replicó el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, en referencia a la moción de censura que saldría adelante pocas horas después.

Nada más llegar a la Moncloa, el nuevo Gobierno socialista presentó sus dos principales caballos de batalla en materia de memoria histórica. El primero, la exhumación del dictador Francisco Franco del Valle de los Caídos, recayó en manos del Ministerio de Justicia. Del segundo, la retirada de las condecoraciones, se ha encargado Interior. El ministro del ramo, Fernando Grande-Marlaska, fue tajante desde el primer momento aseverando que las medallas “son una manifestación de una conducta ejemplar, excepcional hacia la ciudadanía, hacia la sociedad”, un conjunto de méritos que en su opinión “no existía” en el caso de Billy el Niño. Por ello, una de las primeras decisiones que tomó nada más llegar al cargo fue solicitar a los servicios jurídicos “los informes oportunos” para analizar los “requisitos” y “posibilidades” para quitar los distintivos al exagente. Una retirada a la que también se comprometió el propio Pedro Sánchez en los acuerdos que selló con Iglesias el pasado mes de septiembre.

Retirada en un cajón “por el final de la legislatura”

Los expertos en Derecho Administrativo han avisado en todo momento de que la cuestión era mucho más compleja de lo que parecía porque “dejar sin efecto un acto administrativo” favorable para un ciudadano es algo que “está sometido a procedimientos muy rigurosos y garantistas”. Pero el Ejecutivo no parecía dispuesto a pisar el freno. Así, el pasado mes de octubre, Grande-Marlaska aseguró que “el texto normativo” para retirar “todo reconocimiento” ya estaba listo. “La cuestión ahora es ver como se plantea, en qué texto legal. Si a través de un anteproyecto o de una proposición de ley”, apuntó el ministro del Interior pocos días después de que laSexta desvelara unas imágenes en las que se podía ver al expolicía de la Político Social celebrando, copa en mano y rodeado de otros agentes, el patrón de la Policía Nacional en la comisaría del distrito madrileño de Ciudad Lineal, imágenes que obligaron a Interior a abrir un expediente al comisario José Manuel Mariscal de Gante.

A pesar de que todo parecía encarrilado, las expectativas comenzaron a enfriarse el pasado mes de enero, cuando el Gobierno señaló en una respuesta parlamentaria que seguía estudiando y analizando “el actual marco normativo regulador de las condecoraciones y recompensas de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado” con el “firme propósito de poder alcanzar un consenso en la materia”. Ahora, con el adelanto electoral consumado, el Ejecutivo da por “seguro” que la retirada de las medallas se quedará en un cajón “por el final de la legislatura”. “En un primer, se pensó en tramitarlo como un Real Decreto. Pero al final el Gobierno decidió tramitarlo como una enmienda en la reforma de la Ley de Memoria Histórica al considerar que por esta vía el alcance legal era más adecuado y efectivo. Por tanto, el asunto pasó a depender entonces de Justicia. Sin embargo, el adelanto electoral y las trabas de otros partidos han hecho imposible tramitarlo”, explican a infoLibre fuentes del Ministerio del Interior.

“Es patético”

Las víctimas de Billy el Niño se muestran indignadas. Felisa Echegoyen, que en octubre de 1974 tuvo que soportar tres intensas jornadas de amenazas, insultos y palizas en las que González Pacheco llevó la voz cantante, explica en conversación con este diario que “no confiaba en absoluto” en el buen desenlace del procedimiento. “Una cosa es lo que proponen y otra muy diferente es que lo acaben haciendo”, explica la que fuera miembro de la extinta Liga Comunista Revolucionaria, que critica las “excusas” del Ejecutivo de Pedro Sánchez y lamenta la falta de “voluntad política” en materia memorialista. Echegoyen, que ha intentado sin éxito que Billy el Niño sea juzgado en España –el pasado mes de octubre la Audiencia Provincial confirmó el archivo de su querella al considerar que las presuntas torturas habían prescrito–, critica que “siempre” hay “algún obstáculo o impedimento”. “Es una vergüenza que tengamos que seguir aguantando esto. Pero continuaremos luchando”, apunta la militante antifranquista.

Con la misma dureza se pronuncia Luis Suárez, que en 1973 aguantó tres largos días de “malos tratos, golpes y amenazas” de un González Pacheco que “cuando te torturaba le gustaba resaltar”. “Es patético. Este Gobierno ha suscitado esperanzas y expectativas y luego, en el campo de la memoria, todo se ha quedado en humo”, apunta el que fuera en su día militante de la Liga Comunista Revolucionaria, que también se pregunta qué va a pasar con la exhumación de Franco, otro de los proyectos memorialistas que pende de un hilo desde que se anunció el adelanto electoral. Como a Echegoyen, no le convencen “lo más mínimo” las explicaciones que da el Ejecutivo socialista sobre el fracaso de una propuesta que para ellos tenía “mucha importancia”, sobre todo a nivel simbólico. “Da la impresión de que no se estudiaron bien el tema antes de anunciarlo. Ahora, nos dejan una vez más en un estado de frustración. (…) De buenas intenciones estamos ya cansados y este fracaso permitirá que se burlen una vez más los que están a favor de la impunidad”, sentencia.

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De Billy el Niño a Villarejo y Pino

Desde que fuera nombrado en enero de 1970 subinspector de segunda clase, y hasta su retirada y paso al sector privado tras los continuos escándalos en los que se vio involucrado –tuvo que aclarar ante el juez su presunta amistad con uno de los autores de la matanza de Atocha–, Antonio González Pacheco fue condecorado hasta en cuatro ocasiones. En 1972 recibió la Cruz al Mérito Policial con distintivo rojo. Tres años después, en 1977, la Medalla de Plata al Mérito Policial. Las dos últimas, una segunda Cruz con distintivo rojo y otra Medalla de Plata, se le colgaron en el uniforme en 1980 y 1982, respectivamente. De todas ellas, sólo consta “motivación expresa” para su concesión en la documentación relativa a la condecoración de 1977 –se le concedió por su trabajo en la liberación del expresidente del Consejo de Estado Antonio María de Oriol y Urquijo y del teniente general Emilio Villaescusa–. Todos esos distintivos reportan al expolicía de la Político Social un plus del 50% sobre su pensión vitalicia.

El Gobierno socialista ha trabajado en todo momento con la idea de no circunscribir exclusivamente la retirada de medallas al caso de Billy el Niño. Porque González Pacheco no es, ni mucho menos, el único exagente con un comportamiento indigno que cuenta con varias condecoraciones en su expediente. Distintivos al Mérito Policial cuelgan también sobre los uniformes de otros cuatro viejos policías que, como Billy el Niño, están siendo investigados por torturas en el marco de la querella argentina. Dentro de este grupo de agentes con un comportamiento indigno también puede incluirse al comisario jubilado José Manuel Villarejo, en prisión preventiva desde noviembre de 2017, que fue condecorado por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y el de Mariano Rajoy con dos Cruces al Mérito Policial con Distintivo Rojo, que le suponen un plus del 20% sobre su pensión. O el exnúmero dos de la Policía Eugenio Pino, investigado en el marco de la operación Kitchen y que cuenta con hasta tres con distintivo rojo y una de Plata.

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